Damien Inglis escenificó ayer jueves en su cuenta de Instagram lo que la afición del Surne Bilbao Basket lleva temiendo, y tratando de asimilar, desde que la pasada temporada echara el cierre competitivo con aquel encuentro de amargo recuerdo ante el Coosur Betis en Miribilla. Utilizando dos fotografías, una en la que se despide de la afición mientras enfila el túnel de vestuarios tras un partido en el Bilbao Arena y otra con el puño en alto y el mensaje Helluva ride!! (¡un viaje tremendo!), el ala-pívot francés deja claro que su singladura como hombre de negro, corta pero intensa y exitosa, no tendrá continuidad el próximo curso.

Atendiendo al corto presupuesto que maneja la entidad de Miribilla para acometer la construcción de su plantilla, la continuidad de Inglis se antojaba muy complicada desde que el club, en el tramo final del pasado ejercicio, le hiciera llegar una oferta de renovación. Su magnífico rendimiento a las órdenes de Álex Mumbrú desde que aterrizara en el vestuario de los hombres de negro a mediados de noviembre para sustituir a Regimantas Miniotas le convertía en una pieza muy interesante para conjuntos con más posibilidades económicas y objetivos deportivos más elevados.

El Surne Bilbao Basket le inscribió a comienzos de este mes en la relación de jugadores sujetos al derecho de tanteo pese a ser consciente de que le iba a resultar prácticamente imposible igualar las hipotéticas propuestas económicas que pudieran llegarle desde algún otro equipo de la Liga Endesa que manejara su nombre en su agenda de jugadores interesantes. El 14 de julio acabó el plazo para la presentación de ofertas ante la ACB sin que se registrara ninguna por Inglis –el conjunto vizcaino habría tenido cinco días para igualarla–, pero hace un par de días la web Encestando adelantó que el Gran Canaria de Jaka Lakovic, quien fuera el primer candidato del conjunto vizcaino para sustituir en el banquillo a Mumbrú antes de decantarse finalmente por Jaume Ponsarnau, tenía avanzadas las negociaciones de cara a incorporar a sus filas al ala-pívot francés. Si finalmente progresa esta vía, y atendiendo a la notable diferencia de potencial entre las tesorerías de ambas entidades, es harto complicado que el club vizcaino pueda ni siquiera amagar con igualar la oferta que la entidad insular haya podido trasladar al jugador para retener de esa manera sus derechos deportivos en la Liga Endesa.

Refuerzo de lujo

El acierto a la hora de apostar por Inglis, que se encontraba por aquel entonces sin equipo tras haber ganado la Eurocup con el Mónaco, fue una de las principales causas de la metamorfosis vivida durante la pasada temporada por el equipo vizcaino, que pasó de arrancar con un 0-5 a ganar siete partidos seguidos y quedarse a milímetros de dar la campanada con una clasificación para las eliminatorias por el título de la Liga Endesa que habría sido un logro extraordinario. Su importancia en el juego no solo lo reflejaron los números –11,5 puntos y 5,7 rebotes–, sino que dotó al colectivo de un puñado de recursos que necesitaba como el comer tanto en ataque, con su capacidad para finalizar y generar juego desde el poste, como en defensa, con una capacidad atlética y efusividad que le permitía cambiar en los bloqueos y hacerse cargo de la marca del exterior de turno. Inglis ayudó mucho al Bilbao Basket y el conjunto vizcaino ayudó al ala-pívot francés a la hora de dar un nuevo impulso a su carrera profesional. La unión entre ambas partes fue muy satisfactoria. Lástima que no vaya a tener continuidad.