Bilbao. En la madrugada del 4 al 5 de septiembre de 1961, tras una novillada en la que actuaron Rafael Chacarte, J. M. Montilla y Manuel Benítez, El Cordobés, un pitillo que quedó sin apagar redujo a cenizas la Plaza Vieja de Bilbao, aquella que se inauguró en 1882, hace ahora 130 años, con un cartel formado por Manuel Fuentes Bocanegra, José Lara, Chicorro y Fernando Gómez Gallito Chico. Nueve meses y 15 días después del incendio, el 19 de junio de 1962, en coincidencia con el 25 aniversario de la entrada de las tropas de Franco en la ciudad durante la Guerra Civil y, ante un centenar de invitados, el director de la Santa Casa de Misericordia bendijo la nueva plaza de Vista Alegre. En los carteles de presentación de las Corridas Generales de aquel año puede leerse el lema XXV aniversario de la liberación de la villa...
Aquellos días también quedaron reducidos a ceniza aunque hoy su memoria se refresque con la conmemoración del 50 aniversario de Vista Alegre. Hoy mismo estalla el fin de semana de las celebraciones con una conferencia -prolongada con una cena...- de Manuel Benítez, El Cordobés que se celebrará en el hotel Ercilla. Van por delante las palabras pero lo que pesa, lo que queda, son las gestas. Las vividas durante el último medio siglo y las que se anuncian en la cenicienta arena de Vista Alegre (la legendaria arena negra de Bilbao, cuyo color la leyenda atribuye a la escarabilla de los Altos Hornos...) para este fin de semana.
Aparecerá mañana sobre el albero Iván Fandiño, el diestro de Orduña forjado en tardes truculentas, el torero que penó por los arrabales del toro, fiel a su idea de un toreo recio y de adorno justo, un torero de hierro que cuando estalla toca el hondón de los aficionados. "Nadie me ha regalado nada", ha comentado en más de un ocasión Fandiño, consciente de que si hoy pajarea por las altas cumbres el toreo fue porque comenzó su ascensión desde los infiernos, desde plazas portátiles y toros resabiados.
Mañana regresa Fandiño a Vista Alegre envuelto en una aureola de toreo grande. Lo hace tras haber faltado en la pasada Aste Nagusia, cuando de vísperas cayó malherido por el rayo de un toro fiero. Ya entonces la misma plaza que le había mirado con conmiseración -fue un gesto tan hermoso como desesperado el de aquel agosto en que se lanzó a matar sin muleta, jugándose la vida a cambio de un triunfo de ley...- le esperaba con expectación.
centurión romano El diestro de Orduña llega como un centurión romano, marcado por las cicatrices pero victorioso. Lo hace para convertirse en el quinto torero de la historia que se encierra con seis toros en Vista Alegre. Es el heredero de Paco Pallarés (1973), Juan José Padilla (2001), El Cid (2005) y El Juli (2009). De entre todos ellos, aquella tarde de El Cid con seis vitorinos es recordada como una de las más grandes vividas en este medio siglo. Viene Fandiño para encerrarse en una corrida concurso, una de esas tardes imaginadas para el lucimiento de la bravura del toro. Era de justicia una tarde así en una plaza donde el toro se adora por encima de todas las cosas. La cita, ya está dicho, es el 16 de junio, y un homenaje a los hierros que han sido premiados en Bilbao durante este medio siglo. Los toros de Partido de Resina (antiguo y venerable Pablo Romero), La Quinta (de encaste Santa Coloma), Victorino Martín (Saltillo), los domecqs de Torrealta y Torrestrella y los núñez de Alcurrucén tratarán de honrar a sus antepasados, que tanta gloria alcanzaron en Bilbao. Fandiño donará los honorarios a la Casa de Misericordia. " Mi grano de arena para una institución benéfica de Bilbao. Ahora que puedo he querido hacer la donación", asegura el diestro que tanto polvo mordió antes de hincarle el diente a un jamón.
Anuncian los carteles del fin de semana una sustitución de última hora. En la tarde del domingo, 17 de junio, se lidiarán seis toros de Garcigrande y Domingo Hernández para los diestros en activo que aún mantienen el corazón de los aficionados vistalegreños en una mano mientras torean con la otra. La maestría de Enrique Ponce y la entrega arrebatada de Juan José Padilla iban a compartir tarde y emociones con Julián López, El Juli. No podrá venir este último, lesionado. En su lugar aparece en los carteles Alejandro Talavante, el último triunfador de Las Ventas.