Para el Surne Bilbao Basket cada derrota en Miribilla deja una amarga sensación de oportunidad perdida, más aún cuando se produce ante un rival con el que comparte potencial y objetivos e incluso más todavía cuando son los propios hombres de negro los que ponen sobre la cancha deméritos para que así acontezca. Y eso es lo que ha ocurrido este domingo ante el Monbus Obradoiro (77-80). Llegaban los de Jaume Ponsarnau a esta cita impulsados por sus tres victorias consecutivas y con la excelente oportunidad de abrir todavía más hueco con respecto a la zona baja de la tabla e incluso de alimentar el sueño de lograr un billete para la Copa pero han acabado claudicando ante un rival especialista en hurgar en las debilidades de cualquier conjunto si estos no actúan con todos los sentidos alerta.

Y así ha acontecido. La escuadra vizcaina ha pagado caros los excesivos dientes de sierra que ha mostrado su juego, sobre todo en la parcela ofensiva, y los regalos en forma de pérdidas de balón, algunas de ellas difíciles de explicar, y rebotes ofensivos concedidos (hasta 15) ante un adversario muy bien ordenado y con las ideas claras. Y pese a funcionar a tirones, mezclando momentos de brillantez con otros de desacierto -más de lo segundo que de lo primero- han sido capaces de fabricar un final agónico, pero su toma de decisiones no ha sido la mejor en esos momentos calientes, funcionando con más corazón que cerebro, y los de Moncho Fernández, con Thomas y Phil Scrubb y Dragan Bender resolutivos en esos compases -antes Kassius Robertson había hecho también su trabajo- se han llevado el gato al agua.

Adam Smith, el mejor en las filas locales, ha tenido un triple para provocar la prórroga, pero su tiro no ha tocado ni el aro. Al escolta estadounidense le ha faltado más acompañamiento de los primeros espadas del equipo, pues Ludde Hakanson ha estado muy bien defendido durante todo el encuentro y Jeff Withey ha hecho gala de una llamativa falta de consistencia en ambas canastas.

A tirones

Tras unos primeros minutos de intercambio de puntos fueron los hombres de negro los que consiguieron imponerse en primera instancia sobre la cancha. Con una notable puesta en escena, provocaron cinco pérdidas en el rival en apenas seis minutos y pudieron correr y firmar canastas sencillas. Así, con un parcial de 11-0 el marcador señalaba un interesante 16-7. Sin embargo, el Obradoiro no tardó en recomponerse. Cuando llegó el momento de activar los banquillos, del gallego salieron Robertson y Bender y su juego ofensivo mejoró. Por contra, el de los anfitriones perdió consistencia y el acto inaugural se cerró con un 20-19.

Dos triples consecutivos de Edgar Vicedo acabaron por darle la vuelta al luminoso (20-25), poniendo la guinda a un parcial de 2-15. A los de Ponsarnau les costaba anotar, cometiendo pérdidas clamorosas y fallando tiros liberados desde la línea de 6,75 e incluso bandejas. Así, los de Moncho Fernández no tuvieron que hacer más que aprovechar los regalos, sacar petróleo de su buen hacer en el rebote ofensivo y lucir muñeca desde la larga distancia para abrir hueco. El 29-38 con el que se llegó al ecuador de la cita dejaba claro que había mucho que mejorar en las filas anfitrionas, sobre todo su horrible 14% en triples (41% de los visitantes), sus nueve balones regalados y los diez rebotes concedidos en su propio aro. El 4-25 en puntos de la segunda unidad tampoco dejaba en buen lugar a los jugadores de banquillo.

Mejora insuficiente

Pese a que la contienda se reanudó con un 'dos más uno' de Emir Sulejmanovic, el Obradoiro respondió demarrando hasta el 32-43. El Bilbao Basket, con pico y pala, se aferró al partido. Paso a paso, fue estrechando márgenes (43-47), pero Moncho Fernández respondió activando la desequilibrante baza de Bender. Y cuando Robertson volvió a enchufar desde la larga distancia, la desventaja de 12 puntos se convirtió en realidad (46-58), con un triple de Radicevic permitiendo a los locales llegar a los diez minutos finales con un 53-60 que dejaba la remontada al alcance de la mano.

Con Radicevic y Hakanson coincidiendo en pista y siete puntos de Kyser luciendo muñeca incluso desde la línea de 6,75, el conjunto vizcaino le dio la vuelta a la tortilla en tres minutos. El 63-62 tras un parcial de 15-2 dibujaba un partido nuevo, pero los hombres de negro no supieron jugarlo. Volvieron a dar facilidades al Obradoiro para recomponerse con malas decisiones y finalizaciones en ataque y protegiendo mal el rebote defensivo y los de Moncho Fernández volvieron a impulsarse hasta el 65-72. Dos canastas seguidas de 'Sule' volvían a hacer posible la voltereta, pero una pérdida muy difícil de entender entre Hakanson y Withey subiendo la bola colocaba otra piedra en el camino.

Tras el 71-74 obra de Smith a dos minutos del final, los hombres de negro fallaron dos triples en el mismo ataque y, en el siguiente, Sule no envió a la red ninguno de sus tiros libres. Así era imposible. Bender, con un mate, daba carpetazo al asunto a pesar de que Smith, con un triple a 28 segundos del final, hacía soñar con el 74-76 y un dos más uno de Sule elevaba la emoción hasta el límite (77-78) a falta de 15. Pero a los jugadores del Obradoiro no les falló el pulso desde la línea de tiros libres para mantener a su equipo por delante. Con el 77-80, el Bilbao Basket tuvo un último balón para enviar el duelo a la prórroga, pero el forzado triple de Smith no encontró el objetivo deseado.