El Bilbao Basket no quiere ser la víctima propiciatoria de un partido que el Barça afronta como una final y espera al menos dar la cara en una cancha en la que apenas ha podido ganar un par de veces en todas sus temporadas en la Liga Endesa. Los azulgranas, irregulares a más no poder, se juegan su presencia en la Copa y evitar un fracaso que nunca se ha producido en su historia y llegan al partido en el mejor momento de la temporada y con la posibilidad, gracias a un cambio horario, de conocer qué necesitan para estar en Gran Canaria el mes que viene.
La situación es la menos deseable para el equipo de Jaume Ponsarnau, pero tratará de jugar sus bazas ante un rival que llega de una semana exigente y que jugó el viernes ante el Anadolu Efes. “Los jugadores del Barça ya han entendido que no solo es importante ganar los partidos de la Euroliga, también los de la ACB. Ahora son más peligrosos porque ya han tomado conciencia de ello”, apuntó el técnico del Bilbao Basket como explicación a los resultados recientes del conjunto culé, que en apenas una semana acumula cuatro triunfos seguidos y ha dado la vuelta a una situación que hizo encender todas las luces de alarma y un a buena cantidad de críticas.
La victoria de ayer del Manresa da el billete copero a los catalanes y deja solo una plaza para dos equipos, el Barça y el Zaragoza, que juega por la mañana en Granada. Una derrota de los maños sentenciaría la lucha a favor del equipo de Joan Peñarroya y podría aflojar la cuerda en el cuello de los hombres de negro, aunque ahora que han cogido la racha los azulgranas no quieren hacer más concesiones. El técnico de Terrassa, discutido hasta hace poco, ha decidido acortar la rotación y optar por quintetos más móviles, lo que ha dejado sin sitio a Willy Hernangómez. El pívot madrileño lleva tres partidos y medio sin jugar, pero no es descartable que hoy puede volver a ser protagonista, porque calidad le sobra, como lo fue en el duelo de la pasada temporada.
“Si el equipo no estuviera unido, no habríamos sacado adelante estos partidos. Llevamos una buena semana jugando un buen baloncesto. Estamos contentos de haber ganado estos partidos de Euroliga, pero todos sabemos que mañana tenemos un partido bastante importante para nosotros y debemos mantener la serenidad porque todo puede cambiar de nuevo”, dijo Peñarroya tras el último triunfo europeo. El Barça puede presentar quintetos de mucho tamaño y, precisamente, lo que le sobra a Bilbao Basket ahora mismo son piezas exteriores tras la llegada de Omar Silverio.
Hay confianza en el talento del dominicano, que hoy tendrá un toro de verdad delante tras su debut ante el Sassari. Al mismo tiempo, el regreso de Kullamae ofrece a Ponsarnau la posibilidad de contar con cinco jugadores para las posiciones de base y escolta y habrá que ver cómo los maneja el técnico ante un rival que cuenta con un Brizuela muy inspirado y un Punter irregular en la toma de decisiones, pero que no deja de asumir la responsabilidad ofensiva por la que se le contrató.
Como siempre ante este tipo de rivales, el Bilbao Basket debe jugar un partido perfecto en los dos lados de la cancha. Su defensa sigue siendo bastante sólida, pero sin acierto en ataque no habrá manera de sorprender al Barça. Quizás jugar sin presión puede ayudar a dar una buena respuesta en una de las canchas más complicadas de la Liga Endesa a la que los hombres de negro llegan, o eso parece, en el peor momento posible porque el gigante azulgrana ya se ha despertado de su larga siesta otoñal.