Independizarse a los diez años
El Ayuntamiento de Bilbao impulsa por cuarto año el programa de acompañamiento a escolares
Bilbao
DESDE el mismo momento de nacer, la vida es un continuo camino en pos de lograr autonomía. Las primeras palabras y los primeros pasos son el preludio a otros hitos que hacen del ser humano alguien más independiente. Desde ayer, Naiara, Ibai, Izan y Álex son un poco más autónomos, ya que se valen por sí mismos para ir al colegio. Además, van a clase de una forma segura y sostenible, ya que acuden en autobús al centro educativo Pagasarribide. Todo ello es gracias al servicio de acompañamiento al colegio que, por cuarto año consecutivo, ha puesto en marcha el Ayuntamiento de Bilbao y en el que, además de ir al colegio, los alumnos aprenden a utilizar el transporte público. "Con Bilbobus queremos hacer una labor pedagógica con los menores y así darles una mayor autonomía y enseñarles a usar correctamente el transporte público", explica Asier Abaunza, concejal de Circulación y Transportes del Ayuntamiento de Bilbao.
Por el momento, ocho jóvenes de entre 10 y 12 años ha empezado a ir solos al colegio. "Antes íbamos los amigos todos juntos andando al cole, pero ir en autobús es mucho mejor", señala Naiara, mientras asienten sus amigos Ibai, Izan y Álex. Todos ellos esperaban ayer en la marquesina del número dos de la avenida San Adrián la llegada del Bilbobus que les llevaría hasta la puerta del colegio. "En casa están más tranquilos ahora que vamos al colegio en autobús", se sinceran. La razón de esa tranquilidad de los aitas es que, junto a estos niños, acuden tres monitores que, cada día, supervisan todo lo que ocurre. "A veces, son precisamente los padres la principal barrera a que los pequeños viajen solos a la escuela en transporte público, aunque estén acompañados por monitores", asegura Abaunza. No piensan así estos cuatro jóvenes independientes, para quienes esta forma de viaje es "muy cómoda".
Ataviados con sus mochilas, contaban ayer los minutos que faltaban para que llegase el Bilbobus. "Los niños suelen ser muy puntuales", precisan Jesús, Julián y Nerea, los adultos acompañantes de viaje. Ellos han hablado y se han coordinado con los padres para que todo funcione a la perfección. "A los padres se les nota tranquilos, porque entre todos hemos coordinado todo muy bien", explican.
Sobre las 08.45 horas, aparecía la roja silueta del Bilbobus de la línea 76. Los escolares formaban una fila e iban entrando al autocar. Unos pagando con creditrans; otros, en efectivo, y algún otro, con barik.
Madrugar menos Al entrar en el autobús se encontraron con otros niños que, acompañados por sus padres, acudían al colegio. Se sentaron, miraron el saldo de sus bonos de transporte y comenzaron a charlar. "Ahora tenemos más tiempo. Hay que madrugar un poco menos. Todo esto es una comodidad para nosotros", reconocían estos cuatro compañeros. El viaje fue corto, tan solo había tres paradas hasta que el autobús les dejó justo en la puerta del colegio. No había agobios, los niños estaban tranquilos porque sabían que llegarían a tiempo a sus clases.
"Es una gozada que el autobús nos deje justo en la puerta del colegio", reflexionó Naiara. Más si cabe en días como el de ayer, en el que haber subido andando podía haberse traducido en llegar con una gran mojadura a clase.
Se bajaron del autobús y, ante la atenta mirada de los monitores, enfilaron con calma hacia el colegio. Empezaron su jornada lectiva y lo hicieron con la tranquilidad de que a las 16.30 horas, cuando acabasen sus clases, se reunirían todos juntos otra vez para volver en autobús hasta casa.
"A las 16.50 horas, cogemos el autobús de vuelta", señaló Naiara. Se dan 20 minutos de margen para que, en caso de que hubiese algún retraso en la salida del centro, los niños puedan coger el autocar.
En condiciones normales, los niños podrán utilizar ese tiempo para charlar y afianzar su relación. Todo ello de forma segura y siendo cada vez, un poco más independientes. Esa es una lección que se aprende en el colegio y también fuera y, por supuesto de camino como hacen desde ayer Naiara, Ibai, Izan y Álex.
La iniciativa municipal está en pleno desarrollo y, a lo largo del curso, podría extenderse a otros centros educativos. Según adelantó Asier Abaunza, ya "se está trabajando" con ellos.
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