Jeff Withey se ha convertido en una de las claves del buen momento que vive el Surne Bilbao Basket. Su mejoría física ha contribuido a que el equipo sea más sólido en defensa. "Quiero coger rebotes y poner tapones, que es por lo que se me conoce. Y pienso que puedo hacerlo mucho mejor", comentó ayer el pívot estadounidense, al que el pasaporte comunitario obtenido hace poco le abre un nuevo horizonte en su carrera y hace que "me quiera quedar muchos años en esta liga". Entre su tardía incorporación tras contraer el covid en su país y la fractura que sufrió en la nariz, "me ha costado coger el ritmo, fue duro al principio, pero ahora ya me siento mucho más cómodo. Me gusta el estilo de juego europeo y me gusta batirme cada partido con gente de mi tamaño".

Eso sí, el jugador de San Diego apuntó que no solo quiere ser considerado un jugador defensivo. "También me gusta tener el balón en ataque, aportar en aquellas posiciones en que puedo hacerlo para tener más confianza y así se lo dije al entrenador. En el último partido, los bases y escoltas crearon muchas opciones para todos, tuvimos siete jugadores con diez puntos o más e hicimos un gran trabajo coral", comentó después del choque ante el Obradoiro, que fue el mejor suyo con el Bilbao Basket y que "me tomé como una revancha porque en el anterior partido contra ellos no lo había hecho bien".

Withey valora la oportunidad de estar en la Liga Endesa, sobre todo después de haber jugado en Corea "donde solo se permite un extranjero en cancha y la prioridad es tirar en cuanto se pueda" y en otras ligas más modestas de Europa. Su estancia de cinco temporadas en la NBA "es algo que no cambio por nada porque es el sueño de todo jugador", aunque reconoció que fue "muy exigente mentalmente". "Puedes estar veinte partidos sin jugar y de repente el entrenador te saca a la cancha y tienes que estar preparado. Fue duro, pero valió la pena porque, además, conservo muchos amigos", explicó el pívot estadounidense, que conserva buen recuerdo de su etapa junto a Dirk Nowitzki.

En el Bilbao Basket, los roles van encajando tras aquel comienzo de cinco derrotas en el que "el entrenador tuvo mucha paciencia, no se desanimó y nos dijo que esta es una carrera de fondo, que se trata de no bajar los brazos y seguir insistiendo. Ahora queremos aumentar esta racha". El objetivo en el vestuario de los hombres de negro es "seguir jugando duro y sumando victorias sin mirar la clasificación". Jeff Withey advirtió de que "hay que respetar a todos los rivales, incluso al último clasificado". "El Betis está en la situación en la que estábamos nosotros al principio y sabemos que van a jugar con mucha hambre y con dureza. Tenemos que estar igual para competir con ellos", concluyó.

Buen ambiente

Además, Jeff Withey aseguró que esta mejoría del equipo tiene que ver también con "la buena química que hay en el vestuario. Siempre estamos de broma y aprovechamos las cenas en los viajes para conocernos mejor". En su caso, tener un hijo pequeño "me impide socializar todo lo que me gustaría porque paso el tiempo con el bebe y mi mujer, pero tengo un buen trato con todos". Withey, que no había hablado desde su llegada en agosto y se hizo entender con un discurso muy limpio, dijo que está "encantado en Bilbao, igual que mi familia. Es una de las ciudades más bonitas que hemos visto. Me encanta su gente, su cultura, aunque llueve demasiado".

"Con el 0-5, el entrenador tuvo paciencia, no se desanimó y nos dijo que es una carrera de fondo"

Jugador del Surne Bilbao Basket