Pese a que los constantes torpedos en su línea de flotación en forma de lesiones y percances físicos están provocando que la temporada se le esté haciendo algo larga, áspera, el Surne Bilbao Basket no claudica. Quiere jugar en Europa el próximo curso y está dispuesto a invertir en ese objetivo hasta la última gota de combustible que queda en un depósito que si no está ya en reserva poco le falta. Este sábado, tras el sonoro sopapo encajado el miércoles contra el Tenerife, se rehizo para doblegar la resistencia de un intenso y correoso Baxi Manresa (80-76) que juega a vida o muerte por la permanencia. Para ello tuvo que remangarse y luchar sin cuartel hasta la última jugada. Literalmente.

En una cita en la que los anfitriones llegaron a mandar por 14 puntos (29-15), pero en la que los de Pedro Martínez reaccionaron para poner el marcador a su favor tras el descanso (46-50), amagando incluso con la escapada en el luminoso, la resolución fue no apta para cardiacos. A lomos de un Adam Smith extraordinario con 28 puntos y 32 créditos de valoración, los de Jaume Ponsarnau parecían tener la situación controlada con el 78-72 a 1:20 del final, pero los catalanes resistieron de la mano del enérgico Brancou Badio hasta el punto de tener la última bola con 78-76. En un ataque a la carrera, optaron por jugársela con su principal arma ofensiva, Jerrick Harding (21 puntos). Con él se emparejó Emir Sulejmanovic. La electricidad y rapidez de piernas favorecían al estadounidense; la intensidad y el aplomo, al bosnio. Sule ni siquiera le dejó botar. Lanzó un zarpazo sobre el balón para arrebatárselo, lo recogió y tras ser objeto de falta por parte de Dani Pérez anotó los dos tiros libres que pusieron el candado a la victoria.

Fue la guinda para un duelo competido en el que los locales tuvieron un serio problema con los 21 balones perdidos, que permitieron al rival sumar 12 puntos regalados, y con los 48 puntos anotados por los manresanos en la pintura por solo 26 propios. Sin embargo, esta vez el conjunto vizcaino sí tuvo argumentos para decantar la cita de su lado a pesar de que por momentos los árbitros, horribles, parecían dispuestos a poner palos en las ruedas. Con Smith absolutamente desatado en ataque, Michale Kyser, 21 de valoración con solo nueve puntos, estuvo fantástico en labores de intendencia, Agustín Ubal, con 10 puntos en poco más de 13 minutos, sumó intensidad y anotación en momentos importantes, y Sulejmanovic hizo mucho más que protagonizar ese robo de bola fundamental.

RITMO ELEVADÍSIMO

Los de Pedro Martínez, como era de esperar, mostraron desde el salto inicial su clara intención de llevar el encuentro a su tope de revoluciones, pero se encontraron en el bando anfitrión con un extraordinario Smith. El estadounidense lideró el magnífico arranque ofensivo de los hombres de negro con 10 puntos en poco más de cinco minutos, por lo que el Manresa se vio obligado a frenar la contienda con el 15-6. La exigencia de mayor intensidad del técnico visitante tuvo una ligera respuesta entre sus jugadores, que fueron capaces de frenar el demarraje bilbaino con Devin Robinson liderando las andanadas ofensivas, aunque el buen relevo aportado por Kyser desde el banquillo sirvió para que el Surne Bilbao Basket cerrara el acto inaugural con un notable 24-14 favorable a sus intereses.

Con una canasta de Georgios Tsalmpouris, un triple de Álex Reyes y aprovechando el mal momento de los catalanes en ataque, el conjunto vizcaino fue capaz de estirar su renta hasta el 29-15 a 6:27 del descanso, pero no pudo romper el partido. La acumulación de errores fue aprovechada por los visitantes para rehacerse. Con el peligroso Harding entrando en calor, el Manresa enlazó un 2-9 que le permitió regresar al partido (31-24). Entre Ignacio Rosa y Smith amagaron con permitir a los suyos recuperar la compostura perdida, pero el Manresa, mucho más intenso, había conseguido cambiar las constantes vitales de la cita. Con Harding asumiendo la responsabilidad (12 puntos en el segundo cuarto), el 36-33 en el ecuador de la contienda era un resultado muy poco positivo para el Bilbao Basket, al que le pesaban sus once pérdidas.

PROBLEMAS Y SOLUCIONES

El choque regresó a la acción con otro intercambio de canastas, pero una antideportiva señalada a Nikola Radicevic permitió a los visitantes hacerse con el control del luminoso (41-43), con los aficionados del Bilbao Arena muy enfadados con una actuación arbitral que puso excesivo celo en las faltas en ataque de los hombres de negro, con sus defensores en movimiento. Por momentos, parecía que los de Pedro Martínez, más activos e intensos, podían dar un golpe de efecto al encuentro, pero surgió de nuevo la figura de Smith para devolver las aguas a su cauce con ocho puntos en un abrir y cerrar de ojos (53-50). El duelo entró en una fase de descontrol de la que los anfitriones, de la mano de Kyser y Radicevic, supieron salir bastante bien parados, llegando a los diez minutos finales con un 61-55 favorable gracias a una bandeja de Unai Barandalla sobre la bocina.

Con un tiro libre y un triple de Ubal, los anfitriones despejaron bastante su horizonte a 6:13 de la última bocina (67-59). Tuvieron un par de ataques para finiquitar la cita, pero no estuvieron afortunados y el Manresa activó las penetraciones de Badio para sostenerse sobre el alambre. El 67-63 a 4:37 del final prometía emociones fuertes. Ni siquiera otro arreón anotador de Smith (74-68) doblegó a los visitantes, que se aferraron al partido con uñas y dientes. Su pelea les permitió gozar del balón del triunfo, pero Sulejmanovic se llevó la gloria.