TRANQUILIDAD. Esa es la palabra que mejor define la temporada 2022-23 en el caso del Surne Bilbao Basket, una calma que ha sido muy apreciada porque ha permitido a los hombres de negro vivir durante todo el ejercicio muy alejados de la zona peligrosa de la clasificación. Jaume Ponsarnau marcó desde el verano el objetivo de ser “uno de los mejores 16 equipos de la ACB” y se cumplió con creces, sin grandes sobresaltos competitivos y con la lacra de las lesiones, concentrada sobre todo en la pretemporada (Andrew Goudelock y Tomeu Rigo) y los meses finales de la campaña (Ludde Hakanson, Jeff Withey, Francis Alonso, Denzel Andersson...), como principal causante de dolores de cabeza. El equipo vizcaino no bajó en ningún momento de la 12ª plaza –la que acabó ocupando finalmente– y en 27 de las 34 jornadas estuvo clasificado entre el octavo y el decimoprimero, con el tope de haber llegado a ser segundo en la tercera. Además, en la Basketball Champions League también se cumplió con creces al avanzar a la segunda fase como primero de su grupo.

El arranque

Tres victorias que aportaron mucha calma

Para un equipo que se presentó en la jornada inaugural con nueve jugadores nuevos y un técnico que también debutaba en su cargo, arrancar con un 3-0 supuso una bendición, un chute de tranquilidad y autoconfianza que le permitió marcar distancias con la zona peligrosa de buenas a primeras. El éxito en Badalona para arrancar la temporada y ganar acto seguido en casa a Betis y Valencia fabricó un confortable colchón que permitió que, a pesar de pasar a continuación a enlazar cuatro derrotas, el conjunto vizcaino no bajara de la zona media.

Partidos clave

Balance de 8-4 contra rivales de la zona baja

El conjunto vizcaino ha tenido la virtud de haber sido capaz de ganar partidos importantes que podían abrir la puerta a la posibilidad de temer por su futuro deportivo o cerrarla. Tras esas cuatro derrotas que colocaron el balance de 3-4, apalizó en casa el Fuenlabrada, ganó en Zaragoza y derrotó en Miribilla al Gran Canaria. Después del balance de 1-6 entre la 13ª y la 20ª jornada, batió con holgura en el Bilbao Arena al Coviran Granada para calmar las aguas justo antes de llegar al parón de febrero. También ha tenido gran peso la solvencia de los de Ponsarnau contra los equipos que han estado inmersos en la lucha por la salvación, con ocho victorias y solo cuatro derrotas frente a Zaragoza, Manresa, Girona, Granada, Betis y Fuenlabrada.

Lesiones

Muchas y concentradas en meses y puestos

Es imposible realizar un análisis de la temporada del Surne Bilbao Basket sin tener en cuenta las lesiones, que fueron numerosas y, además, se concentraron en espacios temporales muy definidos y dañaron especialmente posiciones concretas y a jugadores vitales. Los graves percances en pretemporada de Andrew Goudelock y Tomeu Rigo, en blanco todo el curso, no fueron más que el preludio de lo que estaba por llegar. Nikola Radicevic se perdió cuatro partidos entre octubre y noviembre, tres más en enero y su ausencia obligó a realizar sobreesfuerzos a Ludde Hakanson, que quedó muy tocado físicamente desde el comienzo de la segunda vuelta y que ha acabado perdiéndose nueve de los últimos diez encuentros. En el parón de febrero se lesionó Jeff Withey (diez choques fuera) y posteriormente cayeron también Francis Alonso (baja desde la 25ª jornada), Denzel Andersson, Agustín Ubal... Demasiado para un conjunto al que no le sobraba ni físico ni calidad individual cuando estaba al completo. La gestión de los recursos disponibles, variando constantemente roles y esquemas, habla muy bien del trabajo de Ponsarnau y su cuerpo técnico.

Factor Miribilla

Tabla de salvación para el 0-11 final a domicilio

Las ausencias y los constantes problemas físicos provocaron que la competitividad del conjunto vizcaino fuera de casa bajara muchos enteros, hasta el punto de cerrar el ejercicio con once derrotas consecutivas como visitante, alguna tan difícil de explicar como la cosechada en Fuenlabrada. Aquel 77-71 (llegaron a ir ganando por 17 puntos) fue el único triunfo de los madrileños desde el 5 de noviembre. Sin embargo, las cosas en Miribilla fueron mucho mejor. Las victorias como anfitrión (11-7 de balance final) permitieron a los hombres de negro llegar prácticamente hasta el final de liga con aspiraciones de echar el lazo a la octava plaza.

Individualidades

Hakanson, Smith y Withey, destacados

Las lesiones han frenado a Ludde Hakanson en una temporada que estaba siendo extraordinaria en el plano individual. El base sueco asumió los galones de líder desde el amanecer del curso y fue fundamental en el buen hacer colectivo, asumiendo tiros importantes en momentos calientes, dirigiendo al equipo con solvencia y elevando sus cifras anotadoras. MVP de la 13ª jornada (33 de valoración con 29 puntos contra el Real Madrid), firmó también partidazos en los triunfos frente a Murcia (25 puntos y 11 asistencias) y Gran Canaria (27 puntos). Desde mediados de enero, los problemas físicos hicieron que su rendimiento bajara. Entonces, surgió con más fuerza aún la figura de Adam Smith para coger su relevo. Cuando Goudelock se lesionó la rodilla en pretemporada, el crujir de dientes fue general pues la Mini-Mamba estaba llamado a ser el killer del equipo. Sin embargo, el fichaje de Smith ha tapado su ausencia de manera sobresaliente. Séptimo máximo anotador de la Liga Endesa con 14,2 puntos de media, ha dado lo mejor de sí en Miribilla, firmando 20 o más puntos en ocho encuentros, todos ellos como local, y llegando a ser MVP de la 30ª jornada, con 32 de valoración y 28 puntos frente al Manresa.

Además, Jeff Withey, al que el equipo echó muchísimo de menos durante su ausencia, ha sido durante casi toda la temporada el jugador que ha liderado el epígrafe de la estadística avanzada que hace referencia a la influencia –impacto que tiene la presencia del jugador sobre el resultado de los partidos cada 40 minutos–, además de ser el quinto mejor reboteador de la liga (6,3 de media) y séptimo en tapones (1,2). Entre el resto de jugadores, hubo momentos de brillo para Álex Reyes, Emir Sulejmanovic, Agustín Ubal y, sobre todo, un Nikola Radicevic que fue el autor del triplazo a dos segundos del final con el que el Bilbao Basket logró su éxito más meritorio del curso: 82-80 ante el Barça.

Futuro

Muchas incógnitas entre los principales jugadores

Con seis jugadores con contrato hasta 2024 o con 1 más 1 con asequibles cláusulas de corte por alguna de las partes, Andersson renovado y Melwin Pantzar atado, existen muchas incógnitas entre los jugadores con los que se quiere seguir contando. Hakanson está más fuera que dentro a día de hoy, Smith tendrá ofertas aunque el club quiere apostar por él al igual que por Sulejmanovic, la recuperación física de Alonso genera inquietud y se avecinan cambios entre los pívots. El hecho de jugar o no en Europa, factor a tener en cuenta tanto en las renovaciones como en el mercado.