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Bilbao se da un atracón

La Feria Kalitatea de productos vascos con Eusko Label y Denominación de Origen coincide con la cata popular de vinos 'Riojano Joven y Fresco'

Bilbao se da un atracónDavid de Haro

Bilbao. Bilbao se dio ayer un atracón de calidad gastronómica en una jornada de sol y buen tiempo que animó aún más a los bilbainos a salir a la calle. Y es que lo mejor de la gastronomía vasca y del caldo de La Rioja buscaron un hueco en el corazón de la villa. Por un lado, la Plaza Nueva acogió la segunda edición de la Feria Kalitatea: feria de los sabores, en la que, durante el fin de semana, es posible degustar y adquirir cualquiera de los catorce productos con el distintivo de calidad Eusko Label, Denominación de Origen y Agricultura Ecológica de Euskadi. Por otro, El Arenal bilbaino albergó la cata popular Riojano joven y fresco, en la que se pudo degustar los caldos de 25 bodegas de La Rioja.

Pimientos, tomates y lechugas de Gernika; tintos, blancos y cavas; guindillas de Ibarra; alubias de Tolosa; Euskal Okela; queso Idiazabal; txakoli y sidra; huevos de caserío; bonito y atún ecológicos; reservas y crianzas de La Rioja. Sin duda, una reunión de delicatessen. Una cita ineludible para los amantes del buen comer y del buen beber.

"Es la primera vez que vengo, pero la feria está muy bien, sobre todo por el ambiente", reconocía Francisco frente el puesto de Barrenetxe, en donde acababa de comprar unos pimientos de Gernika. "Esperamos tener una buena venta", reconocía la responsable del puesto. "Desde primera hora hay mucha gente. Quienes ya conocen el producto vienen directamente a comprarlo y los que no se convencen después de probarlo", añadía la joven. Y es que, la calidad de estos productos es su mejor publicidad. "Hay que promocionar los productos de aquí. Nosotros hemos cogido, guindillas, tomates y pimientos y en nuestro día a día siempre compramos productos con Eusko Label, sobre todo la Euskal Okela", manifestaban los bilbainos Montse y Alfonso.

Por su parte, Josep Antoni, Inmaculada, Carmelo y Mari Ángeles, de viaje en Bilbao, estaban "encantados" de haber encontrado la feria. "No hemos dudado en entrar a comprar algunas cosas, porque está todo buenísimo. Nos quedamos con ganas de llevarnos más cosas como txakoli, guindillas, tomates... pero no podemos facturarlo ni meterlo en el vuelo", lamentaban.

La feria reúne desde el pasado viernes y hasta hoy los mejores productos agroalimentarios y pesqueros "de calidad" de Euskadi. Entre ellos, el txakoli con Denominación de Origen. "La mañana del sábado está yendo mejor de los que fue la tarde de ayer -por el viernes- y a la tarde esperamos más gente", explicaba Jon Lezama de Leartibai, Laneko Koop, quien opinaba que "mucha gente pasó ayer a mirar lo que había y hoy han venido a comprar".

Cata popular La agradable climatología propició la afluencia de transeúntes que, tras de dar una vuelta por la Feria Kalitatea, se acercaron también a la cata de vinos de Rioja. Así, el poteo típico del Casco Viejo bilbaino se trasladó en la mañana de ayer hasta El Arenal con muy buena aceptación. Los catadores traspasaban los límites de los stands de la cata y se dispersaban por los bancos y rincones de El Arenal. "¡Ya hay gente!", se escuchaba entre la muchedumbre. Y es que, más de 3.000 personas se acercaron ayer hasta los puestos de la cata Riojano joven y fresco. No es de extrañar, ya que por solo siete euros, los catadores adquiría una copa y cinco tickets con los que podían degustar los vinos, crianza o reserva, de cualquiera de las 25 bodegas.

"Es una gran idea. Es bueno promocionar nuestros productos. Deberían organizar algo así todos los meses y anunciarlo mejor. El vino está muy bueno, haremos toda la ronda e igual repetimos. A ver si no se nos pierden los niños", bromeaban los deustuarras Eider, Rebeca, Iñaki y Oscar. "Venimos expresamente desde Algorta a probar los vinos. Lo mejor es que en algunos puestos te dejan probar el vino sin pedirte el ticket y, además, si compras te ofrecen la posibilidad de enviarte las botellas a casa", destacaron Ana y Fernando. Y es que, tal y como explicaba Raúl Cotelo, relaciones públicas de la bodega Ysios, creada por Santiago Calatrava en La Guardia, "la intención nos es que la gente compre aquí el vino, sino que la pruebe y si le gusta después lo compren en la propia bodega o que lo pidan en bares y restaurantes". Aun así, aquellos catadores que querían llevarse una botella a casa podían hacerlo.

También hubo quien descubrió con sorpresa la iniciativa. "Hemos venido a pasar el puente para ver el Guggenheim y nos hemos encontrado la cata. Nos ha solucionado la mañana probando vinos, por cierto, muy buenos, pero nos quedamos con el cava catalán", admitían los catalanes Rosell y Jaume.

Pero, no todo iba a ser beber. Entremezclados con las 25 bodegas se podían ver puestos de otras delicias de la tierra como tartas, rosquillas y fardelejos y aceite de oliva de La Rioja. "Estamos muy contentos porque la gente está muy animada y no solo para la cata, también para comprar los dulces típicos", afirmaba Jose Gabriel, de Dulces Flor y nata. "Después de probar cinco vinos apetece echar algo más a la tripa, por eso nuestros productos se venden muy bien. Están gustando mucho", añadía Javier, de Fardelejos y Rosquillas Alicia. La cara opuesta la ponían los puestos de aceites que lamentaban que, a pesar del interés y de la gran afluencia a la cata, "la gente no se anima a comprar aceite", y es que, "llevarse la garrafa consigo es más complicado", puntualizaba Asunción, de aceites Tierras del Ebro.