Bilbao. El acceso diario de vehículos al Casco Viejo se verá sometido a un riguroso control para reducir el "caos" y la "peligrosidad" que se genera todas las mañanas, fundamentalmente, en las calles Ronda, La Cruz, Correo y Bidebarrieta. Este es uno de los principales temas que tratará una comisión formada por técnicos municipales, vecinos, hosteleros y comerciantes. "Es curioso que en una zona peatonal estemos así, pero realmente llevar a los niños al colegio por las mañanas es muy arriesgado por el exceso de coches, camiones y furgonetas que entran a estas calles", explican los vecinos.

El grupo de trabajo perfilará, principalmente, las líneas maestras de una normativa que, de manera consensuada, delimite el acceso de vehículos a las Siete Calles. "Nadie tiene la fórmula mágica, pero creemos que una solución podría ser cerrar con pivotes las entradas al Casco Viejo y, con detectores de matrícula o chip, controlar la entrada de los coches. No es lógico que el Casco Viejo, que es peatonal, sea intransitable todas las mañanas", relatan preocupados los vecinos.

Teniendo en cuenta las características del Casco Viejo -zona turística, comercial y residencial- para el Consistorio bilbaino es fundamental "analizar y estudiar con minuciosidad" las propuestas que se planteen para lograr que los cambios beneficien y mejoren la calidad de vida en el Casco Viejo.

"Es fundamental las aportaciones de todas las partes afectadas y el apoyo del Ayuntamiento que desde el primer momento se han implicado en buscar la mejor solución a este problema y a otros a los que también van a dar salida", apuntan miembros de la comisión, que volverá a reunirse en breve.

Esta iniciativa -impulsada por el área de Obras y Servicios del Ayuntamiento de Bilbao- es fruto de una "estrategia de participación" de vecinos, comerciantes y hosteleros de este barrio y se basa en experiencias, llevadas a cabo en otros barrios como Zurbaranbarri, Bolueta y Olabeaga, pero con diferencia de que ésta "es hasta ahora la más completa", señaló el director del área de Servicios, Fran Víñez.

Para elaborar este plan y regenerar el Casco Viejo, el Consistorio bilbaino ha recibido más de 1.000 aportaciones ciudadanas y ha contado con la colaboración de 300 vecinos, en las cuatro reuniones que han desarrollado en los últimos meses. La duración de cada uno de los proyectos que se lleven a cabo -algunos se pondrán en marcha entre febrero y marzo- estará unida a la dificultad de la misma. "Hay soluciones más complicadas como la convivencia y los usos y otras fáciles como el pavimento de los cantones", explicó el concejal del área, José Luis Sabas, en la presentación de las conclusiones del plan. Pero hay mucho más. También se realizarán cambios en la señalización -para dar una imagen unificada- y el mobiliario de las calles. Además, para minimizar los efectos que sobre El Arenal tiene la celebración de distintas actividades, se plantea como opción la colocación de una cubierta fija para la realización de las actividades y eventos que se celebran anualmente en esta zona.

Convivencia de usos Las afecciones propias de la convivencia de usos también tienen cabida en este informe. "El Casco Viejo está lleno de actividades, pero también de personas que viven allí", indicó el concejal. Se está estudiando la colocación de equipamientos de ocio, con juegos infantiles en zonas como El Arenal, los muelles de Uribitarte y la iglesia de la Encarnación, en Atxuri.

También se instalarán zonas de aparatos para mayores, que todavía están por concretar. Unidos a estos equipamientos de ocio, se señalizarán dos zonas para la instalación de deportes en el Parque de Etxebarria y en el polideportivo de Atxuri.

Además, entre las propuestas que están sobre la mesa, el Ayuntamiento estudia conectar el Casco Viejo con el parque de Etxebarria a través de la plaza San Nicolás. "Me gustaría que esto fuera una realidad y estamos trabajando para conseguirlo, pero va a costar un poco más", matizó Jose Luis Sabas. Entre las propuestas realizadas por los vecinos, aparece la necesidad de estudiar la situación de las escaleras de Mallona, para mitigar el desnivel y mejorar el acceso a las personas que viven en este punto concreto de la villa.