Si hay una afición caliente y que se desplaza en masa con sus equipos, esa es la griega. Da igual que sea fútbol o baloncesto. Y la hinchada del PAOK Salónica es un ejemplo claro de esa ebullición y respaldo a sus colores. Basta con ver cómo estaban las gradas el miércoles por la noche de la cancha del Cholet, donde el próximo rival del Surne Bilbao Basket logró el billete para la final de la FIBA Europe Cup. Los aficionados helenos, a los que el club va a costear parte de los vuelos charter, ya tienen en mente el partido de ida en Miribilla fijado para el miércoles 16 de abril. Una cita que va a suponer una verdadera prueba de fuego en materia de seguridad para la Ertzaintza y la Policía Municipal, ya que al día siguiente, el Jueves Santo, el Athletic se jugará en San Mamés ante el Glasgow Rangers el pase a las semifinales de la Europa League.

El encuentro del conjunto de Ernesto Valverde va a provocar una gran movilización de escoceses. No menos de 2.500 seguidores del Rangers, sino más, llegarán a la villa. Y si se les suma los otros tantos griegos que puedan desembarcar en Bilbao, el panorama es peliagudo, ya que ambas aficiones tienen ultras en sus filas. A todo esto hay que añadirle el ingrediente incontrolable de los radicales locales, que ya la liaron ante la Roma en el último partido continental de los leones en La Catedral.

A un mes vista de la final de la Europa League

El Departamento de Interior y el Ayuntamiento de Bilbao tendrán que movilizar a efectivos extra en plena Semana Santa, con dos partidos de alto riesgo viendo los antecedentes. Los desagradables altercados registrados en la explanada de San Mamés ante la Roma y que se extendieron por el centro de Bilbao al término del encuentro preocupan a los responsables de las instituciones. A las puertas de que la capital vizcaina acoja la final de la Europa League el próximo 21 de mayo, se ha elaborado un nuevo protocolo de seguridad para que los hinchas del Rangers accedan al campo sin problemas, lo que no ocurrió el pasado 13 de marzo, donde el plan diseñado para controlar a los seguidores romanos falló. Ahora, con la llegada del PAOK se convierte en el más difícil todavía.