Cuando nombramos Begoña las referencias y los recuerdos se agolpan: desde la icónica basílica de Bizkaia hasta un barrio histórico de Bilbao, desde un nombre de mujer hasta la denominación de un equipo de fútbol, Begoña evoca buena parte de nuestro pasado reciente.

Ese barrio que hoy está compuesto apenas por las viviendas próximas a la basílica y Mallona fue en su día un pueblo de cuerpo entero. A partir de su anexión a Bilbao el 1 de enero de 1925 los barrios que constituyeron hasta esa fecha el municipio de Begoña siguieron itinerarios propios: Castaños, Matiko y Uribarri, Zurbaran, Zurbaranbarri y Arabella, Santutxu y Bolueta, Txurdinaga y Otxarkoaga experimentaron en las décadas posteriores profundas transformaciones socioeconómicas que han confluido en el Bilbao actual. Y sin embargo, el sustrato histórico de ese Bilbao de hoy se edificó sobre aquellos barrios que abarcaban nada menos que desde las casas de Atxuri próximas al convento de la Encarnación hasta Artxanda.

Como señala Koldo Urrutikoetxea -junto a Hektor Ortega y Alberto Ugarte uno de los autores de la compilación fotográfica que recoge el libro que DEIA pondrá a disposición de sus lectores y lectoras este domingo 22-, Begoña fue hasta su anexión un municipio a todos los efectos: “Aquella república de Begoña tenía su ayuntamiento, su alcalde, alguacil, txistulari, bandera, escudo, escuelas? era un pueblo con entidad propia”.

Tal y como enfatiza el autor, Begoña tuvo una importancia capital en la configuración moderna de Bilbao: “En ocasiones se subestima la aportación de Begoña a la historia de Bilbao tanto desde el punto de vista de la historia como de la gente. Incluso desde el punto de vista lingüístico y de la presencia del euskera, cuando en tantas ocasiones se insiste equivocadamente en que apenas hay rastro histórico del euskera en Bilbao: hay que recordar que Begoña fue baserritarra”. En cuanto a su carácter simbólico en el imaginario colectivo vizcaino, Koldo Urrutikoetxea subraya su profundo significado histórico como “lugar de peregrinación religiosa e incluso política que sufrió los embates de las sucesivas guerras”. Con este completo recorrido por las imágenes que marcan el rastro del transcurrir de la historia por Begoña -basada en la exposición del mismo nombre impulsada en su día por Bilbao Izan-, los autores pretenden mostrar la importancia de la memoria y el cuidado del patrimonio: “Conocer mejor de dónde venimos para saber mejor cómo somos”, resume Koldo Urrutikoetxea.

El libro Begoña: un pueblo de cuerpo entero revisita imágenes históricas de la actividad económica de los barrios, desde la agrícola Begoña con sus txakolis hasta la industria más pesada de la fábrica de Etxebarria, pasando por la tabacalera de Santutxu. Invita a recorrer Zabalbide y sus peregrinaciones y a conocer la historia de edificios emblemáticos como la escuela Luis Briñas o el casino. O rememora paisajes como La Salve o la pista de patinaje de Artxanda mientras desde la altura del monte que corona la ciudad podemos observar cómo ha cambiado Bilbao hasta nuestros días.

En suma, nos incita a conocernos mejor a nosotros mismos disfrutando del álbum de fotos familiar de Begoña.

El vídeo documental sobre Begoña y su historia al completo en el canal de Youtube de ‘Bilbao Izan’