Bilbao - Abandonar la zona de confort, la protección de los padres y el hogar e irse a un país extranjero con una beca para estudiar es una de las experiencias vitales más enriquecedoras para los miles de jóvenes que se suman a esta aventura. Decidir el país y la ciudad a la que ir es la primera elección importante a tomar en este proceso. Y Bilbao es en los últimos años un destino cada vez más demandado por jóvenes en programas de movilidad internacional.
Según datos de la EHU/UPV y la Universidad de Deusto, en torno a 1.750 estudiantes universitarios eligieron en el curso 2015-2016 la capital vizcaina para realizar sus estudios de grado y postgrado con beca Erasmus o en otros programas de intercambio con universidades del Estado, América Latina, EE.UU. y Asia.
Las universidades de procedencia de estos jóvenes, de entre 20 y 25 años principalmente, suelen ocuparse de la gestión de las matrículas. Sin embargo, en la mayoría de los casos, la labor de buscar alojamiento para una estancia -que puede durar entre cuatro y seis meses, o incluso un curso completo-, es tarea de las familias y de los propios jóvenes.
Los hostels, o albergues juveniles, se han convertido desde 2009 en el primer hogar para la mayor parte de estos universitarios, ya que resulta la opción más económica de alojamiento mientras buscan piso.
“Nosotros fuimos el primer hostel que se abrió en Bilbao hace ocho años, y desde el principio nos ha llegado gente de Erasmus que se aloja aquí mientras buscan habitación o piso”, explica Ainara Martínez, una de las responsables de Akelarre Hostel de Deusto, muy cercano a la facultad de Sarriko. “Últimamente, tenemos menos Erasmus porque hay muchos más albergues en Bilbao donde repartirse, ahora hay una docena. Hemos visto la evolución en estos ocho años, y si antes teníamos esto lleno de Erasmus, ahora notamos mucho el descenso. Aun así, cada año llegan estudiantes de intercambio, sobre todo en septiembre y octubre y a finales de enero y febrero”, asegura. “En febrero hemos tenido gente de Suecia, Italia, Colombia, Turquía y otros países. Suelen quedarse unos cinco días, a veces hasta dos semanas, porque no les resulta fácil encontrar piso. Hay poca oferta y los precios les parecen muy caros”, puntualiza.
El precio por noche en los hostels bilbainos oscila entre los 14 y 19 euros, según temporada, en habitaciones compartidas de cuatro, seis u ochos literas -algunas solo para chicas-, tarifas que en todos los casos incluyen el desayuno. En algún caso, hay hostels que ofrecen tarifas bastante más reducidas, aunque en habitaciones de más de 20 literas y servicios más básicos.
El albergue juvenil supone para estos jóvenes mucho más que un lugar donde pernoctar, ya que en el momento en que llegan a Bilbao requieren de bastante orientación y, en este primer hogar encuentran ayuda, referencias, amistades, y una infraestructura que les ofrece poder conectarse al wifi, espacios comunes con televisión, cocina donde prepararse algo de comer, servicio de lavandería, etc.
La italiana Chiara de Carli, procedente de Milán, ya ha encontrado piso en Indautxu, pero mientras buscaba, se ha hospedado en el hostel Akelarre. Es estudiante de Erasmus en la facultad de Periodismo de Leioa. “Me quedé en el hostel menos de una semana hasta que encontré una habitación en un piso compartido con chicas”, cuenta esforzándose con su castellano.
Chiara estará seis meses en Bilbao, llega con una beca que le aporta unos 230 euros al mes. “Con eso apenas me llega para pagar la habitación, que me cuesta 360 euros, pero mis padres me ayudan económicamente. Aunque no me ponen un límite de gasto, tengo que intentar que no sea mucho”, confiesa.
El último hostel en abrir sus puertas en la capital vizcaina es Quartier HostelBilbao, en pleno Casco Viejo. Solo lleva dos meses en marcha, pero entre sus primeros clientes han contado con numerosos estudiantes de intercambio. “Abrimos a mediados de diciembre y enseguida tuvimos estudiantes de intercambio alojados. Para ellos es la opción más barata y suelen hospedarse entre una semana y diez días. A finales de enero había una decena de ellos procedentes de países como Japón, Suecia, Chile, Canadá o EE.UU., pero ya han encontrado piso”, cuenta Jose González, recepcionista de este establecimiento en la calle Artecalle. “Les ayudamos en todo lo que podemos. Suelen pedirnos referencias de las zonas por donde buscar piso o por sitios de ambiente para salir”, añade.
La búsqueda de piso es más fácil para los que llegan a Bilbao a principios de curso, en cambio puede complicarse para los que lo hacen a partir de enero o los que vienen para estancias más cortas. Es el caso de Jorge Guadarrama, Alexander Muñoz y Dania Lara, tres jóvenes de México que se hospedan en el hostal Ganbara, en la calle Prim. “Vinimos con una beca de tres meses que se acaba ahora. Cuando llegamos nos alojamos en un hostel más barato que este, pero con demasiadas literas en la misma habitación. No nos sentíamos cómodos allí porque estábamos siempre pendientes del equipaje”, comenta Jorge, estudiante de Economía, al igual que sus otros dos compañeros. “Comenzamos a buscar un piso para los tres, pero nos parecieron muy caros, además no nos querían alquilar solo para tres meses. Los más flexibles pedían seis meses como mínimo y una fianza, nos suponía mucho dinero”.
La solución la encontraron en Ganbara, donde han permanecido los tres compartiendo una habitación solo para ellos. “Aquí estamos muy cómodos, con cocina completa para cocinar a diario. Conseguimos un descuento por quedarnos los tres meses en vez de alquilar un piso”, explica este joven de 20 años procedente de México DF. “Tenemos de todo, wifi, lavandería, desayuno, cocina, bicis y nos hacen la limpieza... Si hubiéramos alquilado un piso tendríamos que haber contratado Internet y pagar los gastos de luz y calefacción”, explica.
Estos tres jóvenes cruzaron el charco con una beca de un programa bilateral entre la EHU/UPV y la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM). “Tenemos una beca de unos 3.000 euros cada uno, pero de ahí nos hemos tenido que pagar el viaje y el alojamiento. Solo con eso se nos ha ido más de la mitad del dinero, y el resto es para comer, gastos propios y alguna salida para conocer Euskadi, aunque nuestros padres también nos ayudan”, resume Alejandro. “Aquí encontramos que los pisos son muy caros, y también la comida. Salir a comer nos sale el doble que en México, pero Bilbao nos ha encantado”, asegura.
Happy Erasmus En el último año más de 1.500 estudiantes de intercambio han pasado por la oficina de Happy Erasmus Bilbao, en Deusto, una asociación dedicada a ayudarles durante su estancia, sobre todo si el idioma supone una barrera. “Contacto con ellos antes de que lleguen para conocer sus dudas o para ayudarles a encontrar piso, y cuando llegan vamos a recogerles. Nosotros siempre les recomendamos que vengan con el piso cogido, porque aquí hay pocos y no es fácil encontrar”, apunta Igor Anasagasti, coordinador de la asociación.
Italia y Alemania son, según observan en Happy Erasmus, los países de origen más habituales entre los becarios. Según la UE, la mayoría elige el Estado. “Optan por Andalucía como primera opción, y Bilbao suele ser la segunda o tercera”, apunta Anasagasti. Sin embargo, cada vez más estudiantes eligen directamente esta ciudad. En Happy Erasmus Bilbao les organizan viajes, deportes y fiestas además de orientación. “Les ayudamos a solucionar cualquier tipo de incidencia. Por ejemplo, si les han robado el móvil, llamamos nosotros a la Ertzaintza, ya que la mayoría no habla castellano”.