Bilbao. El antiguo edificio de Ingeniería Técnica Industrial de La Casilla tiene los días contados. Tras el traslado de sus alumnos a la nueva sede de San Mamés, era cuestión de tiempo que el bloque fuera derribado. Ahora, ya hay fecha para iniciar la demolición: la Diputación empezará a echar abajo el inmueble a finales de este año. Todavía no está claro qué se hará con el solar que quedará libre, de unos 21.000 metros cuadrados. La intención del ente foral es destinarlo a servicios públicos, eso sí, cuando se dispongan de suficientes recursos económicos.

La Escuela de Ingenieros Industriales ha estado siempre, desde principios del siglo pasado, situada junto a la plaza de La Casilla, aunque en los años cincuenta se levantó el edificio que aún hoy se mantiene junto a San Mamés, quedando allí únicamente los estudios técnicos. Pero desde septiembre de 2012, cuando los primeros alumnos de la nueva facultad construida entre el nuevo San Mamés y el edificio Bami estrenaron estas aulas, el inmueble quedó vacío y sin ningún tipo de uso.

El departamento foral de Hacienda ya había reservado una partida económica en los presupuestos de este año para acometer la demolición, que finalmente dará comienzo a finales de este año. El derribo incluirá no solo el propio edificio de la escuela, sino también un inmueble colindante que acogió la residencia Esteban Terradas. En total, los trabajos se prolongarán cuatro meses.

A mano y a máquina Para la demolición se combinarán los sistemas manuales y mecánicos. Así, por ejemplo, se retirarán a mano todas las instalaciones generales -luz, gas, telefonía...- y los residuos peligrosos como las placas de fibrocemento o productos químicos, y elementos como ascensores, falsos techos o vidrios. Posteriormente se acometerá la demolición propiamente dicha, de forma mecánica, de los tabiques, pavimentos, escaleras y la estructura de hormigón. Todos los residuos generados serán separados en el mismo lugar de las obras y, en el caso de los peligrosos, derivados a un gestor autorizado.

En estos momentos ya se ha sacado a concurso la ejecución y dirección de la obra y se ha liberado el interior del inmueble. De hecho, todo el mobiliario que aún quedaban en el edificio se ha donado a algunas ONG y asociaciones que lo han solicitado. Después del derribo, en el solar quedará disponible una superficie de unos 21.000 metros cuadrados. Hace unos años, las previsiones eran reunir los diferentes departamentos que en estos momentos ocupan espacios alquilados en Bilbao para reducir costes y este espacio era uno de los llamados a acoger estas nuevas sedes. Pero la crisis económica ha dado la vuelta a las prioridades y, de momento, no parece que va a ser posible construir este edificio. Eso sí, la intención de la Diputación sigue siendo la de destinarlo a servicios públicos del propio ente foral, cuando haya recursos económicos suficientes.