El Bilbao Basket se encuentra ya inmerso en la preparación del encuentro que le enfrentará el próximo domingo (12.30 horas) en Miribilla al Coosur Betis. El conjunto vizcaino trabaja impulsado, que no confiado, por el notable encuentro que cuajó el pasado sábado en la cancha del Acunsa GBC, rival al que superó con absoluta autoridad. El equipo que dirige Álex Mumbrú tiene el reto de que ese buen desempeño puntual tenga continuidad en el tiempo y se pueda empezar a ver una versión más sostenible y eficaz de los hombres de negro, ese verdadero nivel colectivo que su técnico está convencido de que no han podido mostrar aún por la falta de sesiones de trabajo con todos sus jugadores como consecuencia de la sucesión de lesiones y cambios de cromos.

A primera vista, el trabajo llevado a cabo las pasadas tres semanas durante el segundo parón competitivo de la Liga Endesa ha reforzado a un grupo que ante el Acunsa GBC firmó su partido más completo de todo el ejercicio en ataque, brillando como nunca hasta ese día en dos facetas del juego que hasta el momento habían sido un tormento para sus intereses: el porcentaje en tiros de tres puntos y las pérdidas. El Bilbao Basket cuidó del balón como nunca. Sus ocho bolas perdidos supusieron la menor cifra del curso para un equipo que en ningún otro partido había bajado de once y que es tercero por la cola entre los equipos de la ACB en esta faceta del juego. Por ejemplo, en el duelo ante el mismo rival disputado en el Bilbao Arena el equipo bilbaino acabó con 17 bolas perdidas. Mumbrú ha reconocido en más de una ocasión que este es uno de los aspectos que más debe mejorar su equipo, apuntando que la escasa cohesión y conectividad entre muchos jugadores por la falta de tiempo de trabajo juntos era un factor importante para cuidar tan mal del balón. Las próximas citas dirán si de verdad se ha parcheado una de las grandes vías de agua de los hombres de negro.

Lo del acierto desde la línea de 6,75 fue también llamativo porque el Bilbao Basket no había gozado todavía esta campaña de una gran explosión de acierto desde la línea de tres puntos. Sus mejores datos databan del duelo en la cancha del Betis (50%, 13 de 26) y de la visita al Hereda San Pablo Burgos (también 50%, 11 de 22), mientras que en los cuatro duelos anteriores a este segundo parón ni siquiera había sido capaz de pasar de un paupérrimo 26%. El sábado su porcentaje de efectividad se disparó hasta el 64% (14 de 22), justo en una tarde en la que dos de sus mejores especialistas como son John Jenkins (2 de 6) y Arnoldas Kulboka (0 de 1) no estuvieron especialmente finos. La infalibilidad de Ludde Hakanson (5 de 5) y Quentin Serron (2 de 2) y el firme punto de mira de Jaylon Brown (3 de 4) propiciaron ese nivel de acierto muy difícil de repetir, pero en el punto intermedio puede estar la virtud y nunca está de más sumar pistoleros para la causa.

Además, en el duelo contra los de Marcelo Nicola el Bilbao Basket sumó su tercera mejor anotación de la temporada (97 puntos), su segunda mejor valoración (122), su tercer mejor porcentaje de acierto de lanzamientos de dos puntos (61%), el cuarto en tiros libres (90%) y por segunda vez en todo el curso tuvo a cinco jugadores por encima de los diez puntos.