De espaldas y sobre la bocina, así fue la canasta que clasificó a la selección española femenina de baloncesto 3x3 para los Juegos Olímpicos de París. “Si hubiera sido un tiro a tablero, no habría tenido tanta repercusión ni llamado la atención”, bromea Gracia Alonso de Armiño, la autora ya para la posteridad de la canasta del año, “la canasta de mi vida”, la canasta que resume la trayectoria de la jugadora bilbaina, que no había hecho planes para la primera semana de agosto, pero ahora sabe que la pasará en la Plaza de la Concordia, bajo la altiva mirada del Obelisco y de la Torre Eiffel. “Qué mejor escenario” para cumplir el sueño de toda deportista, el de participar al menos una vez en una cita olímpica.

“Nunca me lo hubiera planteado”, reconoce aún en resaca emocional actual jugadora del Estudiantes en la Liga Femenina a la que el 3x3 le ha concedido esa oportunidad que tantas persiguen y pocas logran. En su caso, además, su incorporación a esta modalidad en auge y globalizada es relativamente reciente.

“El 3x3 se ajusta al ritmo de vida que llevamos ya que todo pasa muy rápido”

Las veteranas Sandra Ygueravide y Vega Gimeno ya se quedaron a las puertas de clasificarse para los Juegos de Tokio y la incorporación de Gracia Alonso de Armiño y Juana Camilión, que además juegan juntas en el Estudiantes, ha añadido al cuarteto nuevos recursos y frescura. “El 3x3 lo conoces en la calle, cuando te falta alguien para jugar miras al lado y consigues completar un equipo. Al principio, era un juego, pero ahora me siento muy afortunada de ser parte de esto y de haber ayudado a Sandra, a Vega o a Juana a clasificarnos para los Juegos, donde queremos seguir dando que hablar”, explica la bilbaina.

Gracia Alonso de Armiño lanza el tiro con el que España se metió en los Juegos de París.  | FOTO: BALONCESTO FEB

Gracia Alonso de Armiño lanza el tiro con el que España se metió en los Juegos de París. | FOTO: BALONCESTO FEB Baloncesto FEB

3x3

Quizás con la sensación de que tenía que ser ahora o nunca y pese al escaso tiempo de que dispusieron al acabar la competición de la Liga Femenina, el cuarteto siguió una preparación exigente y exhaustiva para afrontar el Preolímpico de Debrecen. “Fuimos muy concentradas y con el objetivo claro de pasar la fase de grupos y luego afrontar cada partido eliminatorio a tope. El 3x3 es así de puñetero, no te puedes despistar ni un segundo porque las cosas cambian muy rápido.

“Esa canasta me representa. Es un premio al esfuerzo y a no rendirse”

Pero hicimos un torneo muy serio, creo que hemos estado por encima de las rivales a nivel físico y táctico”, resume Gracia Alonso de Armiño, que remató todo ese esfuerzo con una acción improvisada, inverosímil y afortunada, pero que “me representa”.

La canasta que vale unos Juegos

Con escasos segundos en el reloj, lanzó y fue con fe a por el rebote ante las canadienses, más altas, atrapó el balón y logró una canasta que “es un premio al esfuerzo y a la dedicación, a no rendirse, no dar una bola por perdida”.

De inmediato, las imágenes de esa acción corrieron por las redes sociales e inundaron el teléfono de la jugadora vizcaina, que fue consciente de “la emoción con la que se vivió ese momento. Sé que hemos hecho felices a mucha gente y espero que se enganchen al 3x3”.

Al fin y al cabo, esta modalidad “se ajusta al ritmo de vida que llevamos en estos tiempos, en el que queremos todo enseguida. Es un espectáculo, es baloncesto, entiendo que a los puristas quizás no les termine de convencer, pero es una disciplina olímpica y el nivel es muy alto”.

Gracia Alonso de Armiño asegura que a ella le viene “como anillo al dedo, lo siento como muy natural porque se ajusta al nivel de intensidad que me gusta”. Además, piensa que “el 3x3 te permite desarrollarte, ganar soltura y confianza en ataque. Yo en el cinco contra cinco paso desapercibida de cara al aro, pero en el 3x3 me encuentro más cómoda, con más espacios y más ritmo. Creo que el 3x3 te puede hacer mejor jugadora”.

Billete olímpico

Abandonar su hogar para formarse en Estados Unidos, trabajar como enfermera durante la pandemia y otros sacrificios que exige el baloncesto profesional han tenido la recompensa del billete olímpico para alguien que no se ha olvidado de sus raíces en su momento más feliz como deportista: “Los que me conocen saben lo que significa el baloncesto para mí, pero disfruto de él en su punto justo, hay otras cosas que tienes que hacer para no obsesionarte demasiado y el 3x3 también ayuda a verlo de otra manera. Pero estoy aquí por mis méritos, nadie me ha regalado nada y por eso estoy muy agradecida a la gente de Berrio Otxoa, a todos los entrenadores que tuve allí por todo lo que me inculcaron y enseñaron. Y no solo ellos, también a todos los que trabajan en la formación en Euskadi y en España porque meten muchas horas casi de forma vocacional y a ellos también se lo dedico”.