A temporada 2021-22 de la Liga Endesa no ha hecho más que arrancar, pero el Surne Bilbao Basket se ve ya a sí mismo en situación forzada, incómoda, obligado a realizar tareas de persecución desde el fondo de la tabla clasificatoria. El conjunto que dirige Álex Mumbrú ha perdido los cuatro encuentros que ha disputado, comparte realidad con el Morabanc Andorra (incluso tienen el mismo basket average, -56) y el domingo observó cómo de los siete equipos que llegaban a la cuarta jornada a tiro de piedra, son una sola victoria en el casillero, ya solo quedan dos: el Urbas Fuenlabrada y el Coosur Betis. En esta competición nadie regala nada, las victorias son muy caras sobre todo para aquellos conjuntos que saben, o al menos intuyen, que se van a mover en la zona media-baja y nadie quiere verse contra las cuerdas desde las primeras semanas del ejercicio.

Dentro del historial de la entidad de Miribilla en la máxima categoría del baloncesto estatal, el balance de 0-4 con el que se ha abierto este curso solo tiene un antecedente, localizado en el 2013-14. En aquella temporada, que acabó siendo volcánica desde el punto de vista institucional, el equipo que dirigía Rafa Pueyo perdió sus cinco primeros partidos, aunque consiguió corregir el rumbo rápidamente y tras una racha de cuatro victorias consecutivas logró llegar a la decimoprimera jornada con un aseado 5-6. En la campaña 2009-10 y en la 2020-21 también se vivieron arranques ásperos. En la primera de ellas, en la que Txus Vidorreta perdió su puesto en el banquillo, los hombres de negro ganaron su primer partido pero perdieron los seis siguientes para llegar a un difícil balance de 1-6 y cerrar la primera vuelta con un 4-13. En la pasada, el casillero de triunfos se estrenó en la cuarta jornada contra el Monbus Obradoiro y posteriormente se llegó hasta el 1-8, consiguiendo la segunda victoria en la cancha del Coosur Betis en una semana en la que el equipo de Mumbrú apenas pudo entrenar tras el positivo por covid-19 de Ludde Hakanson. Curiosamente, en el curso 2017-18, el del descenso a LEB Oro, se arrancó con un equilibrado 2-2. El descalabro llegaría después.

Calendario

Es imposible desligar el 0-4 del amanecer del presente ejercicio del exigente calendario al que ha tenido que hacer frente el Surne Bilbao Basket, con tres rivales (Joventut, Lenovo Tenerife y Barça) que la pasada campaña acabaron la temporada regular entre los siete primeros clasificados. Perder en las visitas a Badalona y a Canarias y ante un conjunto azulgrana que llegaba como colíder invicto a Miribilla entraba dentro de lo posible, pero el duelo en casa contra el Casademont Zaragoza (76-100), dejó un gusto muy amargo porque la versión más endeble del conjunto vizcaino llegó ante el contrincante menos poderoso. Que en los dos encuentros disputados en el Bilbao Arena los anfitriones se quedaran sin ninguna opción de victoria prácticamente desde el arranque del tercer acto ha sido algo difícil de digerir para buena parte de la marea negra.

La situación no es todavía alarmante, ni mucho menos, pero obliga a no posponer la reacción para que ese cero en el casillero de victorias no acabe minando la confianza del equipo y su entorno. Y si los tramos duros de calendario sirven de coartada, los más favorables obligan a dar un paso al frente. En este sentido, el conjunto vizcaino afronta ahora un tríptico de duelos del que debería empezar a sacar ya cosas positivas. Este domingo (12.30 horas) visita al UCAM Murcia, con un balance de 2-2 tras perder en casa la pasada jornada ante el Unicaja encajando un parcial de 1-11 en los compases finales, y a continuación llegarán dos enfrentamientos seguidos en feudo propio ante el Urbas Fuenlabrada (1-3) y el Hereda San Pablo Burgos (2-2).

En la temporada 2013-14, la primera victoria bilbaina no llegó hasta la sexta jornada, pero en la 11ª lucía ya un aseado balance de 5-6

Los 'hombres de negro' afrontan ahora un tramo de calendario más asequible: visita al Murcia y citas en casa ante Fuenlabrada y Burgos