La taberna Retolaza ofrece el mejor caldo del Casco Viejo
El Bar Negresco y el Bar Fermín han obtenido el segundo y tercer premio.
El mejor caldo del Casco Viejo de Bilbao, y por ende del mundo, puede degustarse en la Taberna Retolaza (Tendería, 1). Así lo han decidido con sus votos los cientos de clientes participantes en el II Concurso de Caldos organizado por la Asociación de Comerciantes del Casco Viejo.
Yolanda Serrano, gerente del Retolaza, ha recibido la Txapela y el correspondiente Título Honorífico que le han sido entregados por Boni García y Jon Aldeiturriaga, presidente y gerente de la Asociación, y Juanma Bilbao, director de Zona de la BBK (patrocinadora del concurso).
El consomé del Retolaza es todo un clásico, cuya fuerza reside en los ingredientes tradicionales (carne, zanahoria, garbanzos, hueso, perejil y sal). Lo ideal es tomarlo solo y caliente, aunque hay quienes prefieren alegrarlo con vino blanco.
Tras un recuento exhaustivo de los votos, el segundo y tercer puesto del concurso han recaído en el Bar Negresco (Plaza Nueva, 10) y en el Bar Fermín (Iturribide, 4) respectivamente. Han recogido los premios Jose Mª Pascual, gerente del Bar Negresco y Aitor Olazabalaga, gerente del Fermín.
El II Concurso de Caldos del Casco Viejo, celebrado entre los días 20 y 29 de febrero, ha contado con la participación de 23 bares y cafeterías pertenecientes a la Asociación de Comerciantes del Casco Viejo. Además, cientos de clientes han votado sobre la temperatura, la sustancia, el sabor y la presentación y complementos de este suculento plato de cuchara.
En el acto de esta mañana se han dado a conocer también los nombres de los ganadores de las 5 tarjetas-regalo de la BBK -entidad patrocinadora del concurso- por valor de 100 euros cada una, canjeables en establecimientos de la Asociación de Comerciantes del Casco Viejo. De esta forma, los miembros de la Asociación quieren agradecer su participación a la clientela.
Los caldos que han tomado parte en esta edición han presentado las más variadas fórmulas. Caldos de carne, de pollo o aves diversas, étnicos y etnográficos, bautizados o sin bautizar, con su picante o con sus costrones, en algunos casos en el fondo encontramos un puñadito de “garibolos” (esa legumbre que en otras tierras llaman garbanzos). En definitiva, infinitas formas de preparar un caldo e infinitas oportunidades para degustarlo.