Bilbao. El esparcimiento de los perros está dividiendo al barrio de Miribilla. En las inmediaciones de esta zona se ha creado un debate vecinal acerca de los límites de los derechos de sus usuarios. Por una parte, la posibilidad de los propietarios de disfrutar de sus mascotas y de que éstas realicen ejercicio físico; por otra, el derecho de quienes no son afines a los cánidos y no desean compartir el espacio con ellos. Ambas partes no se han quedado de brazos cruzados para proteger sus intereses: los vecinos mediante quejas al Ayuntamiento de Bilbao y los propietarios mediante firmas con las que convencer al Consistorio para que busquen una solución. En medio, la Policía Municipal que se encarga de hacer cumplir la ordenanza y cuyo objetivo es salvaguardar el derecho de los ciudadanos en los parques.
LA ordenanza La normativa de Tenencia de Animales se estableció en 2006, desde entonces por seguridad cuidada, está prohibido que los animales estén sueltos tanto en la vía pública como en los parques.
La respuesta de los propietarios ante las seis multas de 300 euros que se les ha impuesto por soltar a sus mascotas en el parque no ha tardado en llegar. "Son sanciones desmedidas teniendo en cuenta que lo único que pedimos es poder pasear a los perros", comenta uno de los propietarios afectados. Por ello, han sido varias las cartas de protesta que han enviado a DEIA para que no sólo se protejan los derechos de quienes son contrarios a que los perros estén sueltos, sino también los suyos. "Sólo pedimos que nos den una solución. Nuestros perros deben hacer ejercicio, porque lo necesitan y porque así lo estipula el artículo 4 de la misma ordenanza con la que nos sancionan", explica Kepa Lozano, miembro de la Plataforma Animalista de Euskadi. "Esta ordenanza se contradice a sí misma. No pedimos que se elimine, sólo que se habiliten espacios lo suficientemente amplios para que los perros corran y se relacionen", asegura Kepa. "El parque es grande y hay espacio para todos, es cuestión de mantener una convivencia tolerante y cívica", asegura Nerea Izpizua, propietaria de un perro.
Iniciativas similares funcionan por ejemplo en el parque de San Miguel de Basauri, el cual está dividido por el río, una parte está habilitada para que los perros paseen sin correa, la otra para quien no quiera mezclarse con ellos. A partir de las 21.00 horas los animales pueden andar libres por todo el parque. Otra de las alternativas para poner fin al debate es instaurar un horario "comprensible" para que los canes anden sueltos por los parques de la villa. "Al de Miribilla apenas viene gente en invierno sólo nosotros y los perros. En mayo llega más gente y si vemos que los perros molestan nos vamos a otra zona", dice José Pérez junto a su perra Dalila.
Las Quejas El Ayuntamiento ha recibido 13 quejas por perros sueltos en lo que va de año. "La mayoría son denuncias por animales sueltos en Jardines Gernika, no en el parque Miribilla que es donde nosotros estamos", indica Isabel Franco, otra afectada por la ordenanza. Los primeros se sitúan en el centro de los bloques de edificios y el segundo se ubica en la zona más alejada de las casas sobre Bilbao La Vieja. "Los perros no deben estar sueltos en los Jardines Gernika porque hay muchos niños y pueden hacerles daño. Se oyen muchos casos en televisión", cuenta Teresa, vecina de Miribilla. El caso de Itxaso, Fernando y Ana es similar, tienen hijos pequeños y les preocupa que los canes se acerquen a ellos. "El otro día un perro fue directo hacia mi hija y le chupo la cara. No le hizo daño, pero yo no conozco al animal y, además, la niña se asustó mucho", explica Ana.
Igualmente, hay quien, aún estando a favor de la ordenanza, comprende que los perros necesitan correr y considera que deben tener "espacios verdes suficientes para ellos", como dice Clara. "A veces pagan justos por pecadores. Multan a los dueños que van al parque Miribilla, cuando deberían tener más control sobre los que están en Jardines Gernika, explicaban Ana y Fernando, otros vecinos.
Por su parte, el Ayuntamiento matiza que la policía se encarga de hacer cumplir la ordenanza, su labor es salvaguardar los derechos de los ciudadanos y es responsabilidad de los dueños que los perros cumplan la ley. El Consistorio no se muestra impasible ante el debate y, a pesar de que en la actualidad no existe ninguna zona específica habilitada para el esparcimiento de las mascotas, no descarta recoger la idea para compartirla con las diferentes áreas municipales.