Todas las pretemporadas deben ser tomadas con cautela porque de lo que se trata es de ponerse a punto y hacer pruebas. No cabe flagelarse por los malos resultados ni pasarse con la euforia por los buenos. Pero el último triunfo del Bilbao Basket ante el Baskonia ha puesto una sonrisa en la cara de los seguidores del conjunto vizcaino, que no es poco, y ha elevado el optimismo sobre las posibilidades de tener una temporada tranquila. Ese y no otro debe ser el objetivo inicial porque el Bilbao Basketde la categoría y tiene que vivir cada semana cruzando los dedos para que no haya ningún contratiempo importante, como todos los que pusieron en riesgo el curso anterior.

Toca hacer borrón y cuenta nueva, empezar de cero con las expectativas y demostrar cada jornada las posibilidades reales de la plantilla que este verano ha configurado el Bilbao Basket bajo los criterios del director deportivo Rafa Pueyo y el entrenador Álex Mumbrú. Según lo visto en los cinco amistosos ante rivales bastante variados, el equipo apunta a ser más largo y más sólido que el de la pasada campaña. Dos jugadores han personificado esa apuesta por sumar músculo y conocimiento de la liga en puestos claves: Rafa Luz y Ángel Delgado. El base brasileño, que tardó en empezar por una lesión muscular, ha dejado claro sus grandes virtudes defensivas y su buen criterio en la dirección, además de su capacidad para mezclar con los otros jugadores del perímetro. Por su parte, el pívot dominicano ha lucido sus conocidas habilidades para el rebote y para convertir canastas en las distancias cortas. Dijo en su día que le gusta pegar y que le peguen y a fe que no engañó a nadie.

Además, Delgado tendrá la compañía en el puesto de cinco de Jeff Withey, aún lejos de su mejor condición física, pero que ha dejado ver que conoce el oficio y que puede ser un buen corrector cerca del aro. También los dos cuatro lituanos, Regimantas Miniotas y Gytis Masiulis, añaden físico para poder hacer daño cerca del aro o en distancias intermedias. El primero, más adaptado a la Liga Endesa y al juego que pretende su entrenador, ha destacado con 13 puntos de media en la pretemporada y puede ser un buen mentor para su compatriota, que quizás tenga que pagar al inicio el peaje de los debutantes.

Al margen de ganar en solidez, y si se produce esa mejoría, el Bilbao Basket quiere imponer un juego más agresivo, más dinámico desde los primeros segundos de posesión. Para ello, cuenta con dos buenos manejadores, dos generadores para descargar de presión a los bases, dos jugadores con perfil anotador que no dudan en asumir la responsabilidad. Andrew Goudelock solo ha jugado dos partidos para no arriesgar, pero ha dejado 20 puntos de media, y Valentin Bigote acaba la pretemporada con un promedio de casi 17 puntos y la sensación de que puede sumar puntos de muchas maneras. Seguramente, ambos tendrán que mejorar en defensa, pero en la labor de cuerpo técnico está hallar quintetos y rotaciones para disimular esas carencias.

El capitán Jonathan Rousselle y Ludde Hakanson fueron dos de los jugadores que peor lo pasaron la pasada temporada por la mala trayectoria del equipo durante muchos meses y los problemas físicos que pasaron, pero la llegada de Luz les va a descargar de mucha responsabilidad. El sueco jugará más de escolta, tendrá menos el balón en sus manos, pero podrá ser más resolutivo y aprovechar mejor sus tiros. El galo, por su parte, deberá dar ritmo al equipo, aunque sin perder el orden.

El bloque de nacionales pueden tener también un papel importante. Álex Reyes ha dejado detalles esperanzadores en los últimos amistosos, aunque su valor pasa porque el extremeño aporte en otras facetas más allá del acierto en sus tiros. Tomeu Rigo y el debutante Álex Galán parten, a priori, como los dos últimos de la rotación, pero ya se sabe que con Mumbrú tendrán minutos y pueden sumar capacidad física y dureza en defensa, dos características fundamentales cuando se es inferior en talento. En la tercera temporada tras su segundo ascenso, el Bilbao Basket ya tiene dos referencias para medir su capacidad: seguramente, en el medio de ambas, más o menos, está su sitio.