PILAR Angulo y Nuria Celorio tienen bastantes cosas en común. Las dos son de Bilbao, están muy bien formadas académicamente y tienen el mismo talento emprendedor. Se conocieron hace tres años cuando Xabier Arruza, de Bilbao Ekintza, les “captó” para que colaboraran en la estrategia de internacionalización de la capital vizcaina. No les supuso ningún esfuerzo sumarse al proyecto ya que tanto Pilar como Nuria llevan años vendiendo la marca Bilbao y Bizkaia por medio el mundo. Pilar, con una gran experiencia como empresaria que traspasa fronteras, se dedica actualmente a buscar oportunidades de negocio a compañías vascas en India y Oriente Medio. Y Nuria, que lleva siete años viviendo en China, se dedica a la formación y a la gestión de proyectos en el gigante asiático. Las dos son auténticas embajadoras de Bilbao y Bizkaia en el mundo. Gracias a ellas muchas empresas vascas han conseguido contratos relacionados con el sector de la “sostenibilidad y soluciones urbanas” en los países emergentes. Las dos coinciden en que en ese sector hay “un gran potencial” ya que todas las delegaciones que visitan Bilbao se quedan “impactadas” por la transformación que ha sufrido la capital vizcaina en los últimos años.
Aunque al final han llegado a coincidir en algunos de sus objetivos profesionales, las trayectorias que siguieron Nuria y Pilar tras acabar la carrera de Derecho fueron muy diferentes. Pilar, por ejemplo, estuvo tres años trabajando en el asesoramiento de empresas tanto jurídico como fiscal. “Aterricé en ese campo, pero enseguida se notó que nunca me habían gustado los impuestos”, recuerda. Llegó a montar su propia asesoría, pero ni por esas. Decidió dejarlo tras una tentadora y aventurada oferta de su madre, que tenía un negocio de accesorios de moda. “Empezamos a abrir tiendas, a diseñar y fabricar, y de esa forma me metí de lleno en el mundo de los negocios”, dice. Pero llegó la crisis. Así que Pilar y su madre tomaron la decisión de transformarse. “Pensamos que había que salir fuera, pero descartamos Europa porque era una mercado que estaba saturado”, cuenta. Entonces pusieron la mirada en Oriente Medio, “que entonces era un mercado emergente”. Y allí fueron. Y triunfaron.
Emiratos Árabes e India
“Fuimos con la Spri y tuvimos un éxito brutal”, relata Pilar. Inicialmente comenzaron a hacer negocios en Emiratos Árabes, pero gracias a unas “conexiones comerciales supercuriosas”, acabaron abriendo tiendas hasta en la India, concretamente en la ciudad de Bombay. Allí es donde conoció a unos consultores de negocio que acabarían fichándola. “Como yo no tenía nada que ver con los accesorios de moda que vendía, pero sí con los negocios, vi la posibilidad en India de abrir espacios a otras empresas”. A partir de ese momento, Pilar se metió de lleno en la intermediación, dejando a un lado las tiendas y los accesorios. Y en ello sigue. Aunque mantiene la oficina en Bilbao, cada cierto tiempo tiene que viajar a India o Emiratos Árabes para crear puentes comerciales entre Asia y Euskadi.
De Asia sabe mucho Nuria, sobre todo de China, donde llegó en 2007 a través de un programa subvencionado por el Gobierno chino y la Unión Europea. Pero antes de eso, Nuria ya se había recorrido medio mundo.
El idioma, fundamental
Tras acabar Derecho, Nuria se fue a Noruega, donde le surgió una oferta de trabajo procedente de unos clientes de la empresa familiar que gestionaba su padre. Posteriormente hizo las maletas para realizar en Escocia un máster de comercio exterior. De vuelta a casa estuvo un tiempo trabajando en la empresa familiar hasta que consiguió una beca del Gobierno vasco. Eso le dio la oportunidad de ir a Argentina, donde estuvo residiendo lo que duró la beca. A partir de ahí dice que creó su propia empresa “para ayudar a las empresas en el tema de la internacionalización, logística, comercio exterior, papeles...” Recuerda que “el software nos quedó muy bien”, pero reconoce que “no tuvo éxito porque entonces no se usaba el mail para las comunicaciones”. Confiesa con pena que “no pudimos sacar el proyecto adelante”. Aun así, siguió haciendo “páginas webs sencillas y con el comercio exterior en Argentina y Chile”. Hasta que la crisis llegó a los países sudamericanos. Fue entonces cuando Nuria miró hacia Oriente. Consiguió entrar en China gracias un programa de intercambio en el que, según cuenta, “los chinos venían hacia Europa y los empresarios europeos iban hacia allá”. El Gobierno chino le “obligó” a estudiar mandarín, idioma que ha llegado a dominar con los años, y que hoy en día es su mejor herramienta para ser interlocutora entre empresarios chinos y vascos. Nada más asentarse en China, consiguió un par de proyectos y también comenzó a colaborar con la Escuela de Negocios Eseune, radicada en Zamudio, con la que actualmente está volcada. “Al principio”, cuenta Nuria, “creamos cursos cortos, en el que los alumnos iban dos semanas a China, luego lo ampliamos a un mes y desde hace tres años se hace el máster MBA, todo el curso allí”. “Nos dedicamos a la formación y a la gestión de proyectos utilizando a los alumnos”, dice. Y se explica: “Estamos intentando hacer una lanzadera, llegar a acuerdos entre empresarios chinos y de aquí para que los alumnos puedan empezar allí, sobre el terreno, a desarrollar los proyectos”. Todo esto es posible gracias a una joint venture que han creado con el Ayuntamiento de Tianjin, el puerto de salida de Pekín.
Un ejemplo
Nuria y Pilar hacen algo fundamental en los negocios, el networking, que no es otra cosa que crear un buen ambiente y relación de confianza antes de sellar un acuerdo comercial. Nuria asegura que el networking en China es clave porque “el chino, no es que sea desconfiado pero necesita una confianza previa y el conocimiento de la persona para hacer un negocio”. Y ahí es donde juega un papel importantísimo Nuria, que después de siete años tratando a empresarios chinos se ha ganado su confianza, lo que hace que se fíen de ella y de los empresarios vascos que les presenta . Una labor similar desarrolla Pilar a través de sus contactos en Oriente Medio e India. Actualmente, y por iniciativa de Bilbao Ekintza, participa en la creación de un consorcio, una agrupación de interés económico, en la que hay pequeñas y medianas empresas con la intención de entrar en mercados internacionales donde encuentren una oportunidad para desarrollar su trabajo. Y hay muchas oportunidades de negocio en el exterior gracias a Bilbao. Han llegado porque la capital vizcaina es en estos momentos un “la marca más clara de transformación en el mundo”. Según cuenta Pilar, las delegaciones que llegan a Bilbao “se quedan impactadas y todas nos dicen: cómo lo habéis hecho, que nosotros queremos hacer lo mismo”. Lo que más les sorprende es “la limpieza de la ría y también el haber tapado con trincheras las vías del tren”. Se interesan por las empresas que han hecho posible que Bilbao sea una “ciudad con calidad de vida”.
Pilar y Nuria están convencidas de que hay muchas oportunidades de negocio en China, Oriente Medio e India. “Los países árabes”, dice Pilar”, tienen muchas necesidades, por ejemplo, en gestión de residuos”. Y en China, según Nuria, “hay un mandato de crear cien smart cities y reformar 500 ciudades”. Toman como referencia Bilbao “porque ha recibido premios internacionales y tiene los mejores índices de desarrollo humano”, concluyen.