BILBAO. Es el anhelo de todas las ciudades y pueblos: despejar las calles de cables, limpiar las vistas y dar una mayor seguridad. En Bilbao, hace ya ocho años que se pusieron a trabajar para descablear el Casco Viejo de la ciudad. En este tiempo diez calles del distrito de Ibaiondo han visto despejado el horizonte, que es la mitad del Casco Viejo, y ahora comienza la segunda fase que beneficiará a la calle Carnicería Vieja.

"La mitad del Casco Viejo ya está descableado". La afirmación la hizo el concejal de Obras y Servicios del Casco Viejo en el último pleno celebrado en el Ayuntamiento de Bilbao a propósito de una proposición presentada por el PP en el que instaba a la Junta de Gobierno a la creación de un plan especial de prevención de incendios para aquellos barrios de Bilbao que por su tipología urbanística o por sus condiciones sociales lo aconsejaran. En muchas ciudades este ha sido el principal argumento para acometer la retirada de los cables que cruzan las calles expuestos a accidentes fortuitos pero, además, su retirada tiene que ver también con un modelo de ciudad sostenible, limpia y bella. Y en este contexto los cables que antiguamente soportaban las redes de ciudades y pueblos ya no tienen cabida.

En 2005 el Ayuntamiento de Bilbao presentó un plan para liberar al Casco Viejo de la ciudad de la maraña de cables que afeaban un conjunto catalogado como monumento histórico. En aquel momento ya se hablaba de que el proyecto tenía previsto absorber un presupuesto de 600.000 euros, sin coste para los vecinos, salvo que se acometieran obras particulares aprovechando los trabajos generales de retirada del cableado. También se adelantó que la obra se prolongaría durante toda la legislatura.

A favor de este cometido estaba la buena disposición de los operadores privados a los que pertenece parte del cableado que se debe retirar. Con ellos es con quien se han tenido que acordar los términos de la retirada del mismo. Avanzaba entonces Sabas que para llevar a buen puerto esta iniciativa era "fundamental contar con el apoyo de los vecinos", por lo que solicitó "implicación y apoyo constructivo para poder llevar a cabo este anhelo vecinal y deseo municipal".

Durante estos últimos ocho años la actuación ha consistido en la creación de arquetas, renovación de armarios de conexión, localización de tubos exteriores y su correspondiente derivación interior. Con todo se ha logrado no sólo mejorar estéticamente las calles del Casco Viejo, sino mejorar las redes de distribución de servicios y disminuir los riesgos derivados de tener el cableado en las fachadas.

Hasta la fecha se han realizado cinco fases con una inversión que alcanza los 3.728,66 euros. Esto ha permitido liberar de cables diez calles del Casco Viejo. Se trata de Ribera, Ronda, Somera, Artecalle, Tendería, Belosticalle, Bidebarrieta, Correo, Victor y Lotería. En ellas se ha soterrado y acondicionado la energía pero también las telecomunicaciones y la televisión.

Aún queda trabajo por hacer. De hecho se podría decir que el Casco Viejo se encuentra en el ecuador de los trabajos porque prácticamente la mitad del Casco Viejo sigue pendiente de que se realicen los trabajos en sus calles para mejorar sus fachadas.

A pesar de las crisis, el área de Obras y Servicios ha reservado presupuesto para continuar con los trabajos. La siguiente fase de descableado se llevará a cabo en los dos próximos años. Los trabajos se desarrollarán en la calle Carnicería Vieja, otra de las zonas emblemáticas del conjunto histórico de la ciudad. Además, según señalan desde la dirección del Área de Obras y Servicios del Ayuntamiento coincide con la calle prioritaria del Plan de Revitalización del Casco Viejo, uno de los objetivos que figura entre los retos de esta legislatura y que contempla actuaciones en todos los ámbitos para dinamizar esta zona de la ciudad con un presupuesto de medio millón de euros.

"Lo más importante en este proceso realizado durante los últimos ocho años así como en el trabajo que resta por hacer es la buena disposición de los vecinos. En algunas comunidades ha sido fácil llegar a un consenso entre ellos, pero hay que destacar el trabajo tan importante que se ha realizado desde Surbisa", señalan desde la dirección del área que coordina todos estos trabajos.

Durante los próximos cinco años los vecinos de Bilbao podrán ver cómo poco a poco van desapareciendo los cables de todo el Casco Viejo acabando así con los obsoletos y antiestéticos tendidos aéreos así como con esos que serpentean las fachadas de los edificios.