El paseo de Uribitarte se cerrará seis meses para reconstruir sus muelles
El martes arrancarán las obras, que repondrán 1.800 metros de orillas ruinosas
BILBAO. En los próximos seis meses, los bilbainos y foráneos que utilizan el paseo de Uribitarte tendrán que buscar itinerarios alternativos. A partir del próximo martes, el Ayuntamiento de Bilbao iniciará a la vez las obras de reparación y reconstrucción de seis muelles cuyo estado de aguante es penoso y necesitan una urgente reparación.
Uno de los tramos que se restituirá es el de Uribitarte, entre el puente del Ayuntamiento y la zona cercana al Museo Guggenheim. En total, 550 metros de paseo que será acotado en toda su anchura por vallas y ocupado por las máquinas hasta poco antes del inicio de Aste Nagusia en el mes de agosto.
Todo ello para, en unos tramos, demoler primero el muelle y las pilas que le aguantan y después reconstruir toda la estructura, y, en otros, llevar a cabo el derribo del forjado y la reparación de la estructura inferior, la zona que utilizan miles de viandantes cada día.
Los peatones que a pesar de los obstáculos quieran ir andando por este itinerario ribereño tendrán que optar por la acera que discurre al lado de los edificios cercanos que miran a la ría. Solo habrá una excepción.
Acceso libre a Zubi Zuri El operativo de las obras permitirá contar siempre con un acceso peatonal desde la zona del tranvía hacia la pasarela Zubi Zuri, además del paso elevado desde la escalinata de las torres de Isozaki. Eso sí, el tráfico rodado se mantendrá por la actual carretera, lo mismo que el tranvía, cuyas vías no se asientan sobre el muelle. En cuanto al servicio de barcos Bilboats, se ha decidido desplazar su embarcadero cien metros aguas abajo a un área de los muelles no afectada por las obras.
"Pedimos a los ciudadanos paciencia y disculpas", especificó ayer el concejal de Obras y Servicios, José Luis Sabas, que presentó el inicio de los trabajos junto al nuevo delegado del Gobierno central en el País Vasco, Carlos Urquijo.
Compromiso PNV-PSOE El proyecto que ejecutará el municipio es posible gracias a una partida de 11 millones de euros que aporta el Gobierno español tras el compromiso obtenido por el PNV en Madrid en el marco de sus negociaciones de los presupuestos generales del Estado con el PSOE. Las obras en los seis muelles donde se va a actuar ahora supondrán un coste de 9,85 millones de euros y Sabas agradeció a la que fuera ministra de Medio Ambiente, Medio Rural y Marino, Rosa Aguilar, que actuara "como la gran facilitadora" de esta iniciativa.
El objetivo de estas obras es reparar y reconstruir los muelles para garantizar la seguridad de toda la estructura, sobre todo, teniendo en cuenta que en los tramos en que se va a trabajar son los de más riesgo y deteriorados de todos los existentes. A modo de ejemplo, José Luis Sabas especificaba que con las reconstrucciones podrá soportar una carga de hasta 2.000 kilos por metro cuadrado, lo que significa que podrá circular sin problemas un camión de bomberos, situación que entraña mucho riesgo en la actualidad. Además de Uribitarte, también se van a asegurar otros tramos de los muelles de Urazurrutia, La Merced, Ibeni, Ribera y Botica Vieja. En el primero se consolidará la superficie entre el cruce de la avenida Askatasuna y los número 7 y 9 de la calle Zamakola. Se procederá a proteger el pie de la escollera, con piedras de entre 250 y 300 kilos de peso, que evitarán que el muelle se venga abajo.
En pontonas desde la ría La operación en los muelles de La Merced, Atxuri y Ribera consistirá en la inyección de hormigón en los muros para reforzar las zonas que no tenga calce en el fondo de la ría. Asimismo se procederá a retirar todos los sedimentos existentes. "Un trabajo que se acometerá mayoritariamente desde el agua con dos grandes pontonas de 21 metros de largo por 8 de ancho que son capaces de sostener maquinaria hasta 160 toneladas de peso", explicaba el director del área, Javier Orduna. Una fórmula que permitirá no trabajar desde tierra en una zona donde no hay prácticamente superficie libre.
En el tramo entre Ribera de Botica Vieja hasta el instituto Experimental Piloto, la actuación consistirá en un refuerzo del cuerpo del muro mediante unos micro pilotes que se introducirán desde la orilla. También se limpiará y reparará la mampostería que se ve desde la orilla opuesta. En este tajo, al igual que el resto, el apoyo de buzos será continuo para comprobar que todas las actuaciones submarinas se ejecutan según el plan previsto. El director de Obras y Servicios explica que "las mareas no influirán en el trabajo, a excepción de que se dé una fuerte avenida de agua y las condiciones de trabajo supongan un riesgo para los buzos y operarios".
Asimismo se tendrá en cuenta la estética. En el caso del muelle de Uribitarte, justo en frente del Ayuntamiento, las decenas de pilas cuadradas que ahora sostienen el paseo serán sustituidas por pilares circulares de un metro de diámetro que se anclarán en la roca existente por debajo del lecho acuífero a dos metros de profundidad. Un cambio necesario para aguantar más peso pero que rompe con la imagen de muros y pilastras que marca todas las márgenes del cauce del Nervión a su paso por la villa. Por ello, explica Javier Orduna, "se revestirá todo el frente siguiendo el esquema del muelle existente en la actualidad", dando una continuidad estética a todas las orillas de la ría.