El Bilbao Basket ya no es dueño de su futuro deportivo. Su derrota en el WiZink Center ante el Real Madrid le condena a estar pendiente del encuentro que disputarán hoy (20.30 horas) en el mismo escenario el Movistar Estudiantes y el Hereda San Pablo Burgos. Si gana el conjunto colegial, muy debilitado por las lesiones y por sus dos positivos por covid-19 (la aparición de un tercer caso llevaría a un aplazamiento del duelo), el descenso de los hombres de negro a la LEB Oro sería ya un hecho; si pierde, el equipo de Álex Mumbrú lograría una permanencia heroica si supera en Miribilla el domingo a un Joventut que no tendría nada en juego porque los de Joan Peñarroya habrían sellado ya su sexta posición en la tabla. Ese es el panorama que tiene por delante el conjunto vizcaino, que ayer no pudo dar continuidad a sus dos últimos éxitos ante el Fuenlabrada y el propio conjunto burgalés y queda condenado a esperar acontecimientos para conocer si el domingo tendrá que disputar la madre de todas las batallas o un duelo de trámite. No existe término medio.

No hubo milagro ante el conjunto blanco aunque el Bilbao Basket, honradísimo en el esfuerzo hasta el final como siempre en este esprint en busca de la salvación, no enarboló la bandera blanca hasta la última bocina. Y tuvo sobrados motivos para hacerlo. Con solo dos minutos de partido disputados, perdió a John Jenkins, que tras chocar contra Alex Tyus tuvo que retirarse por lo que en un principio solo parecía una aparatosa brecha en la ceja derecha pero que posteriormente le llevó a tener que ser atendido por los médicos durante largo tiempo al sentirse mareado y ya no volvió al partido (desde el club comunicaban a última hora de ayer que debía someterse aún a pruebas pero que, aunque dolorido, se encontraba mejor). Posteriormente, una horrible racha ofensiva (parcial de 31-8, del 9-11 al 40-19) ante una defensa madridista enérgica y pegajosa hizo que los visitantes llegaran al descanso con un déficit de 21 puntos, pero en la reanudación una magnífica puesta en escena les llevó a un brutal 2-15 en siete minutos y a acercarse hasta el 47-39. Los de Pablo Laso recuperaron la compostura, pero su rival trató de revolverse hasta el último aliento. Jaroslaw Zyskowski llegó a fallar un triple con 66-57 a dos minutos del final que pudo dibujar una resolución de thriller, pero no pudo ser.

ALTIBAJOS

Tras una primera toma de contacto en la que los anfitriones activaban a sus interiores para sacar de debajo del aro a Ondrej Balvin con tiros laterales y los hombres de negro trataban de coger vuelo desde el triple (4-7), el Bilbao Basket no tardó en sufrir un durísimo impacto en su línea de flotación al perder con solo dos minutos jugados a Jenkins. Los de Mumbrú mantuvieron la compostura hasta el ecuador del primer cuarto, pero con la entrada de los jugadores de banquillo su juego perdió eficacia ofensiva y dureza atrás y el Real Madrid aprovechó para poner pies en polvorosa con un parcial de 14-2.

El 23-13 con el segundo acto ya en juego dibujaba un escenario complicadísimo para los hombres de negro, que se quedaron totalmente secos en ataque. Cada posesión era una tortura porque el rival se puso a defender como si de la final de la Euroliga se tratara. Sin poder meter un balón en condiciones dentro, sus jugadas acababan en pérdidas o tiros forzados al borde de la bocina de posesión. Durante casi diez minutos, su producción ofensiva se limitó a dos tiros libres de Leonardo Totè y un triple de Álex Reyes, mientras que Laso no dejaba de sacar recursos del banquillo (Sergio Llull, Jaycee Carroll...) que se sumaban a la fiesta para colocar un 38-19 a 3:55 del descanso.

La desventaja de 21 puntos (45-24) en el ecuador de la contienda, con Mumbrú optando por repartir minutos entre sus jugadores, era dura de ver. Sin embargo, los visitantes no se entregaron. Rearmados atrás y con un ataque mucho más dinámico, arrancaron el tercer cuarto con un gran parcial de 2-15, que les impulsó hasta el 47-39, llegando a fallar incluso dos ataques para acercarse más. En ese tramo del duelo, los blancos se quedaron bloqueados, pero en el momento en el que Balvin y Arnoldas Kulboka tuvieron que sentarse para recuperar oxígeno y salieron Regimantas Miniotas y Toté el intento de remontada se quedó trabado.

El 53-42 a diez minutos del final era menos dañino que el marcador al descanso, pero seguía dibujando un panorama muy difícil. Pese a que Carroll se hinchó a meter tiros libres (60-44), los hombres de negro siguieron picando piedra y su esfuerzo les acercó hasta el 66-57. Zyskowski falló un triple que pudo dar mucha pimienta a la resolución final y el Bilbao Basket queda ahora en manos delEstudiantes para conocer su futuro deportivo.