SE encendían ayer los fogones en el centro de día Bekoetxe donde, en un ambiente familiar, se preparaban los pintxos que más tarde serían presentados al jurado electo. Los nervios, las prisas y los contratiempos de última hora no fueron impedimento para preparar los manjares más exquisitos que se pueden degustar. Platos sencillos a la par que ingeniosos que no decepcionaban a quien se atrevía a meter la mano en el plato. Y es que ayer era un día de fiesta, el centro acogía la celebración de la novena edición del concurso de pintxos para personas con discapacidad.

Los grupos de chefs que crearon los suculentos bocados son usuarios de los centros del Instituto Foral de Asistencia Social (IFAS), especializados en la atención social de personas que sufren alguna discapacidad por daño cerebral. Concretamente, los centros que participaron en está edición fueron Zubiete, Orduña, Uribarri, Udaloste, Lusa, Lurgorri y Bekoetxe.

Este certamen surgió de la culminación de un taller de cocina que se imparte en los centros dentro del programa de rehabilitación funcional en el que, a lo largo del año, se aprende a elaborar ricas recetas que luego se podrán realizar en casa.

"Estas terapias están destinadas a recuperar su autonomía personal en actividades como la realización de compras, previsión de gastos o manejo de utensilios de cocina, entre otros", aseguraba ayer Teresa Muela, directora de Bekoetxe y organizadora del concurso. Gracias a estos talleres, los pacientes aprenden a ser funcionales y a realizar las actividades de la vida diaria que mejoran su calidad de vida.

Este tipo de concursos cada vez tiene más fama e importancia entre los centros, algo que queda patente año tras año. Y es que cada edición son más los grupos que se animan a participar. "Es un paso más, todo lo que les ayude a integrarse es positivo", aseguraban ayer las monitoras de los centros.

Los talentosos cocineros se esmeraron en la presentación de los pintxos, creando originalidades insuperables. Uno de los centros, por ejemplo, presentó una maqueta del faro de Alejandría hecha con latas de refrescos. Asimismo, los grupos intentaban ir conjuntados con la temática en la que se inspiraban. Se podía encontrar así a jóvenes vestidos de originales pintores, cuyos pintxos eran igualmente coloridos y originales; o un curioso grupo que, teniendo como tema referente la gabarra, se vistieron con la camiseta del Athletic. Otro caso curioso fue el grupo de baserri, que usaban ingredientes relacionados con los caseríos.

El jurado de este año estuvo compuesto por personalidades de la vida vizcaina como el trikitilari Kepa Junkera, el artista Alberto Palomera o el director del coro de Derio, Imanol Ormaza. Codo con codo, junto a Raquel Ruiz, una exusuaria del centro que se encuentra integrada en un taller ocupacional, fueron probando los pintxos.

Tras la cata, se entregaron los premios que se dividían en diferentes categorías. "Participar es lo importante, aunque yo quería ganar", afirmaba Antonio Fernández, uno de los gourmets perteneciente al centro Lurgorri, ganador de la categoría de Sencillez del pintxo. Mejor presentación, Mejor elaboración y Originalidad del pintxo fueron otras de las categorías premiadas ayer en el concurso.

Los ganadores se llevaron un original trofeo diseñado por Juan Ramón Muela, una medalla y un libro recopilatorio de las recetas de pintxos de años anteriores.