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Los niños bilbainos dan la talla

Con sus medidas se elaboran los percentiles que se usan en la CAV y se utilizaban en el Estado hace unos años Su estatura media ha aumentado entre 2 y 3 centímetros en dos décadas

Los niños bilbainos dan la tallaJosé Mari Martínez

Bilbao - Los niños bilbainos dan la talla. Y no solo porque su estatura media haya aumentado entre 2 y 3 centímetros en los últimos 20 años, sino porque sus medidas sirven para elaborar los percentiles que se utilizan en la CAV y que han servido de referencia en todo el Estado hasta hace poco más de una década. “No es que los recién nacidos sean ahora más grandes que lo que eran. Es algo progresivo. Ya se ve que en edades en las que comienza la pubertad, a los 10, 11 o 12 años, como ahora se desarrollan un poco antes, son más altos”, explican en el grupo de estudio de crecimiento de Bilbao.

Antes de que los menores de la capital vizcaina fueran objeto de análisis, se utilizaban para poder evaluar su crecimiento gráficas elaboradas a nivel europeo. A partir de 1978, sin embargo, se realizaron diversos estudios de crecimiento infantil en el área de Bilbao, cuyos resultados traspasaron fronteras. “Se comenzó midiendo a niños desde pequeños y durante unos cuantos años. Los resultados dieron lugar a sendos estudios, publicados en 1985 y 1988, y esas fueron las primeras gráficas que se utilizaron en todo el territorio español porque eran las únicas que se hicieron”, recuerdan en el grupo de investigación sobre crecimiento de Bilbao, que cuenta desde su inicio con financiación de la Fundación Faustino Orbegozo, nombre con el que son conocidas.

Dichos trabajos se completaron posteriormente con otros, publicados en 2004 y 2011, en los que se recogen las medidas de casi 6.500 niños de Bilbao y su área metropolitana. Datos con los que se han elaborado las curvas de crecimiento aún vigentes en la CAV. “Estos datos no están para nada desfasados. A corto plazo no vamos a hacer otro estudio. Es poco tiempo para ver cambios”, aclaran. En 2006 la OMS publicó sus patrones de crecimiento y otras comunidades autónomas hicieron lo propio, por lo que las gráficas de Bilbao dejaron de ser el único referente, aunque aún siguen siendo citadas “en alguna recomendación de la guía del Ministerio”.

Fruto de una comparativa, realizada en 2010, con los datos de las diferentes comunidades autónomas, se vio que no había “grandes diferencias en cuanto a talla entre los niños del norte y del sur. Cosa que sí que había hace bastantes años, según los datos recabados cuando los chicos iban al servicio militar”, apuntan. Las causas de esta “homogeneización de la talla” podrían ser, especulan, “que no hay tantas diferencias a nivel socio sanitario y a nivel genético estamos muy mezclados”. Pese a que la estatura se ha igualado, no ha ocurrido lo mismo con el peso. “Los niños andaluces o canarios tienen un mayor índice de sobrepeso y obesidad que los nuestros”, afirman.

Pie mayor y más sobrepeso Que hay preadolescentes que podrían tomarle a uno prestados los zapatos se constata de un simple vistazo a un patio. Otra cosa es probarlo con datos. Aunque no tienen constancia de estudios de medición del pie que lo certifiquen, según explican desde este grupo de investigación, los pediatras ven “en la práctica diaria a niños que a la misma altura que otras personas de mayor edad tienen mayor número de calzado. Alcanzan valores más altos en edades más tempranas”. Un fenómeno, precisan, que se da por igual en ambos sexos y que ha dejado huella en las zapaterías infantiles.

En los comercios de ropa también han percibido una demanda de tallas cada vez mayores, pero los expertos recuerdan que no solo se debe a la mayor estatura de los menores, sino también al peso. “Hay datos objetivos de mayor prevalencia de sobrepeso y obesidad. Esto implica que el tallaje de la ropa ha de ser mayor”, indican. También existe, añaden, “un adelanto en la edad del desarrollo, no en toda la población, pero sí es mayor el porcentaje de niños y, sobre todo, de niñas que comienzan su desarrollo puberal con menor edad”, con lo que los estirones llegan en muchas ocasiones antes de lo esperado. En concreto, precisan, la edad media de la primera regla se sitúa en torno a los 12 años, aunque “el porcentaje de niñas que comienzan el desarrollo en torno a los 8 o 9 años es mayor” que el de hace un par de décadas.

Ver por la calle a chavales que les sacan unos cuantos centímetros a sus padres puede llamar la atención, pero los expertos apuntan que “también se ve el fenómeno de no alcanzar la estatura” de los progenitores. “La genética de la talla no es solo debido a un gen, como otros rasgos, por lo que los hijos pueden mejorar o no el potencial genético de los padres. La diferencia en otras épocas pudo ser mayor”, no tanto en estas dos últimas décadas, aseguran.

Para poder corroborar estos cambios con datos objetivos no queda otra que seguir investigando. “Los estudios de crecimiento poblacionales se debieran de realizar cada 15 o 20 años para conocer el avance secular en talla y en diferentes parámetros como pudiera ser la longitud del pie o la relación entre el tronco y la longitud de las piernas”, señalan.

A Jesús Rodríguez, pediatra en el centro médico IMQ Colón, de Bilbao, también le ha “llamado la atención” el tamaño de los pies de sus pacientes. “Por la experiencia de la consulta y los años que llevo sí que veo que son más grandes que antes, sin tener medida de ello”, corrobora. De hecho, añade, “antes un pie grande podía ser un 42 o 43 y ahora eso es casi por debajo de la media en un varón y en las chicas pasa parecido”. Especulando sobre las posibles causas de que los menores tengan los pies más largos, se le ocurre que podría tener que ver con el calzado y el hecho de que “los pies vayan mucho más holgados, pero no tiene ninguna base científica”, avisa.

Tampoco se sabe “exactamente cuál es el motivo” de que los adolescentes sean más altos que hace unas décadas, aunque este pediatra intuye que puede influir lo que se llevan a la boca. “La talla siempre depende, por un lado, de la genética. Al final sales a alguno de tus cuatro antecesores: padre, madre o abuelos. Por otra parte, no creo que se deba a una mejor alimentación, porque tampoco creo que ahora se coma mejor que antes, pero no sé hasta qué punto puede ser porque se coma diferente, porque se coman proteínas de animales más grandes o se coma más”, baraja. Sea cual fuere la causa, desde el grupo de investigación aconsejan no obsesionarse con los percentiles. “Más importante que la talla en sí es cuánto y a qué ritmo se crece. Luego ya lo de estar más arriba o más abajo...”.