Bilbao - El Ayuntamiento de Bilbao y la Fundación Gizagune han decidido duplicar esfuerzos durante las fiestas de la villa y, a pesar de que no lo consideran un punto caliente dentro del programa Promocionando el civismo: el botellón en las calles de Bilbao, que arrancó en febrero, se establecerá un dispositivo especial para concienciar a los jóvenes sobre la práctica del botellón. Así, personas promotoras del civismo visitarán las zonas donde la juventud hace litros e intentarán estar en contacto directo con los jóvenes bilbainos. “Este año, en Aste Nagusia habrá el doble del dispositivo normal que ponemos en marcha los fines de semana. Trabajaremos de manera conjunta con el Área de Fiestas del Ayuntamiento para reforzar puntos y compartir la información, así como con la Policía Municipal, en caso de que sea necesario”, relata Sabin Anuzita, concejal de Euskera, Juventud y Deporte.

Habitualmente, el equipo de Gizagune se compone de dos personas que rondan las calles de Bilbao hasta las tres de la mañana. En Aste Nagusia, este dispositivo será de cuatro miembros que a lo largo de toda la noche se acercarán hasta los grupos de jóvenes que estén en el entorno de las txosnas, muelle de Ripa, Zorrotzaurre, Jardines de Albia... Los días especiales, como la víspera del día grande, el propio viernes y el último fin de semana, el grupo se ampliará hasta las seis personas.

“El año pasado fue una fiesta ordenada. No creo que la semana de Aste Nagusia sea un punto caliente dentro del programa anual con el que trabajamos. Lo que se vio el año pasado, cuestión que no achaco a los jóvenes, es que en fiestas destacó el botellón entre el público en general, quizá fruto de la mala situación económica”, explica a DEIA Anuzita, quien apuesta por “tener ciertas miras de tranquilidad y estar vigilantes con los jóvenes y con los comas etílicos que se dan en Bilbao durante Aste Nagusia”.

Con los datos del primer semestre en la mano, desde el Consistorio de Bilbao valoran de manera “muy positiva” el proyecto. “El compromiso que adquirimos era hacer primero un mapa de la situación del botellón en la ciudad, pero hemos querido ir más allá y, junto con Gizagune, hemos intentado llegar directamente a los jóvenes”, resalta el concejal del Ayuntamiento bilbaino. “Han sido los jóvenes quienes han dicho que ya era hora de que alguna institución se acercara al público joven sin poner multas, sino preguntando, compartiendo y acompañando”, apunta el edil.

Las instituciones son conscientes de la situación actual. “El ir a tomar potes es ahora más caro y en la actualidad el botellón se ha puesto de moda a nivel social”, dice Anuzita. “Está claro que lo primero que hay que hacer es concienciar y prevenir, y después, en caso de que la situación vaya a más, ya llegarán las medidas coercitivas”.

Desde Febrero Es la fórmula que desde el 15 de febrero se ha aplicado durante la gran mayoría de sábados en las calles de la capital vizcaina. “Todavía queda mucho trabajo por hacer con los jóvenes. Estamos detectando otra serie de cuestiones que se trabajarán desde otras áreas del Ayuntamiento, como el consumo de otras drogas junto con el alcohol, algo que ya preveíamos que sucedía en botellones”.

“Todos los datos obtenidos son fruto de la apuesta que ha hecho el Consistorio por saber cómo viven y cómo se divierten los jóvenes. Creo que la experiencia de las lonjas en Bilbao nos ha dado un ejemplo a seguir. La tarea ha consistido en preguntar qué hacen en su tiempo libre para luego nosotros reflexionar”, cuenta Anuzita, que también subraya como elemento positivo lo conscientes que son los jóvenes de la problemática que puede acarrear la práctica del botellón. “Se dan cuenta de que puede ser molesto si generan ruido y suciedad. En Bilbao, por suerte, los jóvenes son bastante respetuosos en su ocio y tiempo libre. Que hagan botellón no gusta al Ayuntamiento, pero eso no quita para que nosotros también seamos respetuosos con ellos”.

El Ayuntamiento y Gizagune seguirán trabajando de la mano hasta finales de año, con el reto de sensibilizar a los jóvenes y a toda la ciudadanía en el consumo de alcohol y otras drogas, así como en el uso del espacio urbano. Para ello, incidirán en el trabajo de campo y en el contacto directo con la calle durante Aste Nagusia, encuestando a los jóvenes que practiquen botellón.