Bilbao. Cuenta Álvaro que su padre le hizo cofrade el mismo día que nació. Veintiocho años después sigue siéndolo y es algo de lo que está muy orgulloso. Participa activamente en las procesiones de Semana Santa como cargador o como simple cofrade de a pie con un cirio. "Es una sensación buenísima", dice, "pasear por las calles de Bilbao de forma anónima".
¿Cuándo empezó a desfilar?
Cuando era un niño. La primera vez fue en Sevilla porque a mi padre le gusta mucho ir a la Semana Santa sevillana. Y allí desfilé, de monaguillo y con la cara descubierta.
Y en Bilbao, ¿desde cuándo toma parte en las procesiones?
Desde 1995, que es cuando mi padre refundó la Hermandad y volvió a haber procesiones. Yo entonces tenía 11 años y salí de cofrade.
¿Y de cargador?
De cargador empecé con 18 años. Cuando tenía esa edad es cuando comenzó la cofradía a sacar los pasos a hombros. Al principio empezamos unos ocho cargadores con un paso pequeño y ahora estamos cincuenta, la mayoría, jóvenes.
¿Cuántos pasos saca su cofradía?
Tres. El Cristo de la Humildad y la Virgen de la Caridad, el Domingo de Ramos, y el paso de misterio con seis figuras, hoy, Viernes Santo. Los dos primeros son pasos medianos y el tercero, es como los que se sacan en Sevilla, muy pesado.
¿Qué diferencia hay entre cargadores y costaleros?
Los costaleros llevan el paso agarrado sobre el costado y la nuca. Es la forma habitual de llevarlos en Sevilla. Los cargadores portamos los pasos sobre el hombro. Así los llevamos en Bilbao y en otras ciudades como Málaga.
¿Es duro ser cargador?
Pues sí. Es duro porque el paso avanza muy lentamente y al final se acaban cargando las piernas y el cuerpo. Pero de eso se trata, de hacer un poco de mortificación.
¿Cuando van portando el paso llevan la cara tapada?
Sí, pero sin capirote.
¿Van descalzos?
No. En nuestra cofradía, si alguien quiere ir descalzo tiene que comunicarlo al presidente y justificarlo porque se considera una penitencia excepcional. Es peligroso, por los cristales, desfilar descalzo.
¿Cuál es el momento más emotivo en las procesiones cuando portan el paso?
Cuando realizamos cada una de las levantadas, que siempre las hacemos por una intención.
¿Qué significa eso?
Que lo hacemos en memoria de alguien. Este año, por ejemplo, la primera levantada la hicimos por un cargador que falleció de cáncer hace dos semanas. Luego también lo hemos hecho por el Papa o por causas familiares.
¿Antes de salir con el paso realizan alguna preparación especial?
Desde el punto de vista físico, recomendamos que se hagan flexiones, y desde el punto de vista espiritual, cinco minutos antes de salir, el presidente de la cofradía da unas pequeñas explicaciones sobre el motivo de la procesión para que la gente esté un poco centrada. El que quiere también puede rezar una oración de forma conjunta.
¿Hay que ser religioso para participar en las procesiones?
No necesariamente. Nosotros tenemos gente que lo hace por tradición, porque sus padres o sus abuelos lo hacían. Nuestra cofradía es un foro donde hay personas de todo tipo de condición social, cultural y económica. Y eso es impresionante.
¿Usted desfila todos los días?
Sí. Yo salgo con mi cofradía el día que organiza la procesión y el resto de la semana procuro salir con las otras cofradías. Hay muchos cofrades y no nos podemos permitir el lujo de salir solo un día.
Cuando no desfila como cargador, ¿cómo lo hace?
Desfilo a pie, con cirio y capirote.
¿Ha aumentado el número de cofrades en los últimos años?
Sí. Además hay mucha gente joven y tenemos un grupo de niños que aseguran el futuro.
Y de público, ¿notan una mayor presencia?
Sí, aunque la cantidad de público varía en función del tiempo que haga. Pero sí hemos notado más gente.
¿A qué cree que se debe?
Yo creo que gracias al apoyo de las cofradías y del Ayuntamiento, la Semana Santa bilbaina está cogiendo bastante impulso en los últimos años. Ahora se explotan más las ofertas culturales más cercanas como las procesiones. Antes, en las vacaciones, todo el mundo desaparecía.
Fuera del ambiente de las cofradías, ¿qué le dicen cuando comenta en el trabajo, por ejemplo, que es cargador?
Normalmente, les sorprende. A la gente le llama la atención, pero cuando lo suelto y surge la conversación, jamás me han respondido de forma agresiva o despectiva. Todo lo contrario, me piden datos e información.
¿Y usted les da?
Claro, les doy folletos.
¿Ha conseguido que algún compañero de trabajo se anime a desfilar?
Sí. El otro día, un compañero médico salió por primera vez debajo del paso conmigo y me ha dicho que el año que viene repite. Es que es una experiencia que hay que vivirla, engancha.
¿Por qué engancha?
Porque es una sensación única. Porque se pasa por las calles por donde vas todos los días corriendo, pero durante el desfile se va de forma anónima, en silencio y reflexionando sobre el orden de prioridades de tu vida.
¿Espera con ganas la llegada de la Semana Santa?
Sí, claro. Aunque para nosotros, la Semana Santa dura como mínimo dos meses y una semana. El mes anterior estás de preparativos y el posterior de recogida. Pero el resto del año mantenemos el contacto con pequeños actos.
¿Qué significa para usted la Semana Santa?
A mí me ayuda mucho porque es el momento central de mi fe a lo largo del año.