El periplo de Omar Silverio como jugador del Surne Bilbao Basket ha llegado a su fin. La entidad de Miribilla ha decidido prescindir del escolta dominicano aplicando la cláusula de corte para este parón competitivo de febrero que incluía su contrato al considerar que no ha cumplido con las expectativas de reactivador del juego exterior por las que fue fichado en enero. En el partido del pasado sábado en Manresa, saldado con derrota por 89-74, ni siquiera saltó a cancha.
En los tres encuentros que ha disputado en la Liga Endesa, Silverio ha promediado 1,7 puntos y 1 rebote en menos de ocho minutos de presencia en cancha para una valoración negativa de -2,7. Sus números en ataque han sido paupérrimos, con un 33% en tiros libres, un 25% en canastas de dos puntos y fallando los cinco triples intentados, lo que en teoría era la gran especialidad de su juego. En la FIBA Europe Cup las cosas le fueron bastante mejor, con 7,7 puntos, 2 rebotes y 1,7 asistencias de media, aunque perdió 2,7 balones por cita. Eso sí, sus niveles de acierto de cara al aro siguieron siendo malos, con un 40% en tiros de dos y un 25% desde más allá de la línea de 6,75.
El interés por contar con los servicios de este escolta dominicano de 26 años se fraguó en diciembre, cuando los de Jaume Ponsarnau estaban inmersos en una negativa racha de cinco derrotas seguidas y contaban además con las lesiones de Xavi Rabaseda y Kristian Kullamae, dos piezas de la rotación exterior. Se creía que la capacidad para generarse sus propios tiros vista el curso anterior en Israel podía añadir nuevos recursos a un juego exterior necesitado de amenaza y puntos, pero su llegada a Bilbao se retrasó más de tres semanas por problemas burocráticos con su visado y cuando finalmente se produjo el catalán y el estonio se habían recuperado ya, generando un overbooking en las posiciones de perímetro que no ha redundado en absoluto en beneficio del colectivo. Más bien al contrario, pues ha difuminado diversos roles y ha descolocado el reparto de minutos.
RECOMPOSICIÓN
Ponsarnau ha destacado en varias comparecencias públicas el buen trabajo del jugador en los entrenamientos y el deseo mostrado por adaptarse al equipo, pero su rendimiento no ha sido el esperado en una competición tan exigente en lo individual y lo grupal como es la Liga Endesa, provocando además que un jugador como Kullamae haya visto reducido su protagonismo y también su confianza. Ahora la entidad de Miribilla dispone de dos semanas sin partidos por la disputa de la Copa y de las nuevas ventanas FIBA para recomponer su rotación y decidir si vuelve a acudir al mercado para reforzarse, pues las carencias detectadas el pasado mes de diciembre en lo que a puntos exteriores y acierto en el triple se refiere siguen igual de vigentes.