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bilbao siempre ha sido una ciudad de vanguardia y más si cabe en cuestiones relacionadas con el diseño y la arquitectura. Más allá del Museo Guggenheim y La Alhóndiga, ha habido otros edificios que han dado personalidad y han dejado su impronta en la villa. Uno de ellos es el conjunto de edificios de Pedro Astigarraga, más conocido como las Casas Americanas de Sarriko. Esta peculiar instalación, con los 45 años ya cumplidos, está desde el pasado miércoles en pleno proceso de rehabilitación. Este edificio formado por tres bloques -dos paralelos y un tercero perpendicular a los otros dos- sufrirá un lavado de cara que rejuvenecerá su imagen y mejorará sus servicios. Los trabajos afectarán a la fachada exterior de los bloques que será renovada completamente y mejorará el aspecto de estas viviendas que son unos de los elementos arquitectónicos más peculiares de la capital vizcaina. "En su momento fue un edificio muy innovador en la villa, pero en todo este tiempo solo había sufrido trabajos intermedios de reforma. Por ello, necesitaba unos trabajos de remodelación integral", explica Ángel Ovejero, director comercial de Andrasa, empresa encargada de llevar a cabo estos trabajos.

Por ello, a las Casas Americanas de Sarriko ya les tocaba someterse a una profunda reforma. De este modo, los trabajos se prolongarán durante alrededor de 8 meses y en los mismos se hará un "saneamiento total del hormigón y el forjado" de este edificio en el que el hormigón adquiere un total protagonismo tanto en la fachada como en el interior, ya que las escaleras y las barandillas de los pasillos exteriores están hechos de este material. Para convertir este lifting de un mero proyecto a una sólida realidad se requerirán 1.100.000 euros de inversión y alrededor de 40 toneladas de hormigón. Pero el primer paso de cualquier obra de esta enjundia no incluye el hormigón, sino las barras de metal que dan forma y consistencia al andamiaje. El proceso de montado de toda la maraña de hierros que forman el andamio que facilitará a los operarios la realización de los trabajos comenzó el pasado 23 de enero.

Ese paso previo e imprescindible duró menos de dos semanas y, el pasado miércoles, ya se empezaron a realizar los trabajos de renovación de la fachada del número 2 de la calle Pedro Astigarraga, que será el primero de los tres bloques en ser renovado. Tras él, serán los números 3 y 4 los que serán remodelados. "Lo primero será mejorar las acometidas de agua, saneamiento, bajantes de tejado y pluviales. Estos son los puntos más débiles de estos edificios y queremos fortalecer este aspecto a la mayor brevedad", señala Ovejero. Este punto de los trabajos será el más "laborioso" dentro de unas obras, ya de por sí, delicadas. Y es que estos tajos no son un mero recubrimiento, el hecho de que todo sea hormigón armado hace que estas obras sean "trabajo de orfebre". La idea de este proyecto consiste en mejorar los servicios de estas viviendas entre las que, algunas, son de propiedad municipal. Pero esta mejora no debe traducirse en una pérdida de los rasgos principales que han hecho a estos edificios unos de los más característicos de la villa. "Estamos buscando que se mantenga la misma estética. Que pese a la modernización de diversas estructuras, el edificio siga teniendo el mismo aspecto exterior", indica el director financiero de Andrasa.

HISTORIA Y REFERENCIA Por este mismo motivo, tras la finalización de los trabajos "pasado el próximo verano", se podrá ver en todo su esplendor aquella estructura que se alzó al cielo bilbaino entre 1966 y 1968. El proceso que dio origen a la construcción de estas viviendas comenzó en 1959. Aquel año, Bilbao dio pasos en favor de su modernización y para atender la creciente demanda de viviendas. En este sentido, se produjeron cambios en las ordenanzas para solucionar el problema de la construcción de infraviviendas. Así llegó a la villa la prefabricación de viviendas. Ya en 1963, Viviendas Municipales convocó un concurso para realizar unos bloques en la calle Islas Canarias. La idea que más sedujo al Consistorio fue la de los arquitectos Rufino Basañez, Julio Esteban y César Larrea. La inspiración para dar a luz este proyecto llegó de Francia, concretamente de la Unidad habitacional de Marsella, una de las obras más características del arquitecto Le Corbusier. La innovadora idea de Basañez, Esteban y Larrea tuvo calado y gran éxito en la villa. Por ello, para mantener el éxito y su característica imagen, estos tres bloques se hacen un lifting que le permitirá seguir bello y llamando la atención de todos aquellos transeúntes que paseen por la calle Pedro Astigarraga en Sarriko.