Bilbao - La línea 3 del metro a poco menos de dos meses de inaugurarse ultima su puesta a punto bajo tierra. Los túneles recorren el norte de Bilbao entrando desde Etxebarri, pasando por debajo de todos los barrios de la ladera de Artxanda y concluyendo en la zona de Matiko, antes de seguir el trazado ferroviario por debajo del monte Artxanda.

Pero el nuevo trazado no solo ha horadado el subsuelo, su influencia también se nota en la superficie, en calles, plazas y viales que han mutado al lado de donde les ha surgido una boca de metro o una salida auxiliar del recorrido ferroviario. También se han colocado ascensores como el que separa la calle Artasamina y la parte baja de la calle Tiboli en Matiko.

Las actuaciones a pie de calle, financiadas por Euskal Trenbide Sarea (ETS) dentro de la obra general de la línea 3 del metro, van a ganar para los vecinos de Etxebarri y Bilbao cerca de 38.000 metros cuadrados entre calles peatonalizadas, ampliación de aceras y asfaltados de vías y plazoletas. Una ganancia de espacio que se ha desarrollado por encima de las siete estaciones que componen el nuevo itinerario ferroviario y que tiene sus dos puntos clave en Matiko y la calle Trauko. Y lo es tanto por superficie física generada para los ciudadanos como por la calidad de vida urbana que han ganado.

La primera ha sido la intervención más potente al soterrar un tramo de cerca de 200 metros de longitud de la trinchera ferroviaria que dividía antaño la calle Artasamina en dos. El espacio conseguido ha supuesto una ampliación de la calzada y la generación de un parque lineal por encima de las vías con bancos, parterres y fuentes. En total, 6.000 metros cuadrados de nueva superficie antes invadida por las vías y conformando una trinchera divisoria del barrio.

En este espacio se incluye también la calle Tiboli y la zona por debajo de la autovía de La Salve, donde ya se disfruta de un parque decorado con murales pictóricos, un bidegorri, una pequeña zona con juegos infantiles y la recuperación de una antigua cancha de baloncesto, a la que se ha sumado un nuevo ascensor de uso público. Los vecinos de la calle La Salve han pasado de tener el tren circulando a escasos dos metros de sus ventanas a contemplar un tranquilo paseo.

El segundo gran impacto de la línea 3 en superficie se ubica en el tramo superior de la calle Trauko, una de las pocas áreas llanas del barrio de Uribarri. En este punto se ha generado un corazón de barrio con la peatonalización integral de Trauko en el tramo comprendido entre las calles Monte Arno y Valentín de Berriotxoa. El surgimiento de una de las bocas del metro de la estación de Uribarri al lado de esta calle ha implicado una actuación conjunta entre ETS y el Ayuntamiento que ha generado 2.400 metros cuadrados de espacio para los vecinos.

La eliminación del tráfico rodado ha conseguido el potenciamiento de esta zona como espacio de esparcimiento vecinal, de manera que se ha reactivado el carácter comercial y residencial de la calle.

Financiación

Estos trabajos son los únicos que no ha financiado ETS. En este caso, el coste fue asumido por el Ayuntamiento dentro de programa de Auzokide Plana, lo que ha permitido a la vez acometer la renovación integral de las redes de saneamiento y abastecimiento de aguas y el cambio a un alumbrado más moderno y adaptándolo a su nuevo carácter peatonal; unos cambios con los que están encantados los vecinos, la mayoría de cierta edad.

A esta intervención se unen las aceras ganadas en torno a los accesos de Travesía C y Zumalakarregi. El acceso construido al lado de las escuelas de Uribarri ha sido neutro al ubicarse la entrada ya en una plaza preexistente. Se da la circunstancia además que ya hace tiempo que los habitantes de esos entornos disfrutan de las mejoras. Los vecinos del barrio de Uribarri casi no se acuerdan, ya que el tramo de la calle Trauko está libre de coches desde hace más de cuatro años cuando el alcalde Azkuna inauguró este espacio en noviembre de 2012.

La zona de Matiko es más reciente y se ha ido abriendo por tramos. Primero fue todo el parque longitudinal entre la estación y los bajos del puente de la autovía; después se abrió la parte superior del fondo de saco que cubre el mango de maniobras donde dormirán las unidades ferroviarias, y finalmente se inauguró la parte baja de la calle Artasamina por encima del barrio Castaños.

El resto de las intervenciones, aunque no tan potentes estéticamente, también han implicado mejoras urbanas. La vieja plaza de Otxarkoaga se ha transformado con el surgimiento del fosterito y la creación de casi 3.000 metros cuadrados de aceras y zonas peatonales, incluidas la zona de Langaran y Lozoño.

Los vecinos de Txurdinaga quizás han sido los que menos han notado los cambios, ya que el barrio cuenta con amplias superficies verdes y aceras anchas donde se han incrustado los nuevos accesos al suburbano. Y eso que las entradas y salidas se han construido dos veces por la necesidad de cambiar el trazado subterráneo y la ubicación de la propia estación de Txurdinaga; en total, se han creado 3.200 metros cuadrados de superficie. Por lo que se refiere a la estación de Zurbaranbarri, ha ganado apenas 700 metros cuadrados en torno a los accesos ubicados en las calles Zumaia y Vía Vieja de Lezama. Mientras que en la única estación ubicada fuera de la capital vizcaina, la de San Antonio de Etxebarri, la implicación urbanística aunque importante no repercute en demasía a los vecinos.

Además de la creación de la nueva estación, que cuenta con dos andenes y donde el beneficio urbanístico se queda en poco de más de 600 metros cuadrados de nueva acera, es el barrio alto de San Antonio el que más beneficios obtendrá. El ascensor panorámico que acercará este barrio a la estación construida por debajo de la carretera general permitirá a los vecinos acceder a la red del metro en poco más de tres minutos.

Junto a ello, la intervención en la parte superior, la acera que se ha construido ya para conectar las viviendas con la parada intermedia del ascensor y la operación en el ambulatorio, sumarán un total de 2.000 metros cuadrados nuevos de uso peatonal.