El Surne Bilbao Basket ha resuelto de manera impecable, con matrícula de honor, su activación en competición oficial, solventando con tres victorias un áspero arranque de curso en el que se jugaba su presencia en competición europea y arrancar con buen pie una Liga Endesa en la que cada victoria, sobre todo en casa, vale oro. Como aquel mítico eslogan de una archiconocida cadena de grandes almacenes, lo suyo ha sido una semana fantástica que debe servir para asentar los pilares de un proyecto que pinta bien.

En su choque de este domingo contra el peligroso Río Breogán (90-72), supo cocinar los acontecimientos en cancha a fuego lento durante tres cuartos, con fases de buen juego y otros de resistencia, para poner la guinda en un extraordinario acto final. Sublime. Arrollador. Llegando a esos diez minutos finales con un equilibrado 64-61, los de Jaume Ponsarnau fueron capaces de borrar de la cancha a los gallegos, a los que mantuvieron más de cinco minutos sin anotar con una defensa granítica en la que Tryggvi Hlinason actuó como muro infranqueable mientras que en ataque se dispararon con dos triples seguidos de Tomasz Gielo y una exhibición de potencia y filo de Melwin Pantzar, que desarboló la retaguardia rival a base de imparables penetraciones. ¿El resultado? Un parcial de 14-0 para dibujar un 78-61 que dejó todo sentenciado a cinco minutos del final, convertidos en un regalo para los aficionados.

El equipo de Ponsarnau ofreció una magnífica imagen ante un rival directo que durante treinta minutos sobrevivió abrazado a la calidad individual de Charlie Moore y Darrun Hilliard. Pero los hombres de negro demostraron ser un bloque superior, con más focos de peligro y más capacitados para salir adelante apretando los engranajes en defensa para poder correr y encontrar situaciones ventajosas en ataque. Consiguieron viajar con asiduidad a la línea de tiros libres (34 tiros libres de los que convirtieron 31), dominaron el rebote (43-32) y repartieron sus puntos entre la unidad titular y la de refresco con precisión de cirujano: 45 para cada una. En lo individual, Pantzar y Gielo fueron los ejecutores, pero antes brillaron un Muhammad-Ali Abdur Rahkman que dio un apreciable paso al frente (12 puntos y 19 de valoración), un Thijs De Ridder fantástico en ambos aros (14 puntos, ocho rebotes y dos robos), con Hlinason y Marvin Jones (¡vaya par de matazos!) alcanzando también los dobles dígitos en anotación.

ARRANQUE EQUILIBRADO

El tempranero acierto de Moore y Hilliard desde más allá de la línea de 6,75 provocó que fueran los visitantes los que gozaran de las primeras ventajas (2-8). Los de Ponsarnau respondieron sin problemas a base de penetraciones y jugadas de dos más uno de Jones y Kristian Kullamae para ponerse a la altura de su rival. La activación de las segundas unidades de benefició a los hombres de negro, que ganaron entereza en defensa y mejor entendimiento de lo que el partido necesitaba en ataque, para cerrar los primeros diez minutos con un parcial de 12-2 y un interesante 22-17 en el marcador.

El regreso a la cancha de Moore en versión distribuidora reactivó a los gallegos, aunque el Surne Bilbao Basket aprovechó una antideportiva sobre Abdur Rahkman -posteriormente Pantzar sería sancionado con otra- para mantenerse al mando. Con los anfitriones haciendo llegar la bola debajo del aro para que Hlinason anotara un par de canastas seguidas, Mrsic paró el partido a 4:47 del descanso con un 33-26. Un par de acciones de clase de Zoran Dragic amagaron con impulsar a los locales, pero Hilliard activó su versión más killer y con siete puntos seguidos colocó la igualada a 37 puntos. En esa ocasión fue Ponsarnau quien llamó a capítulo a los suyos, quienes al menos llegaron con una pequeña ventaja al ecuador de la contienda: 42-39.

RACHAS POSITIVAS

En la reanudación, el Surne Bilbao Basket se activó con dos triples de De Ridder y un matazo de Jones para colocar un interesante 52-39. Sin embargo, faltó una mejor lectura del partido en ataque y cerrar mejor el rebote defensivo para consolidar la renta, facilitando demasiado la recuperación del Breogán con un 2-13 y pasar a un encuentro nuevo: 56-54. Con Hlinason cometiendo su cuarta personal, los de Ponsarnau respondieron a esos difíciles minutos gracias al acierto en los tiros libres de Frey y un muy activo Abdur-Rahkman en ambos aros (64-57), aunque los de Mrsic seguían sin aflojar, llegándose a los diez minutos finales con un 64-61 que dejaba todo en el aire.

Con el choque alcanzando temperatura de ebullición, los de Ponsarnau regresaron a la calma y el equilibrio. Forzando faltas sin parar para viajar con continuidad a la línea de tiros libres, una antideportiva sobre Pantzar que acabó en jugada de cinco puntos disparó a los anfitriones a un fantástico 72-61 a 7:54 del final. A partir de ahí no hubo partido. El conjunto vizcaino mantuvo a su rival más de cinco minutos sin anotar y para cuando Nakic rompió esa sequía ya se había disparado hasta el 78-61 con Hlinason tiránico en defensa, dos triples importantísimos de Gielo y un Pantzar que desquició una y otra vez a todos sus rivales. Victoria solvente e importante y guinda a una primera semana fantástica de competición.