Dídac Cuevas se declaraba hace poco más de un mes “un burgalés más” después de tres temporada, desde LEB Plata, en el Tizona, el equipo que está siendo la revelación este curso en la LEB Oro. Pero el base catalán (Barcelona, 20-VI-2000) recibió desde Zaragoza la llamada que puede cambiar su carrera, la oportunidad de su vida, “un sueño que tenía atrapar con las dos manos”. Ante las bajas en el puesto de base, el Casademont peinó el mercado y dio con Cuevas, un base pequeño de 1,77 metros, pero con mucho talento y descaro que fue internacional y plurimedallista con las selecciones formativas de España, pero que ha tenido que pagar hasta ahora los prejuicios que genera su físico en el más alto nivel. “Vengo con humildad, pero sin miedo”, comentó en su presentación un jugador que se formó en el Joventut y también jugó en el filial del Barça, en Melilla y en Logroño antes de llegar a Burgos.

Agradecido al Zaragoza, “que es el único que se ha fijado en mí”, Dídac Cuevas no quiere meterse presión, aunque es ambicioso. “Llevaba luchando por esto desde hace tiempo, quiero demostrar que puedo estar aquí”, aseguró. En el Tizona, que juega a alto ritmo, Dídac Cuevas estaba promediando casi 10 puntos y casi 6 asistencias por partido y Porfi Fisac espera eso de su nuevo jugador, que ha firmado hasta 2026 y es, por tanto, una apuesta de futuro.

“Viene con un hambre importante. Tiene talento y nos puede dar algo que siempre ha mostrado: carácter, coraje y alegría en el juego. Pero tenemos que ir poco a poco”, señala el técnico del Zaragoza. Un comentario oportuno ya que Cuevas debutó la semana pasada y el miércoles ante el Nymburk sufrió un golpe en la nariz que le hace ser duda para jugar hoy en Miribilla, donde tendrá que utilizar si acaso una máscara protectora.

El base catalán espera no acusar “el gran salto que dicen que hay de la LEB Oro a la ACB” y para ello tendrá el apoyo de Miguel González, compañero ahora y en las selecciones españolas, y también los consejos de Alberto Alocén y Jaime Pradilla, que se formaron en el club maño y debutaron en la Liga Endesa de la mano de Porfi Fisac. “Espero poder estar a su nivel”, deseó Dídac Cuevas, un jugador al que le ha cambiado la vida en unos pocos días tras salvar y que ha recibido la recompensa a no rendirse, a seguir insistiendo,pese a todo.