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El futuro está en las cartas

Carmen Jiménez lleva 20 años trabajando como tarotista y atiende una media de 15 consultas cada día

Hay personas que piensan que el tarot es una estafa y vienen a mi consulta con una actitud hermética", cuenta Carmen Jiménez, tarotista desde hace más de veinte años. "Pero en cuanto ven que vas bien encaminada se abren y se lanzan a hablar", afirma. Carmen ha trabajado en la radio y en la televisión y, desde hace seis años, echa las cartas junto a Ricardo Palmeiro en su consultorio del Casco Viejo, donde ambos dan consejo "a una media de quince personas cada día".

Para Carmen, el tarot no es un medio para hacerse rica. "Para ser tarotista hay que ser honrada. Yo vivo de esto y tengo que cobrar, pero el objetivo de echar las cartas no es ganar dinero", afirma Carmen, que cobra 60 euros por una consulta de una hora en la que asesora al cliente en todos los aspectos de la vida. "También hago sesiones más cortas por las que cobro 10 euros en las que respondo a una sola pregunta que preocupe al cliente", añade.

El tema estrella es el amor. "La mayoría vienen para saber si su pareja está realmente enamorada, pero no son realistas. Cuando las cartas dicen que no hay amor entre dos personas el cliente no quiere aceptarlo pero, en la mayor parte de los casos, la vida acaba dando la razón a las cartas y esa pareja se acaba separando", asegura Carmen, que sonríe al contar el caso contrario. "Lo más bonito de este trabajo es predecir una larga vida juntos a una pareja. He tenido clientes que, al de un año de echarles las cartas y decirles que les iba a ir muy bien con su pareja, han venido con un niño en brazos para darme las gracias por ayudarles a ver las cosas un poco más claras", asegura la tarotista.

La baraja del tarot está compuesta por 78 cartas y cada dibujo contiene un gran número de detalles que hay que saber interpretar. Carmen ha aprendido a echar las cartas "con paciencia y muchas horas de estudio". "En veinte años he aprendido mucho pero este mundo requiere de un proceso de formación constante", afirma. En su local de la calle Cinturería, Carmen imparte clases para futuros tarotistas junto a Ricardo. Juntos les enseñan a interpretar cada uno de los 78 símbolos de la baraja. "Este año se ha apuntado más gente que en cursos anteriores. Son más de diez alumnos los que vienen a clase y todos están muy interesados en conocer en profundidad cuál es el significado de cada carta", explica la profesora, que asegura que "el mercado del tarot está en auge". "Cada vez hay más consultas en la radio y en la televisión. La gente escucha diferentes rituales pero se quedan con dudas y vienen aquí en busca de más información. Al contrario de lo que parece, las consultas en los medios de comunicación están contribuyendo a que vengan cada vez más personas a mi consulta. Son como una forma de publicidad", asegura Carmen.

Ella misma tuvo su propia consulta en la televisión. "El problema de este tipo de programas es que no sabes cómo es el tarotista que está al teléfono. Cuando llamas a la tele no te atiende el profesional que está dando la cara en la pantalla y te puede tocar un ayudante que no tenga ni idea de cómo echar las cartas", lamenta Carmen.

Hace seis años, Carmen se instaló con Ricardo en un pequeño local del Casco Viejo "porque para tener tu propio espacio en la televisión hay que pagar mucho dinero ". "Alquilar una pequeña lonja como esta sale mucho más barato y, además, valoro el contacto directo con el cliente. A través del teléfono se pierden algunos detalles sobre la otra persona y cuesta un poco más interpretar las cartas", asegura Carmen, que recuerda que "la principal condición para ser tarotista es ser honrado pero, a pesar de que hay muchas personas buenas, también hay estafadores".

A pesar de que confía en que "las cartas siempre acaban sacando a la luz la verdad si se saben leer correctamente", advierte de que "hay muchos farsantes que ven falsas brujerías sólo para cobrar más dinero". "Le dicen a las personas inocentes que están gafadas o que les han echado mal de ojo para venderles falsos remedios que cuestan miles de euros", advierte.

Este es uno de los principales peligros del tarot y "lo que da mala fama a los tarotistas honrados". Carmen y Ricardo aconsejan ir "a uno de los seis o siete tarotistas reconocidos que trabajan en Bizkaia" para evitar fraudes. A la hora de adivinar el futuro es muy importante conocer el pasado y el tarot tiene un importante componente psicológico.