Con el verano a la vuelta de la esquina, las buenas temperaturas propician un aumento de las actividades lúdicas de los niños, salidas escolares, campamentos... y con ellas el inevitable intercambio de toallas, gorros, peines y, cómo no, de piojos.

Estos parásitos no están dispuestos a perderse ningún plan y, aunque están presentes todo el año, es con la llegada del calor cuando más proliferan. Mar Santamaria, responsable de PromoFarma, nos ayuda a desmontar algunos de los mitos más extendidos sobre estos insectos. Estos son:

1- Los piojos no vuelan, ni saltan de una cabeza a otra. Estos parásitos solo corretean, pican y se multiplican en la cabeza de su huesped. Se transmiten por contacto físico de cabeza con cabeza o a través del uso de objetos que han estado en contacto directo con el pelo o el cuero cabelludo de una persona infectada. Los niños se contagian con mayor facilidad porque juegan más juntos y comparten las cosas con más facilidad.

2- Los piojos no son síntoma de suciedad. A los piojos les gusta por igual el pelo limpio que el sucio, no entienden de higiene, así que podemos encontrar piojos tanto en pelos recién lavados como en aquellos que son poco amigos del champú. Si detectamos su presencia debemos avisar a contactos estrechos y, si se trata de niños, al colegio, y comenzar el tratamiento pertinente para evitar su propagación.

Un niño se rasca enérgicamente la cabeza. Freepik

3- Si tenemos piojos no es necesario cortar el pelo al cero. En el caso de que detectemos la presencia de los nunca bienvenidos piojos, no es necesario recurrir a un cambio extremo de look. Hay tratamientos tópicos o productos pediculicidas eficaces y seguros que junto con el minucioso paso del peine y la lendrera garantizan su eliminación.

4- Los piojos no mueren al abandonar el cuero cabelludo. Los piojos pueden sobrevivir 24 horas sin estar en contacto con el cabello o el cuero cabelludo, por lo que es indispensable lavar los tejidos que hayan estado en contacto con una cabeza infestada.

5- Los piojos no transmiten enfermedades. Estos parásitos no transmiten ninguna enfermedad sino que solo provocan molestias y a veces pequeñas heridas en el cuero cabelludo al rascarse por el picor.

6- Las mascotas no pueden coger piojos. Los perros y gatos también tienen parásitos de la familia de los piojos, pero no son los mismos. Entre humanos y animales domésticos no es posible el contagio de piojos.

Una niña pelirroja con picor de cabeza. Freepik

Cómo combatir los piojos

- Explorar a fondo. Ante las primeras sospechas, comprueba la presencia de piojos adultos en el cuero cabelludo y pasa la lendrera insistiendo detrás de las orejas y en la zona de la nuca para retirar todas las liendres (los huevos).

- Informar y pedir información. Una vez confirmado que los piojos han entrado en casa, revisa las cabezas de toda la familia. Además, informa a tus contactos más próximos y al colegio si los afectados son niños y pide información sobre los tratamientos más adecuados. Si no hay piojos, nunca apliques un tratamiento a modo preventivo.

- Aplicar el tratamiento tópico pediculicida. Ya sea en loción o en crema, sigue al pie de la letra las instrucciones del producto. Si no lo haces, podría no resultar efectivo y quedar alguna liendre despistada que te obligaría a aplicarlo de nuevo una semana después.  

- Usar la lendrera. Tras aplicar el tratamiento, usaremos la lendrera y las más recomendables son aquellas cuyo espacio entre púas es igual o inferior a 0,2 mm. Lo ideal es pasarla cada día durante media hora con el cabello húmedo, hacerlo mechón a mechón desde la raíz a las puntas y si se observa alguna partícula retenida en el peine, retirarla enseguida y limpiar bien las púas.

- Extremar la higiene. Una vez que la cabeza está libre de piojos toca limpiar los objetos de uso cotidiano. Lava sábanas, gorros, toallas y otros textiles a 60ºC y sumerge en la misma loción pediculicida peines, horquillas y ornamentos que hayan estado en contacto con la cabeza, para eliminar así cualquier piojo despistado. Para prevenir reinfestaciones, puedes echar mano de repelentes. 

De todas formas recuerda que en la prevención y en los tratamientos para acabar con los piojos, la paciencia y el esmero son claves para ganar de una vez por todas la batalla a esos indeseables inquilinos.