Papeleta muy complicada la que debe asumir hoy el Surne Bilbao Basket en Alemania. Devuelve visita al Niners Chemnitz en la semifinal de la FIBA Europe Cup (19.00 horas) siendo plenamente consciente de que afronta una misión que se puede considerar imposible aunque Jaume Ponsarnau prefiera ponerle un “casi” para dejar un remoto resquicio al más difícil todavía. Los hombres de negro perdieron la oportunidad de luchar por un billete para regresar a una final continental trece años después al caer en Miribilla por un abrumador 73-98 ante un rival cuyos 23 minutos finales fueron apoteósicos, una demostración de energía, velocidad, contundencia y acierto ante la que no quedó más remedio que rendirse. El reto de los visitantes que contarán además con la baja de Sacha Killeya-Jones a pesar de que el pívot ha viajado con sus compañeros, será mostrar la versión más competitiva posible, tratar de ofrecer su mejor nivel y ver hasta dónde puede llevarles. Una hipotética campanada –el deporte no es ciencia– merecería los calificativos más superlativos que el diccionario registre en sus páginas.

“Venimos con un lastre que ha puesto la semifinal casi imposible, pero es una semifinal y tenemos que luchar hasta el final. Venimos aquí con el objetivo de hacer un buen partido, el mejor que podamos. A ver si podemos hacer nuestro mejor partido de la temporada y a ver hasta dónde nos lleva. Ojalá sea lo más lejos posible”, apuntó Ponsarnau, consciente de lo indigesto del duelo ante un rival que demostró en el Bilbao Arena su capacidad para desarrollar un baloncesto arrollador como si de una bola de demolición se tratara merced al brutal físico de sus jugadores y su maquinaria muy bien engrasada, que le permite este curso tutear en la Bundesliga a los rivales con vitola de Euroliga. “Es un equipo que tiene unas virtudes que nos van muy mal, un conjunto muy dinámico, con muchos jugadores que juegan de fuera hacia adentro. Todo lo que hacen se basa más en la velocidad que en la técnica y tienen una gran capacidad de acierto. Ya sea desde el triple o con penetraciones encuentran la manera de estar muy acertados. En Miribilla aprendimos que cuando nuestra energía dominó el partido, algo que es muy difícil contra ellos, fuimos mejores. Se trata de ser más inteligentes durante el partido y, sobre todo, entender, que suelen tener momentos de juego espectaculares. Su tercer cuarto en Bilbao fue espectacular, como nadie ha jugado contra nosotros este curso, y la respuesta no puede ser la de perder la concentración y el foco en el partido”, apuntó el técnico catalán.

De todas maneras, Ponsarnau está satisfecho del nivel actual de su equipo. “La victoria en Lugo significó muchísimas cosas. La primera, acercarnos muchísimo al objetivo más importante de la temporada y hacerlo cuando aún quedan siete jornadas en la ACB y luchamos por llegar lo más lejos posible en Europa. Esa era una dificultad para nuestra realidad, pero queríamos vivirla con ilusión y llevar a nuestro equipo y a nuestra ciudad lo más lejos posible. A ver qué nos depara este partido”, remató.