La reactivación competitiva de la Liga Endesa llevará mañana sábado (18.00 horas) al Surne Bilbao Basket a visitar una de esas canchas que históricamente se le han atragantado: el Palacio de Deportes José María Martín Carpena de Málaga. Los encuentros a domicilio contra el Unicaja son sinónimo de derrota para el conjunto vizcaino desde 2010. Desde entonces se han sucedido doce derrotas, muchas de ellas con resultados contundentes en contra. El conjunto de Ibon Navarro, físico, intenso y centelleante como pocos, ha resultado indigesto en los últimos tiempos para los hombres de negro incluso en su fortín de Miribilla (inapelable 71-103 para cerrar la temporada regular 2022-23 y doloroso por lo pírrico del marcador el 43-67 del presente curso). Además, querrá reivindicarse ante sus aficionados tras caer como local en cuartos de final de la reciente Copa ante el Lenovo Tenerife perdiendo así la oportunidad de revalidar título, por lo que los de JAume Ponsarnau tendrán que poner sobre la cancha elevadísimas dosis de intensidad y acierto para poder ser competitivos.

Ha llovido muchísimo desde que el Bilbao Basket cosechara su último éxito en tierras malagueñas el 7 de marzo de 2010. Con Fotis Katsikaris ya en el banquillo después de la salida del club de Txus Vidorreta un par de meses atrás, el conjunto vizcaino batió por 66-77 al Unicaja de Aíto García Reneses, con Omar Cook, Berni Rodríguez, Carlos Jiménez o Giorgos Printezis en sus filas. Los 15 puntos de Marko Banic sin errores en el lanzamiento, los mismos que sumó Paco Vázquez con un gran cinco de siete en triples, fueron decisivos en un resultado que supuso la cuarta victoria seguida en una racha que se extendió hasta las ocho, incluido otro triunfo en la cancha del Real Madrid.

Curiosamente, aquel éxito supuso el tercero en las seis primeras temporadas del Bilbao Basket en la Liga ACB, cuando la diferencia de potencial entre aquel conjunto vizcaino que pugnaba por asentarse en la élite y un Unicaja por entonces habitual en la Euroliga era superlativa. Desde entonces, las derrotas se han amontonado una detrás de otra, casi siempre con escasas posibilidades de dar la campanada. En las últimas seis visitas, solo en una ocasión el marcador final ha sido adverso para los intereses vizcainos por menos de diez puntos, en el 77-70 del ejercicio 2019-20, el del brillante regreso a la Liga Endesa tras un curso en la LEB Oro. Ni en el 88-74 del curso 2020-21 (30-14 en el acto final), ni en el 91-75 del 2021-22 (31-16 en los últimos diez minutos) ni en el 92-79 del 2022-23 (28-15 tras el descanso) existió la compostura y la sostenibilidad necesarias para intentar el asalto al feudo malagueño.

Para aspirar a lograrlo en esta ocasión, el conjunto vizcaino deberá mejorar de forma notable su pobre rendimiento de las últimas fechas a domicilio, con cinco derrotas consecutivas en las canchas de Dreamland Gran Canaria, Zunder Palencia, Morabanc Andorra, Real Madrid y UCAM Murcia, las tres primeras con cuartos adversos que frustraron cualquier intento de éxito y las dos últimas con sus rivales imponiendo su superioridad con gran contundencia.