El Surne Bilbao Basket no ha podido celebrar con victoria este jueves el regreso de parte de su 'marea negra' a las gradas de Miribilla y sigue sin conocer la victoria en este amanecer de la Liga Endesa tras perder por 76-100 ante el Casademont Zaragoza. Su falta de acierto en un horrible segundo cuarto y las excesivas facilidades ofensivas concedidas al rival sacaron del carril correcto a los de Álex Mumbrú, demasiado endebles ante un rival aplicado y muy bien armado.

Tras un arranque igualado, el segundo cuarto se ha resuelto con un 11-27 y se acabó lo que se daba. En esos diez minutos, la carta de tiro de los locales ha mostrado un horrible 3 de 13, lo que unido a cuatro pérdidas de balón ha disparado a los de Ponsarnau, que ya no han vuelto a mirar hacia atrás porque han encontrado todo tipo de facilidades para anotar, tanto por fuera como por dentro, llegando a los 18 puntos de segundas oportunidades, por cero de su rival.

DE MÁS A MENOS

Empezó mandando de forma efímera el Surne Bilbao Basket, con su apuesta por exprimir la hiperactividad de Ángel Delgado en las distancias cortas, pero Rodrigo San Miguel puso orden al juego visitante para dibujar un duelo equilibrado en sus diez primeros minutos. Los de Ponsarnau aprovecharon la calidad exterior de Matt Mobley y el trabajo a pico y pala de Tryggvi Hlinason para pasar a mandar en el luminoso (11-14), pero dos triples de Ludde Hakanson ayudaron a los 'hombres de negro' a mantener la compostura. Los de Mumbrú, con Jeff Withey haciendo daño en ataque e intimidando en defensa, cerraron con ventaja el acto inaugural (20-16), pero la entrada en escena de Javier García y Jamel McLean y, sobre todo, el regreso de Mobley cambiaron el panorama del choque.

Un 'dos más uno' convertido por el interior estadounidense, con falta de Delgado en el rebote sobre un Dino Radoncic que metió los dos tiros libres, y siete puntos seguidos del 'killer' exterior fueron el núcleo de un parcial adverso de 0-14 que, pese al tiempo muerto de Mumbrú, hizo mucho daño a los anfitriones. El 25-36 a 3:43 del descanso, con el público enfadado con la labor arbitral, encendió las alarmas porque el juego ofensivo del Surne Bilbao Basket colapsó de manera brutal.

Con los exteriores negados desde la larga distancia y los tiros libres de Hakanson como único recurso de los anfitriones, los de Ponsarnau encontraron el ecosistema perfecto para alcanzar el ecuador de la cita con un 31-43 favorable a sus intereses. El 23% desde la línea de 6,75 (3 de 13), con los referentes Andrew Goudelock y Valentin Bigote especialmente desacertados, era una losa demasiado pesada ante un rival ordenado y dañino en las distancias cortas e intermedias que puso candado al segundo cuarto con un arrollador parcial de 11-27.

SIN SOLUCIÓN

En la reanudación, el Casademont Zaragoza hurgó todavía más en la herido de un conjunto vizcaino al que no le salía absolutamente nada sobre la pista (36-54), pero dos triples seguidos de Goudelock, con Mumbrú apostando por juntarle con Jonathan Rousselle y Rafa Luz en cancha, llevaron a Ponsarnau a parar el partido (42-54). Sin embargo, a los aragoneses no les tembló el pulso. Sobrados de recursos para sumar puntos (Sipahi, Vanwijn€) y con la ayuda involuntaria de la retaguardia rival, cuyos desajustes permitieron demasiados tiros liberados, alcanzaron los diez minutos finales con un marcador de 53-69 que dejaba todo casi sentenciado.

Con Rousselle liderando la escasa resistencia que aún quedaba en pie, el Surne Bilbao Basket falló de manera clamorosa un par de oportunidades para reducir su desventaja hasta los diez puntos. En esas circunstancias, el Zaragoza encontró alfombra roja para acabar el partido jugando a placer, firmando rentas superiores a los veinte puntos ante un Surne Bilbao Basket absolutamente desarbolado que acabó encajando un dura derrota en su debut en casa, evidencia clara de que le queda mucho trabajo por delante.