Bilbao- El sensible escritor italiano Alessandro Baricco, poco hábil en los negocios, asegura que estamos en tiempos en los que se pierde el alma en pos de la comercialización. Como buena prueba de que hay intuiciones fallidas como un tiro al pie, aparece en escena Pedro Campo, un hombre que habita en las estancias del comercio desde su juventud pero que mantiene viva un alma bohemia. En sus almancenes no encontrará el lector su propiedad más preciada: el tiempo.
¿A cuánto debiera pagarle la hora para esta entrevista, señor comerciante?
-Todo o nada, depende. Tuve una operación delicada que dificultó mi movilidad y a partir de los 45 años reflexioné y me plantee la vida de otra manera.
¡Póngale precio, por favor!
-Trabajaba 13, 14, 15 horas al día... ¡Qué se yo! Desde entonces vivo más tranquilo, saboreando más el tiempo, dedicándolo a lo que me gusta. Mucho o nada, depende. Ya le digo. No pongo precio a mi tiempo. Aunque por supuesto se tienen que dar las circunstancias para poder hacerlo. En mi caso se dan.
Las circunstancias... Hay quien no tiene un minuto libre en su trabajo y a quien le sobran horas en la cola del paro... ¿Quién sufre más?
-Por supuesto que aquel que no encuentra trabajo. No digo que sean agradables los trabajos que exigen tantas horas, pero la gente debiera ser más agradecido con lo que tiene.¿Es el comercio de Bilbao un remanso?
-No, no. ¡Qué va! Estamos en un momento en el que todo ha variado y vivimos las secuelas de una crisis bestial. Ves al Gobierno vasco hacer un esfuerzo importante para mantener la industria, es cierto. Pero hay una incertidumbre fuerte y late el problema del paro.
¿Qué solución otea en el horizonte?
-Habrá que buscar otras formas de trabajo, supongo.
Defínase más...
-Las familias nos hemos acostumbrado a que todos los hijos vayan a la universidad y el trabajo quizás venga por otro lado. De aquí a dos años en FP habrá escasez de mano de obra. Las familias deberían hacer una reflexión y no mirar la universidad como una meta fija y única.
Quizás falte timonel para cambiar de rumbo...
-En mi sector los montadores de muebles, por ejemplo, ganan bien. Intentamos hacer cursos de formación en ese campo desde Cecobi y la gente no se apuntó.
La calle dice que las empresas han aprovechado la crisis para hacer ‘limpias’...
-Y yo digo que el reajuste o la reforma laboral han servido para que muchas empresas no cierren. Hay comercios que han cerrado por las intrigas de los sindicatos.
Se reparten las penas y se embolsan las alegrías. Mire que la calle es terca, eh...
-Estoy de acuerdo con la flexibilidad. Una vez que quien invierte saca la rentabilidad debería considerarla compensación. Por la misma razón, cuando las cosas se tuercen han de poder ajustarse.
¿Hay voluntad de que así sea?
-La de muchos es llegar a acuerdos. Pero piense que en Bizkaia el 90% del comercio es de menos de cinco trabajadores. Esa es la realidad y sería conveniente que se ajustase con realismo. Lo que no es lógico...
Es...
-Que tengamos convenios si firmar desde hace seis años con esta tipología de comercio.
Salgamos de la tienda, ¿hay algún sueño por cumplir en su cabeza?
-Hay algo que me hizo mucha ilusion: mi presencia en la directiva del Athletic con la junta de Lamikiz.
¿Qué se lleva de aquellos días y qué deja?
-Acertamos, creo, con el fichaje de Javi Martínez y con la incorporación del Athletic femenino. Luego es verdad que lo pasamos mal porque la camada de Lezama no cumplió con las expectativas.
¿Desde dentro se temía menos en aquel célebre partido frente al Levante?
-No tuve miedo porque tenía mucha confianza en el equipo, pese a los nervios y la presión. Era inimaginable perder aquel partido en San Mamés.
Como también lo es, supongo, cambiar de filosofía...
-En el siglo XXI lo vamos a tener muy difícil. El corazón me dice que sí al sentimiento Atlhetic. Pero ves a jugadores del Atlético de Madrid y del Barcelona que se dejan el alma por el escudo. Es difícil intuir lo que viene.
Arenas movedizas. No salimos de unas para meternos en otras. ¿Los jovenes de hoy lo tendran más fácil que los de ayer?
-Quizás ahora la complicación sea diferente. Ahora los padres nos pasamos de mimos y cuidados para que no les falte de nada. Creo que lo tienen más fácil hasta que llegan a la vida laboral. Debiéramos ser más realistas para lo que les espera luego.
Vida ganada, dirán ellos...
-Con 17 ó 18 años no es que no salieras de casa a las dos de la madrugada... ¡Es que no entrabas!
Ya le daría tiempo, en el horario paterno, a cometer algún pecado de juventud...
-Todos tenemos nuestros momentos gloriosos y quien diga lo contrario miente. Otra cosa e que prefiera que quede en la intimidad.
Amistad o amor, ¿qué pesa más?
-Sin dudarlo, la amistad. El amor puede ser más o menos durardero y la amistad es para siempre. Eso lo digo ahora. Quizás con veinte años decía otra cosa.. ¿me entiende?
¿Es analfabeto del siglo XXI quien reniega de las tecnologías?
-Quien no conecta con las tecnologías sí es tiene algo de eso en estos tiempos. Yo he conocido a una persona de casi cien años que leía a diario el periódico por Internet.
¿El comercio electrónico es enemigo del comercio tradicional?
-Ni enemigo ni aliado: una oportunidad más de negocio. Lo que no puede ser es que haya grandes portales que venden de todo y que cotizan en otras fiscalidades más amables que las nuestras. Bruselas debería regular cuanto antes este asunto del comercio electrónico.
¿A quién reza Pedro Campo cuando las cosas se tuercen?
-Me acuerdo de la Amatxu de Begoña en Bilbao pero cuando voy a Madrid me alojo cerca de la parroquia de Santa Mónica a la que visito con otros empresarios. Pero que no tenga celos la Amatxu.
¿Es una locura abrir hoy en día un comercio en Bilbao?
-No, si te apoyas en un estudio de mercado y del producto. En según qué sectores, es una oportunidad.
¡Dé pistas!
-Depende de cada zona y de las carencias que se detecten.
¿Abro un bar?
-De bares mejor que hable Gago. Pero sí me parece que el sector se ha posicionado y no comprendo algunas quejas al respecto.
¿Dónde queda ahora la tradición del comercio inglés en Bilbao?
-Ya no marcan tendencias los países, sino las firmas. Además los ingleses son muy suyos. Y ahora más.
¿Tan peligrosos son los refugiados?
-Hay que ver de dónde vienen, por qué. Pero es un problema que a Europa le ha pillado de improviso. Y creo que hay intereses creados.
Sin amenazas se vive mejor, afirmo.
-Es inadmisible lo que ha vivido este país por culpa del terrorismo. ¿Qué sería Euskadi sin ese peso encima? Pero eso es pasado. Tenemos que mirar al futuro, sin olvidar lo de ayer, seguro. Hay que mirar al mañana para nuestros herederos, para nuestros hijos, para Euskadi.