Bilbao - “No se puede justificar a quien monta jaleo, insulta y genera problemas en la calle o en los locales de hostelería, sean menores o no lo sean. Hay que frenarlo antes de que la bola se haga más grande”. Así de tajante se muestra el presidente de la Asociación de Hostelería de Bizkaia, Ángel Gago. Sin embargo, el responsable de los hosteleros es consciente de que esta realidad, que no solo se da en la plaza Unamuno de Bilbao, tiene una “cirugía complicada y de difícil solución”. “Esto no se arregla con normas municipales. Estamos hablando de educación”, apunta. En esta línea, Gago considera que de nada sirve que la Policía actúe, si por detrás la sociedad justifica que un grupo de menores insulten a la gente, beban en la calle y tiren las sillas contra una fachada de un local”. Y prosigue: “He oído a padres que justifican los comportamientos de sus hijos diciendo que, son jóvenes y que no están acostumbrados a beber”, describe asombrado. “Y encima hay quien dice que los hosteleros se quejan de los jóvenes borrachos pero no cuando les venden el alcohol. Pero, ¿dónde compran los jóvenes el alcohol? En los bares no consumen”, dice. Según Gago “actuar contra los comportamientos incivilizados se ha convertidos en un problema para quien intenta solucionarlo”. “Tiene una gran presión social y no cuenta con respaldo. Enfrentarse a esta realidad conlleva consecuencias”, lanza. Desde la asociación afirman que seguirán poniendo sobre la mesa la problemática que genera los comportamientos incívicos en la calle. “No nos cansaremos de repetirlo si el hostelero incumple, castigo; si la gente no cumple, castigo”, apostilla. “El Ayuntamiento conoce nuestra opinión y desde la asociación no podemos echarle la culpa de lo que está sucediendo porque somos conscientes de que su erradicación es muy complicada. Hay que ir contra la sociedad que permite ese tipo de actitudes”, dice Gago. El presidente de los hosteleros no comparte la práctica del botellón en la vía pública. “Es ruido, genera suciedad”. Sin embargo, según Gago de permitirse cree que se deberían habilitar espacios en los que los jóvenes pudiesen concentrarse para beber. “En zonas acotadas y controladas”, concluye. - S. Atutxa