Jonathan Rousselle puso ayer miércoles fin a su etapa de tres temporadas en el Surne Bilbao Basket que les han permitido "cumplir un sueño y ser mejor jugador, mejor persona y mejor padre". El base francés se despidió en la sala de prensa de Miribilla y acompañada por la presidenta Isabel Iturbe y el director deportivo Rafa Pueyo. "No soy ninguna estrella de la liga y con solo tres años en el equipo hacemos un acto de despedida. Eso dice mucho de este club", agradeció Rousselle, que durante las dos últimas campañas ejerció de capitán de los hombres de negro, poniendo siempre a un lado su protagonismo individual.

"Mi sueño era ser mejor jugador que mis hermanos mayores y lo he conseguido. Luego, mi sueño era ser profesional en Francia y jugar al máximo nivel y también lo conseguí. Pero esto ha sido un sueño increíble, un viaje maravilloso, porque nunca pensé que iba a poder llegar a la Liga ACB. Agradezco la confianza que puso el Bilbao Basket en mí en un momento difícil. Cuando me llamaron Rafa y Álex (Mumbrú), acepté inmediatamente", rememoró el jugador galo, que pudo salir de su "zona de confort y ahora hablo español y he tenido la oportunidad de vivir una experiencia inolvidable".

Ahora, Roussele regresa a su país para jugar en el Dijon. "Me ofrecían cinco millones, jaja", bromeó. "No, en serio, es un club muy sólido en Francia y con 32 años tenía que pensar en mi familia, en mis hijos y en mi mujer, que quiere volver para empezar a trabajar y preparar el futuro. Lo que más quería era quedarme, pero una cosa es lo que uno desea y otra, la realidad del mercado", explicó.

Porque Rousselle tejió también un relato de honradez y autocrítica al asegurar que "esto es ley de vida, del deporte profesional. Mi última temporada no ha sido la mejor, no nos vamos a engañar, y entiendo que el club quiera tener a los mejores jugadores". Además, la salida de Mumbrú, con el que tuvo muy buena sintonía, le terminó de convencer de que "había llegado el momento de poner fin a este ciclo". Rousselle se marcha con 84 partidos disputados con el Bilbao Basket, momentos buenos "como cuando nos clasificamos para la Copa en el Palau, algo que no olvidaré, y esta última campaña en la que hemos estado a una bandeja de jugar el play-off" y malos como las lesiones que "te impide ayudar a tus compañeros y eso es lo más duro del deporte". "Por eso me gusta que se me identifique solo con la camiseta del Bilbao Basket. Es una imagen que me gusta. No me apetecía jugar en otro equipo de la liga por solo unos meses. Está muy bien acabar así, que sea en Bizkaia y en Bilbao", aseguró.

Pueyo se mostró convencido de que Jonathan Rousselle puede ser "el mejor embajador del Bilbao Basket en Francia y solo dirá buenas palabras de nosotros". El base de Seclin desea que el azar haga un guiño y pueda emparejar al Dijon y al Bilbao Basket en la próxima Champions League para poder despedirse de la afición de Miribilla con la que siempre se ha mostrado muy cercano. Del futuro del club no tiene dudas porque "está en buenas manos. No tengo ningún miedo porque saben cómo hacer las cosas con poco dinero".

En eso está el Bilbao Basket, en tratar de encontrar un sustituto al base francés y continuar en la configuración de una plantilla casi nueva, empezando por la figura del entrenador que debe iniciar una nueva etapa tras los cuatro exitosas campañas de Álex Mumbrú, el segundo técnico más longevo en la historia de la entidad.

"El Bilbao Basket queda en buenas manos. Saben cómo hacer las cosas con poco dinero"

Exjugador del Bilbao Basket