Bilbao - Con la iniciativa del centro Darwin, cinco países europeos aúnan experiencias para compartir conocimiento y prácticas en torno a cuatro ejes -transición ecológica, gobernanza participativa, coworking y emprendizaje social- con el fin de difundir los resultados de manera abierta a través de una caja de herramientas (toolbox) on line durante 2017. El proyecto lo capitanean Darwin Eco-System (Burdeos), ZAWP (Bilbao), LX Factory (Lisboa), Rojc Alliance (Pula, Croacia), Capture Projects y The London Borough of Lewisham (Londres). Hoy continúa el segundo encuentro internacional en el espacio bilbaino, donde Ruth Mayoral y Ane San Miguel representan el espacio bilbaino.
¿En qué consisten los encuentros?
-RUTH MAYORAL: Hay diferentes tipos de encuentros dentro del proyecto. En un encuentro de dirección coordinamos cómo vamos a trabajar en los próximos años, por tanto es un encuentro de trabajo. Después están los encuentros transnacionales en los que estamos todos los socios, los bilateral training y las visitas de estudio.
-JEAN PIERRE BROSSARD: En cada país tenemos una especialidad. En Darwin, en Burdeos, tenemos una práctica muy fuerte de transición ecológica, por lo que eso será lo que enseñemos a una persona de otro país.
-R. M.: En el proyecto hay dos partes muy diferenciadas; por un lado está la investigación, y por otro está la parte más práctica de toolbox. Las dos están interrelacionadas.
¿Pueden participar centros que no estén asociados a los encuentros?
-R. M.: Cuando hacemos los encuentros bilaterales y transnacionales hacemos una agenda donde todos los países que vienen pueden conocer a nuestros socios locales o agentes municipales que pensamos que pueden ser de interés. Somos una serie de socios estables a la hora de trabajar pero estamos abiertos a otros colectivos y otra gente.
-J. P. B.: Queremos que los resultados de este proyecto europeo sean compartidos con los actores locales. Hemos empezado en Burdeos para crear una red de coworking para compartir la formación y después crear puentes que pueden ser entre el País Vasco y Aquitania para ir a distintos lugares y aprovechar las colaboraciones económicas.
¿Por qué la elección de cinco países?
-J. P. B.: Había una relación entre Burdeos y Bilbao, conocíamos el Xfactory de Lisboa y teníamos relación con Londres. Tener un nuevo país como Croacia también nos parecía interesante. ZAWP de Bilbao, por ejemplo, trata más temas de cultura y en Darwin los temas más relacionados con la economía; esa es la clave del éxito en la innovación.
-R. M.: Pertenecemos a centros que tenemos una serie de particularidades pero todos tenemos algo en común.
Tienen también el soporte de la Comunidad Europea y Erasmus+, lo que seguro es un gran apoyo.
-J. P. B.: Es importante, porque da credibilidad y financiación al proyecto. No es solamente un proyecto de colaboración a nivel del territorio, consiste en mejorar los métodos de trabajo.
-R. M.: Erasmus+ apoya proyectos de formación; es decir, este proyecto consiste en cooperación europea -que en medio plazo generará economía e intercambio- y, sobre todo, en formación. No hay muchos proyectos que generen una red profesional donde se refuerce un conocimiento que además se comparte.
-J. P. B.: Es una manera de formar muy informal, pero tenemos una estructura de programa europeo que facilita el desarrollo del proyecto.
-R. M.: Marca un referente en cuanto a aprendizaje. Es en centros como el nuestro donde ahora se está produciendo un conocimiento muy potente. La escuela ya no es el único input por el que se aprende. Centros como ZAWP o Darwing son los que nos permiten hacer cosas que aún no existen.
¿Es una forma de anticiparse a una realidad de trabajo inminente?
-R. M.: Ya lo estamos viviendo, el problema es que aún no tiene un discurso. No hemos sistematizado esas herramientas. Centros como los nuestros están poniendo en marcha nuevos proyectos. Los nuevos modelos son cosas inexploradas donde las herramientas las inventas para solucionar aquello a lo que te enfrentas. Desde ese punto de vista se genera mucha metodología que es nueva y no se está compartiendo.
-J. P. B.: No hay estudios sobre ello. Hace unos años comenzamos a construir un equipo de lugar, ¿pero qué pasa con el coworking? ¿Son solo personas o empresas juntas en el mismo sitio? No hay estudios sobre los cambios de comportamiento en el trabajo. Este proyecto permite hacer una fotografía de la realidad.
Cada vez se escucha más la palabra coworking, incluso en Bilbao. ¿Cuál es su situación en la villa?
-R. M.: Compartir un espacio para trabajar no es exactamente lo mismo que cotrabajar. En Bilbao hay muchos centros donde se están produciendo sinergias, pero también hay otros centros donde lo único que se comparte es el espacio. Se ha malinterpretado el término coworking y se ha quedado vacío. Según nuestra experiencia, en un espacio de coworking se produce un intercambio de conocimiento experto. Yo soy socióloga, tú eres economista y podemos intercambiar conocimiento experto de una materia en concreto.
-J. P. B.: Coworking es un verbo, no es solamente un sitio, es una manera de trabajar.
En cuanto a la gobernanza participativa, ¿está relacionada con la idea de trabajar sin jerarquías?
-R. M.: Es cuando puedes hablar de tú a tú, contrastando opiniones, y es el valor de los dos lo que construye. La gobernanza participativa habla de un empoderamiento de las personas donde se trabaja al mismo nivel con la asociación de vecinos, el ayuntamiento, un colectivo de jubilados... Esas intersecciones son las importantes, lo que cuenta de estos centros es el impacto que tienen en su entorno.
¿Y qué hay de la transición ecológica?
-J. P. B.: Trata sobre temas como el reciclaje, las prácticas de movilidad, la eficiencia energética... Intentamos hacer esfuerzos en estos temas. Es una reflexión global pero importante para que los comportamientos cambien.
¿Se relaciona ese espíritu ecológico con el coworking, con el hecho de que hay muchísimos espacios vacíos y se sigue construyendo?
-J. P. B.: Utilizar los espacios existentes haciendo las obras para reducir el consumo de energía y conservar la arquitectura y la memoria del sitio en las zonas industriales es importante.
-R. M.: Todos los centros participantes en The origin of spaces somos centros recuperados. Cada uno es como un ecosistema en su propio territorio, eso es lo interesante a la hora de intercambiar.
¿Cuál es el proceso que seguirá el proyecto hasta 2017?
-J. P. B.: La información on line es interesante pero insuficiente. Tenemos que organizar encuentros e implicar a las instituciones, para tener más fondos, generar más formación... Puede ser a nivel regional, entre Aquitania y el País Vasco, por ejemplo.
-R. M.: Estos tres años son el pistoletazo de salida para algo que tiene que seguir. Queremos conseguir vías de financiación para poder sostener en el tiempo la parte de formación del proyecto para que continúe.