Bilbao. El colegio Esclavas del Sagrado Corazón-Fátima lleva todo el presente curso celebrando su 125 aniversario. Esta efeméride se deja sentir en cada rincón de las instalaciones tanto del centro Sagrado Corazón como en las del colegio Fátima. El primer síntoma inequívoco de la celebración es la lona que, en la entrada, anuncia el aniversario. Ya en las entrañas de sus instalaciones se pueden ver fotos históricas, instantáneas que repasan lo acontecido en todo este tiempo. Excursiones, actividades que se hacían en el propio centro... Todo ello evoca y da una idea del progreso que ha experimentado este colegio que lleva 125 años modernizándose constantemente para seguir siendo una referencia en la educación.

"Haber llegado a cumplir 125 años es todo un orgullo para nosotros", asegura Inmaculada Artetxe, directora del colegio Esclavas del Sagrado Corazón-Fátima. Fue en 1888, cuando en el número 2 de la calle Tíboli, las Hermanas de la Congregación Esclavas del Sagrado Corazón de Jesús pusieron en marcha este colegio. Esta congregación religiosa había llegado en 1886 a la villa, concretamente, a San Francisco donde empezaron a educar a niñas del barrio a pesar de la escasez de medios existente y la polémica que suscitó el hecho de que las niñas recibiesen formación. Todo ello estuvo encabezado por Santa Rafaela, una mujer de la localidad cordobesa de Pedro Abad, quien fue el alma máter de la creación del centro educativo solo para niñas. Así fue hasta el año 1996 cuando el centro se convirtió en un colegio mixto.

Ahora, a sus 125 años, en el colegio conviven tanto niñas como niños de entre 2 y 18 años. Los jóvenes de entre 2 y 14 años están en el colegio Fatima Ikastetxea situado en Enekuri. Estas instalaciones se crearon en 1973 porque la sede de la calle Tíboli se quedaba pequeña para la actividad que requería ese colegio que estaba en pleno crecimiento. Mientras que en las dependencias del colegio Sagrado Corazón estudian los alumnos del segundo ciclo de ESO y los de Bachillerato. "Nuestra formación es integral y personalizada", destaca la directora del centro. Para ello, es muy importante el clima que se crea en las aulas. "Vivimos en un ambiente familiar, de confianza y cercanía entre profesores y alumnos. Eso, ayuda mucho a la hora de solucionar problemas", señala Artetxe.

Esos son algunos de los elementos característicos que forman el carácter de este centro que "siempre ha sido una referencia entre los colegios de Bilbao". Una de las claves que le han convertido en un modelo a seguir entre los centros educativos de la villa ha sido la capacidad de adelantarse a las demandas sociales. Así las cosas, en la década de los cuarenta ya se impartían clases de inglés y a mediados los sesenta se introdujo el modelo de Bachillerato nocturno.

En esos progresos constantes que experimenta el centro, el último paso es la implantación del trilingüismo y del bachillerato dual. Esta última modalidad de estudio permite que los estudiantes se puedan sacar el bachillerato estatal y, simultáneamente, los estudios de este grado que se cursan en EE.UU. "Todos estos cambios y progresos no hubiesen sido posibles sin los profesores", remarca Artetxe. Los docentes son los primeros en recoger los cambios y en ampliar sus conocimientos para dar a los alumnos la mejor formación. Para ello, los docentes reciben una formación continua.

En el futuro, desde el centro pretender seguir progresando e innovando. "Nuestra intención es seguir muchos años y continuar andando por el mismo camino. Queremos seguir dando la mejor educación en clave cristiana a las próximas generaciones", finaliza Inmaculada Artetxe.