Bilbao - Esta semana celebraron en sus aulas la tercera edición de Legoñazpi Day, un ingenioso campeonato de robótica. El proyecto ganador tendrá derecho a participar en la First Lego League de España y los alumnos de la ikastola Begoñazpi ya saben lo que es triunfar en esta competición. El año pasado ganaron a nivel estatal, lo cual les está dando la posibilidad de poder clasificarse para la Global Innovation Award que se disputará el próximo mes de junio en Washington. El éxito de estas clasificaciones radica en que en el centro escolar vizcaino se imparte la asignatura de robótica desde hace tres años. Su director, Merkat Bernaola, conoce muy bien las claves del éxito. Antes de acceder a la dirección, en septiembre del año pasado, estuvo siete años como jefe de estudios.

¿Por qué han introducido la robótica como asignatura?

-Porque queremos ayudar a los alumnos a prepararles para que, cuando lleguen a la universidad y les empiecen a pedir el leguaje de programación, tengan competencias para ello.

¿Cómo surgió la idea?

-Vimos que en Euskadi llevamos tiempo escuchando que hay que ser competitivos y que necesitamos ser creativos e innovadores, y por otro lado, vimos que se está creando un clúster de conocimiento respecto a la robótica y la realidad virtual. Lo analizamos y decidimos meterlo curricularmente hace tres años, desde los 5 añitos hasta primero de Bachiller.

Pues han demostrado que son verdaderamente innovadores

-Nosotros siempre queremos innovar. Por eso metimos la robótica en el currículo. Queremos responder a un modelo educativo actual.

¿Qué significa eso?

-Que el modelo que hemos tenido hasta ahora surgió con el proceso de industrialización cuando la gente, de forma masiva, iba a las fábricas y los niños a las escuelas. Era un modelo educativo que replicaba la mano de obra porque hacía falta.

¿Y actualmente?

-A día de hoy no puedes esta replicando el mismo modelo educativo porque el mundo laboral es totalmente distinto y las competencias que necesitan los alumnos son distintas.

¿Ese espíritu innovador también les llevó a Harvard?

-Sí. En Harvard vimos que había un clúster del conocimiento llamado Project Zero en el que un montón de investigadores trabaja sobre Educación. Leímos las investigaciones y empezamos a entender cuál es la mejor manera de aprender, no de enseñar. Porque si yo enseño muy bien, pero no me entiende nadie, no vale para nada. Entonces vimos que había una forma de entender la educación.

¿En qué consiste esa nueva visión?

-Se denomina Visible Thinking y se trata de desarrollar el pensamiento y hacerlo visible.

¿Cómo se lleva a la práctica?

-A través de proyectos de comprensión desde Infantil hasta Secundaria. Cada alumno desarrolla al cabo del curso tres proyectos de compresión.

¿Y los clásicos exámenes ?

-Los exámenes dejan de ser la única herramienta de evaluación. No hace falta que desaparezcan porque de vez en cuando está bien hacer una prueba escrita, pero lo importante es la observación procesual del proyecto y su defensa.

Ponga un ejemplo de proyecto que estén llevando a cabo los alumnos.

-Ahora mismo, los de sexto están organizando un Expovacaciones donde informan a las familias de los mejores destinos. El que han desarrollado los alumnos de esta ikastola sobre la toallitas húmedas y por el que ganaron el First Lego League también es un proyecto. Allí se planteó el tema de los residuos y ellos han dado una solución y hasta dónde son capaces de llegar.

¿La introducción del ajedrez también es otra innovación?

-Sí. Lo hemos metido este año con los niños de cuatro años porque el ajedrez tiene una función de desarrollar la inteligencia lógico-matemática. Hemos cogido el método Ajedrez en el aula, de Adriana Salazar, que es muy lúdico y tiene un potencial terrible.

¿En qué consiste?

-Los niños se disfrazan, juegan como si fueran peones y se les cuenta cuentos, un día de la torre, otro del alfil, de la reina abandonada. No juegan con las piezas porque con cuatro años se pierden. Estamos muy contentos con su desarrollo.

¿Cuántos alumnos hay en la ikastola?

-1.714, pero vamos a llegar a los 1.780 porque vamos a aumentar una clase de Bachillerato.

¿Tienen lista de espera?

-Sí, en casi todos los cursos. Actualmente hay más demanda que plazas.

¿A qué cree que se debe?

-Yo creo que las familias buscan un centro que muestre dinamismo. Ven un montón de iniciativas, el ajedrez, los portátiles, los iPad, los proyectos de compresión, el tema de Harvard, y eso les hace pensar que aquí la gente se mueve, que quiere hacerlo mejor, aunque habrá ámbitos donde no acertemos. Yo siempre digo que nosotros trabajamos con 1.700 personas, no con 1.700 tornillos, y cada niño es un mundo.

Por cierto, ¿es partidario de los deberes?

-Los deberes de manera tradicional para terminar la tarea del aula no sirven, pero hay que adquirir el hábito de trabajar uno solo.