Un triple de veinte metros sobre la bocina final de Andrés Feliz tumbó este domingo en el Olimpic de Badalona (81-78) a un Surne Bilbao Basket que con anterioridad puso mucho, muchísimo, de su parte para que romper la racha de cuatro derrotas consecutivas que acumulaba en Liga Endesa no se convirtiese en realidad. Después de acumular errores de todos los colores y en todas las circunstancias a lo largo del encuentro cada vez que tuvo oportunidad de romperlo, se las arregló a base de elevadas dosis de defensa y coraje para llegar al último minuto con un 69-76 favorable a sus intereses, pero a partir de ahí todo fue un absoluto desastre, una sucesión de tiros en el pie que resucitó a un Joventut tambaleante, prácticamente noqueado.

Dos tiros libres de Feliz, un airball de Adam Smith en el siguiente ataque, una canasta de Deshaun Thomas tras capturar dos veces su propio rebote, Alex Renfroe fallando uno de sus dos tiros libres, triple del propio Thomas y otro fallo desde el tiro libre de un Kristian Kullamae que llevaba un 100% de acierto durante el curso hasta ese momento. El guion de la tragedia iba cogiendo forma. Con doce segundos y 76-78 en el luminoso, Jaume Ponsarnau optó por defender y en la penetración de Feliz le cerraron hasta tres jugadores visitantes, pero el dominicano dobló la bola para que Pau Ribas anotara sin dificultad debajo del aro. 78-78, cuatro segundos y todavía la catástrofe podía aumentar. Kullamae se las arregló para tener un tiro lateral de seis metros sin oposición, pero se quedó corto y mientras los hombres de negro se lamentaban Feliz, que reaparecía en esta cita, cazó la bola antes de que saliera por banda, lanzó prácticamente desde la altura de los tiros libres de su campo y el balón besó la red. Cruel bajada de telón.

Así se consumó unas de esas derrotas que pueden hacer mucho daño a un conjunto vizcaino ya en un momento dubitativo en lo que a confianza se refiere. La acumulación de bajas interiores de los de Carles Duran convertía la cita en una oportunidad excelente para regresar a la senda del éxito en la competición doméstica, pero la sucesión de errores cada vez que hubo ocasión para romper el choque lo evitó. 16 balones perdidos, 13 rebotes ofensivos ante un rival tan mermado en la pintura, siete tiros libres que se quedaron por el camino... Así resulta imposible gozar de la sostenibilidad necesaria para vencer a domicilio, ni siquiera con un 41% en triples. Además, el desatino de varios de los referentes ofensivos del equipo en esos minutos de gran temperatura fue tan dañino como preocupante.

DOMINIO

El conjunto vizcaino saltó a cancha con la clara intención de poner el balón en manos de sus interiores para tratar de sacar petróleo de las bajas verdinegras. Pese a que Tryggvi Hlinason y Xavi Rabaseda fallaron los primeros lanzamientos a un palmo del aro, el juego de los visitantes, con el pívot islandés trabajando en la zona, Renfroe penetrando y Smith anotando dos triples, consiguió el equilibrio deseado para escaparse hasta el 10-16 ante un Joventut del que tiraban Thomas y Andrews. Pero los de Ponsarnau no pudieron dar continuidad a ese buen momento. Tras dos pérdidas seguidas, encajaron un 7-0, se dejaron tres tiros libres por el camino, el relevo de Sacha Killeya-Jones estuvo lleno de desacierto y los primeros diez minutos se cerraron con empate a 19.

La Penya intentó abrir hueco aprovechando el tiro exterior de Thomas, pero el conjunto vizcaino respondió con aplomo, firmando un parcial de 0-7 que llevó a Duran a detener la contienda con el 24-28. El conjunto de Ponsarnau volvió a gozar de su máxima ventaja de seis puntos, pero tres faltas casi seguidas de Hlinason, entre ellas una antideportiva y un dos más uno para Ruzic, facilitaron la supervivencia de los anfitriones, llegándose al ecuador de la contienda con un 38-41 tras un triplazo de Álex Reyes sobre la bocina.

SIN CONTINUIDAD

En la reanudación, las cosas no arrancaron demasiado bien, con Thomas haciendo mucho daño en ataque además de sacar la cuarta personal a Denzel Andersson. Acudieron al rescate Smith, con sus primeros puntos desde el acto inaugural, y Killeya-Jones, con su estreno anotador, para construir otro colchón de seis puntos para el Surne Bilbao Basket (43-49), pero en esta ocasión tampoco hubo demarraje. Una bola que se le escapó al pívot cuando iba a hacer un mate solo, otro balón perdido, una falta en ataque en un contraataque de tres contra uno... Pese a todas esas oportunidades perdidas para coger impulso, un notable trabajo defensivo, seis puntos de Melwin Pantzar y un triple de Kullamae colocaron a diez minutos del final un 53-60 que, visto lo visto, era un tesoro.

Sin embargo, la falta de consistencia y la acumulación de pérdidas impidió al conjunto vizcaino tener sostenibilidad. El Joventut empezó a encontrar vías de anotación desde el triple y, a pesar de las respuestas de Reyes y Thijs De Ridder con la misma moneda, Ponsarnau paró el choque a 6:45 con 63-67. Con 63-70 tras triple de Renfroe, Reyes tuvo otro tiro desde los 6,75 para fabricar una renta de dos dígitos, pero su tiro no entró. Con 65-72, De Ridder cometió falta en ataque en una contra y en la siguiente acción, con mismo resultado, los hombres de negro fallaron dos tiros... Y otros dos con 66-72 con menos de tres minutos en el reloj. Tortura. La penetración de Smith a un minuto del final para el 69-76 parecía abrir las puertas del cielo, pero lo que estaba por llegar era la caída al más ardiente de los infiernos.