El Bilbao Basket no ha tardado en separar el grano de la paja en su segunda presencia en la FIBA Europe Cup. Dos victorias contundentes ya le han colocado como líder del grupo igualado con el Prievidza eslovaco, que será su rival la próxima semana. Los hombres de negro deben aplicarse aquello de las barbas del vecino después de que ayer el Zaragoza cayera por 16 puntos en su visita al Levice, el otro equipo eslovaco de la competición. Tomarse en serio la competición es lo mínimo que se espera una vez que se decide participar en ella y el Bilbao Basket lo está haciendo para marcar las diferencias con rivales de un nivel inferior, como fue ayer el Kutaisi.

Entre la frialdad del ambiente y la escasez de espectadores porque el equipo georgiano juega de prestado en la capital del país y la adaptación al medio tras el largo viaje, el partido, pese a los dos triples de Kullamae y Abdir-Rahkman, tuvo un arranque mejorable por parte de los jugadores de Jaume Ponsarnau, que cometieron varios errores por falta de tensión. Al final del primer cuarto, la ventaja ya era bilbaina, pero en su debe estaban seis pérdidas de balón y siete rebotes cedidos bajo su canasta a un rival con muchos menos centímetros. El Kutaisi planteó defensas en zona alternativas, un clavo táctico ardiendo al que agarrarse para tratar de mantenerse en el partido, pero saltaron por los aires en cuanto el Bilbao Basket las interpretó.

El que mejor lo hizo fue De Ridder, que leyó que las ventajas estaban en el espacio central y empezó a anotar desde ahí o a habilitar a sus compañeros para romper los esquemas del Kutaisi, que ya se vio que no tenía mucho más que George Korsantia, que dejó ver su oficio de jugador internacional. En cuanto el Bilbao Basket puso sin demasiados alardes la velocidad de crucero, no hubo dudas de quién iba a ser el ganador. De hecho, los hombres de negro se anotaron el parcial de los cuatro cuartos, lo que demuestra esta seriedad con la que afrontaron el choque. Hubo de nuevo minutos para todos los jugadores, varios de los cuales pudieron soltarse para afinar la puntería y buscar buenas sensaciones en ataque. Kullamae anotó los seis triples que intentó para alcanzar 18 puntos en otro tantos minutos. También buscó más el aro en los minutos iniciales Rabaseda, algo que el capitán tiene que hacer más a menudo. Y, al final, también participó el canterano Iker Chacón, que ha superado una lesión en pretemporada y será el quinto cupo de formación en el torneo.

Con la ventaja adquirida, había que darle una utilidad a un duelo y evitar un desgaste excesivo y el Bilbao Basket pudo entrenar el ataque contra zona, aunque no sea algo que se vaya a encontrar muy a menudo, y con la ausencia de Frey por lesión, se pudo ver a Abdur-Rahkman en el puesto de base, en el que ya ejerció en su etapa universitaria en Michigan. También Sylla tuvo minutos como cinco para descargar de nuevo a Jones y Hlinason, que no anotó, pero asustó cada vez que un georgiano pisaba la zona. Al final, los hombres de negro añadieron otra victoria a su notable balance hasta ahora. Por más que fuera esperada, hay que darla por bien empleada porque sirve para sacar músculo y lanzar un mensaje de compromiso.