La puesta de largo oficial del Surne Bilbao Basket versión 2024-25, que tendrá lugar hoy martes en el Svyturio Arena de Klaipeda, supone a las primeras de cambio el primer examen importante que los hombres de negro tendrán que afrontar en este nuevo ejercicio. Un comienzo por todo lo alto en lo que a exigencia se refiere, no en vano está en juego el anhelo de acceder a la fase de grupos de la FIBA Europe Cup, con el exigente Neptunas lituano como adversario. La franquicia de Miribilla quiere jugar doble competición el mayor tiempo posible y verse apartado de arranque de esa hoja de ruta supondría un duro golpe en un inicio de curso nada cómodo tampoco en la Liga Endesa, donde de verdad se juegan las habichuelas los hombres de negro.

Con la ventaja de jugar la vuelta en el Bilbao Arena el próximo viernes, la tropa de Jaume Ponsarnau tiene la misión de ofrecer hoy una versión seria, sostenible y competitiva en su debut en competición oficial. En fechas tan tempranas, con los equipos en plena fase de ensamblaje de piezas, la teórica superioridad bilbaina en cuanto a fondo de armario se diluye, por lo que los visitantes tendrán que comparecer en territorio lituano con la guardia bien alta, luchando por obtener el mejor resultado posible y evitando accidentes sonoros como el del pasado ejercicio en Polonia para hacer valer en la vuelta el factor Miribilla. Porque no hay que olvidar que tras resolverse la identidad de los equipos que jugarán la Basketball Champions League quedan diez huecos en la fase de grupos de la FIBA Europe Cup, que serán ocupados por los siete ganadores de las eliminatorias de la fase previa y los tres equipos que pierdan por el diferencial de puntos menos negativo. Vamos, que queda prohibido dejarse ir incluso si las cosas se tuercen.

Con la incógnita de conocer el jugador descartado por Ponsarnau al tener que presentar cinco cupos de formación, la de hoy es la primera oportunidad para ver en acción a la nueva versión de los hombres de negro en un ecosistema de fuego real, con cosas trascendentales en juego. Se espera que quede confirmado el paso adelante de los jóvenes –Melwin Pantzar, Kristian Kullamae y Thijs De Ridder–, los chispazos de varias de las incorporaciones –Marvin Jones, Harald Frey, Tomasz Gielo...– y que las piezas que parecen algo más rezagadas en su puesta a punto se pongan las pilas.

En las filas del Neptunas, que ha organizado una importante fiesta previa al partido con motivo del 60º aniversario del club y para asegurarse un ambiente favorable a sus intereses en una cita tan importante, no faltan focos de peligro, como demostró en el estreno de la liga lituana ganando a domicilio (84-90) al vigente campeón, el BC Rytas. Con un núcleo de cinco jugadores capaces de intercambiar posiciones y de jugar abiertos, activando muñecas incluso desde la distancia triple –los estadounidenses Desure Buie, Nate Johnson y Zane Waterman, un jugador curtido en mil batallas como Deividas Gailius con muchos galones y Arnas Berucka–; dos pívots rocosos como Tomas Pavelka, pilar defensivo de 2,17 metros que jugó su único partido en la Liga Endesa en el Valencia Basket con Ponsarnau como técnico, y Martynas Pacevicius; y dos veteranos como Zygimantas Janavicius y Mindaugas Girdziunas, los lituanos no serán una presa fácil en absoluto.