Más allá de su núcleo urbano, ahí donde los términos de la ciudad tropiezan con montañas que frenan la ampliación de sus perspectivas, Bilbao alberga una multitud de barrios con carácter propio. Recoger la memoria de su pasado ha sido la tarea llevada a cabo por Bilbao Izan, proyecto de difusión patrimonial del Área de Cultura y Educación del Ayuntamiento de Bilbao.

Con particular énfasis en recuperar la historia de los barrios, la iniciativa municipal ha organizado desde 2009 conferencias y exposiciones para dar a conocer la transformación de los diferentes territorios de la villa. Dicho trabajo ha sido recopilado por los comisarios de cada muestra en seis álbumes fotográficos que se reparten a partir de hoy con DEIA, con una primera entrega correspondiente al barrio de Deusto.

Rekalde: un espacio, unas gentes y Basurto, un enclave histórico, de Javier del Vigo y Joseba Eguiraun; Deusto: imágenes de un siglo, de Txema Luzuriaga; Begoña, un pueblo de cuerpo entero, de Alberto Ugarte, Koldo Urrutikoetxea y Hektor Ortega; Bilboko ezkerraldean: Bilbao La Vieja, San Francisco eta Zabala, de Arturo Izarzelaia y David Mateos, y Abusu-La Peña, historia de un continuo cambio, de Susana Serrano, completan la propuesta de los libros históricos.

“Desde un inicio, con las conferencias, se vio que había interés por parte de los vecinos de conocer más sobre la historia de su propio barrio, por lo que se pensó en hacer un trabajo divulgativo”, relata Serrano, profesora e investigadora de Historia Contemporánea en la UPV. De esa forma, los álbumes muestran una crónica mediante fotografías ordenadas cronológicamente y con un pequeño texto explicativo. “Hicimos una recopilación, muchas de las imágenes nos las aportaron los vecinos”, indica Del Vigo, quien señala que tienen más de 1.000 instantáneas del barrio de Rekalde guardadas en formato CD.

Mediante la selección, los comisarios han destacado el espíritu de cada barrio. “En nuestro caso nos hemos centrado principalmente en fotografías de los 50-60, la época en la que la inmigración llega a un Bilbao ya construido”, señala Del Vigo, autor junto a Eguiraun de dos de los libros, correspondientes a Rekalde y Basurto. “En el álbum de La Peña hemos arrancado desde los orígenes, hay restos que dicen que los primeros pobladores de la villa estaban ahí y la documentación medieval indica que hubo un intento fallido para fundar la villa ahí en torno a 1280”, cuenta Serrano, quien ha tratado de mostrar hechos que muchos ciudadanos ignoran.

A partir de la mitad del siglo XX, según Del Vigo, las parroquias cumplieron un papel “fundamental” en las zonas periféricas de la villa como Peñascal, Uretamendi, Rekalde, La Peña... “Aquellos párrocos no eran solamente religiosos, hicieron una gran labor social cohesionando los barrios y fomentando iniciativas de coros, dantzas...”, opina Serrano, en consonancia a la afirmación de Eguiraun: “Los grupos políticos se juntaron con los religiosos dejando las siglas aparte para transformar los barrios y conseguir cosas”.

“La vida de los barrios ha sido muy activa, con sus asociaciones de vecinos han tenido fuerza para solucionar los problemas. En los años 50 y 60 el principal inconveniente es que estaban abandonados por la administración; es decir, el raquitismo del gasto público en los barrios”, apunta la comisaria encargada de realizar la selección de La Peña. A partir de la transición, sin embargo, la situación cambió favorablemente para las zonas periféricas.

“Basurto era un espacio deshabitado donde Bilbao se expandió, muchos servicios que la ciudad necesitaba pero que no quería que estuviesen en el centro se ubicaron ahí, como el edificio de materias inflamables”, señala Eguiraun. Actualmente es uno de los barrios que más está cambiando, “desde las Torres Garellano, pasando por el futuro de la Universidad, a Sabino Arana”.

Idiosincrasia propia

Como ejemplo de barrio que no ha percibido una conversión tan intensa destaca Bilbao La Vieja. Uno de los comisarios de la exposición referente al céntrico barrio bilbaino, Arturo Izarzelaia, indica que el libro repasa muchos ámbitos: El arrabal de Bilbao La Vieja, la estructura medieval -que ha perdurado hasta hace 8 años-, la primera agrupación socialista de 1886, la prostitución y los cabarets en La Palanca, la importante avenida comercial hasta los 70... “Si preguntas a la gente dónde estaba la noche te dirán en Las Cortes, donde podía haber 120 músicos repartidos en 20 locales. Eso ya no existe, pero sigue siendo un lugar de primera acogida para los inmigrantes”, señala.

Txema Luzuriaga, comisario de la exposición de Deusto, alberga un archivo de más de 3.000 fotografías de la anteiglesia que en 1925 fue anexionada por Bilbao. En la confección del libro ha tenido que realizar una exhaustiva selección: “En la primera parte refleja el Deusto antiguo, anterior a la anexión de Bilbao, con sus personajes, sus fiestas y sus edificios más insignes. Y en la segunda se puede ver, una vez Deusto forma parte de Bilbao, cómo los distintos barrios -Elorrieta, La Ribera, Arangoiti o Sarriko- van cogiendo más personalidad”.

De otra anteiglesia habla Hektor Ortega, aunque en este caso menos conocida. “Begoña fue un municipio independiente hasta 1925, con su alcalde, sus funcionarios, sus escuelas... Esa memoria histórica de municipio se ha perdido y nuestro objetivo es transmitir la existencia de ese pueblo que empezaba en la curva de La Salve y acababa en Otxarkoaga, subía hasta Artxanda y llegaba hasta prácticamente la Plaza de Unamuno” señala el comisario sobre el objetivo marcado con la confección del libro correspondiente a su barrio.