Alex Mumbrú era un entrenador “muy feliz” después de que el Bilbao Basket lograra una permanencia que “era casi imposible” a falta de cuatro partidos, pero en la que él nunca dejó de confiar, “aunque veía que se nos acababan las oportunidades”. “Tras perder ante el Gran Canaria el 90% de la gente nos veía descendidos, pero ganar al Fuenlabrada nos dio el empujón anímico que necesitábamos. El mérito se lo doy totalmente a los jugadores, han estado increíbles”, comentó. “Estábamos contra las cuerdas y confiaron en lo que les planteamos. La única manera de ganar tres o cuatro partidos era creer y ellos creyeron”, añadió.

Mumbrú agradeció también la “empatía de la directiva” en una temporada llena de dificultades “en la que siempre nos han transmitido su apoyo, sabiendo que no es fácil tomar decisiones en situaciones límite” y entre sus recuerdos estuvo uno especial para el periodista José Manuel Cortizas, fallecido por covid en febrero, para el alcalde de Bilbao, Juan Mari Aburto, “que siempre ha estado pendiente”, y para todas aquellas personas que “quedaron por el camino en el anterior descenso. Estábamos todos juntos y se rompió una parte por todo lo que pasamos aquella temporada”. Y, por supuesto, hubo un agradecimiento sincero a “nuestra afición. La hemos echado de menos en un año muy complicado. Nos ha hecho salir antes del partido y por eso hemos jugado más de los que estábamos en la cancha. Hemos sentido a los 10.000, los que estaban fuera y en sus casas, que seguro que han pasado un año difícil. A ver si con esto les podemos dar una alegría”.

Alex Mumbrú aseguró que el Bilbao Basket “no se merecía el descenso” en un año tan complicado como este, “aunque no digo que sea justo que lo hagan otros”. “Pero un descenso lo sufre mucha gente, no solo nosotros. Por eso, ahora tenemos que disfrutar de esto”, concluyó.

Ondrej Balvin, con el torso desnudo tras haber lanzado su camiseta a los aficionados, era un capitán aliviado y orgulloso tras haber logrado algo que “no era nada fácil”. “Gracias a todos. Poca gente fuera de nuestro equipo pensaba que íbamos a tener posibilidades. Dimos todo lo que podíamos, el último trozo de basket que teníamos, para mantenernos. Eso fue la clave”, afirmó el jugador checo, cuyo futuro estará seguramente fuera de Bilbao.

En el bando derrotado, Carles Duran recordó que el Joventut “no ha pintado nada en esto y el Bilbao Basket se ha salvado porque ha ganado un partido más que otros”. “Me alegro mucho por la ciudad y por la gente, pero no por el club porque el club me trató muy mal”, cerró como recuerdo a su etapa en el Bilbao Basket.