La Euroliga pone en marcha hoy su vigésimo quinta temporada. En una de ellas, hace ya trece años, participó el Bilbao Basket en el mayor hito de su historia. Y en la mayoría de ellas ha estado como árbitro Juan Carlos García, que cumple con esta 22 campañas en la mejor competición de baloncesto del continente. En las dos primeras, coincidió con Kiko de la Maza y en la actual, el basauritarra, de 54 años, tendrá como compañero a Sergio Manuel, de 37, que debuta en la Euroliga tras haber dirigido antes en el ámbito FIBA. “Sí que se puede hablar de relevo generacional y está muy bien que se mantenga el nivel del arbitraje de Bizkaia ahí arriba”, comenta García.

De momento, el más joven tendrá que esperar su momento en la competición principal, pero ambos se estrenaron juntos en un partido de la Eurocup entre el Aris Salónica y el Telekom Ankara en un trío que completó el montenegrino Milos Koljensic. Manuel tiene claro que llegar a la Euroliga “es un salto muy importante porque llegas a la competición más exigente. Hay muchas diferencias con la FIBA, sobre todo en volumen de partidos y de seguimiento. Y tiene un mayor foco y repercusión, claro. Hay que adaptarse a nuevos compañeros, a una nueva normativa. Hay que estar muy al día de todo, hablar, escuchar, repasar, tener las cosas claras en el primer partido y estar tranquilo. La adaptación llegará arbitrando, como en cualquier otro trabajo”.

García recibe a su compañero con los brazos abiertos, como hace con cualquier rookie. “Mi motivación es introducir y ayudar a los árbitros jóvenes. Hacerlo con Sergio es un orgullo, acompañarle en su debut en la Eurocup me hace ilusión y me da más ganas de seguir trabajando, sobre todo cuando ves que la gente joven responde. Es la mayor satisfacción que puedes tener”, comenta alguien que ha dirigido ya en una Final Four y en una final olímpica, entre otros momentos destacados. Para acelerar esa adaptación de los árbitros novatos en la Euroliga, que esta temporada son cuatro, “se incide mucho en el trabajo de equipo, en como trío tener los criterios claros y consistentes. En las reuniones prepartido se insiste mucho en entender el juego porque no es lo mismo la velocidad y el ritmo en la Euroliga que en otra competición”, añade el árbitro de Basauri.

Una de las tareas de los árbitros de la Euroliga es tratar con “entrenadores míticos, a los que llevas viendo mucho tiempo” y que suelen ejercer mucha presión sobre el arbitraje. Sergio Manuel no se muestra preocupado ya que “sabiendo quién es cada uno, todos tenemos que hacer nuestra parte del trabajo. Yo debo tratar a todos por igual, al margen de la trayectoria que tenga cada uno y de la admiración anterior que puedas tenerles”. “Al final, llevo 23 temporadas en el arbitraje y esas situaciones ya las he pasado, he sido el novato otras veces, pero ahora tengo una experiencia que me puede ayudar a identificar este tipo de situaciones que, al final, hay que afrontar como equipo”, zanja el bilbaino.

EVOLUCIÓN

Juan Carlos García ha sido testigo de la evolución de la Euroliga, “que ha mejorado mucho, en calidad del juego, en estructura y en medios. En los últimos cuatro-cinco años el salto cualitativo ha sido enorme y eso supone una mayor exigencia para nosotros”. Entre esos pasos dados se encuentra la evolución tecnológica, que ambos agradecen. “La tecnología es para todo el baloncesto. Se trata de dar respuesta a algo que está pasando. No somos perfectos y esto nos cubre donde no llegamos. La tecnología está para ayudar en todos los deportes y, de hecho, era una demanda. Las herramientas son buenas, pero hay que utilizarlas mejor, si acaso. En eso estamos”, asegura el de Basauri. “Esto es un punto más de exigencia con el que hay que evolucionar. Creo que en eso hay margen de mejora. Es algo que ya no se puede quitar, solo se trata de utilizar la tecnología de la mejor “, matiza Sergio Manuel.

Entre las cuestiones que pueden afectar a su trabajo están los cambios de reglamentación de una competición a otra “que obligan a una continua actualización y repaso. Cada competición busca su enfoque, su manera de hacerse atractiva, y a nosotros nos toca aplicarlos, sin más. Es nuestro trabajo”, según el recién llegado, y el alto ritmo que impone arbitrar en la ACB y la Euroliga. García discrepa con que esto vaya en perjuicio de su labor porque “somos capaces de afrontar los partidos con profesionalidad y seriedad”. De hecho, considera que ese ritmo “te lleva a hacer que las cosas salgan casi de forma automática y puedas tomar mejores decisiones. Creo que eso es bueno para nosotros. Eso se nota cuando arbitras con compañeros que no tienen ese ritmo y se dan cuenta de que tú decides más rápido”. Además, el arbitraje español está muy bien considerado y es mayoritario en la Euroliga. “Cuando arbitran con nosotros, los compañeros se sienten protegidos, respaldados, más a gusto”, explican.

A la espera de estrenarse, Sergio Manuel muestra su deseo de arbitrar en Kaunas, “por el ambiente, por cómo se vive allí el baloncesto”. Juan Carlos García coincide: “Es la mejor cancha de Europa. Atenas y Belgrado son más calientes, pero como ambiente Kaunas es inmejorable”. Eso sí, si se trata de dirigir juntos, de poner al arbitraje vizcaino en su punto más alto, “Belgrado sería un buen sitio para debutar como pareja”. Porque, pese a todo, quieren hacer su trabajo en canchas llenas: “Lo de las canchas vacías no era bueno para nadie. Sin las reacciones emocionales, sean las que sean, faltaba algo”.